Qué es el maltrato psicológico y cómo identificarlo

El maltrato psicológico es capaz de destruir a una persona sin la necesidad de ponerle la mano encima. Aprende aquí a reconocerlo para erradicarlo de la sociedad.
Qué es el maltrato psicológico y cómo identificarlo
Sara González Juárez

Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.

Última actualización: 15 noviembre, 2023

El maltrato psicológico es un tipo de abuso que ha tardado en hacerse un hueco en la realidad mental de la sociedad. A menudo, enmascarado por la violencia física, no se le dio la importancia que merece hasta que el auge de los cuidados de la salud mental surgió hace poco más de una década.

Precisamente por eso, nunca está de más caracterizar dicho maltrato de forma clara, además de indicar los signos que la caracterizan. No dejes de leer este artículo, pues abordaremos una de las violencias que más cuesta cortar de raíz.

Maltrato psicológico: qué abarca esta forma de violencia

Se entiende por maltrato psicológico todo comportamiento sistemático e intencional que dañe la emocionalidad y el bienestar psicológico de la víctima. La gama de conductas incluidas en este espectro es amplia: va desde la indiferencia como castigo hasta los insultos y las humillaciones.

Por tanto, su identificación es dificultosa en muchas ocasiones, en especial para quien lo vive. La persona que ve su integridad física afectada, sufre, a menudo, consecuencias como trastornos depresivos o de ansiedad, que le impiden enfrentarse a la realidad de lo que atraviesa.

En una relación de maltrato se establecen jerarquías de poder, donde el abusador adquiere la capacidad de controlar ciertas áreas de la vida de la persona abusada, ya sean psicológicas o materiales (como el dinero, por ejemplo).



Consecuencias psicológicas de este tipo de maltrato

El gran malestar psicológico que produce esta clase de abuso se manifiesta en todas las áreas de la salud de la víctima. Algunas de las consecuencias más comunes son estas:

  • Malestar físico: dolencias derivadas del estrés y la ansiedad, como problemas cardiovasculares, insomnio, frecuentes catarros o malestar digestivo continuo.
  • Malestar psicológico: baja autoestima, pérdida del sentido de identidad, sentimientos de inseguridad, miedo, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, irritabilidad, falta de apetencia sexual, etc.
  • Conductas problemáticas: conduce, en ocasiones, al abuso de sustancias, la dejadez en el cuidado personal, episodios de violencia interpersonal o estilos de afrontamiento evitativos, entre otros comportamientos.

Es imposible describir un cuadro universal de afectación de la persona maltratada, pues cada caso es único y debe ser atendido de manera individual. Aquí es donde entra en juego la labor de los profesionales de la salud.

El maltrato psicológico ocurre en cualquier ámbito: laboral, familiar, de pareja o en amistades.

¿Cómo reconocer el maltrato psicológico?

Tanto si estás inmerso en esta situación como si la presencias en alguien conocido (aunque especialmente en el primer caso), es complicado integrar todas las señales de malos tratos para llegar a asumir esta situación. Por eso, aquí tienes las señales más significativas para reconocerlo.

1. Es intencional

Dejando a un lado los motivos de la persona que maltrata, sus comportamientos dañinos son intencionales. Sus actos tienen como objetivo dañar a la víctima. Bajo esto es posible que esté el propósito de controlar, compensar complejos o desfogarse, entre otras mil razones, pero no se puede negar que es a propósito.

2. Existen conductas de control

Desde juzgar el precio de aquello que se compra la víctima hasta prohibiciones directas sobre con quién salir de fiesta, el control es una manera de asegurar que el maltrato no tiene consecuencias. Se implanta el miedo a la reacción del maltratador y se coacciona para que, además de hacer cosas y tomar decisiones que en realidad no se quieren, no se contemple la posibilidad de huir.

Revisar el móvil, no permitir el acceso a la cuenta bancaria, espionaje por la calle, juzgar de modo constante a personas afines, todo ello son ejemplos de este control.

3. Genera sentimientos de inferioridad

Las críticas constantes o el cuestionamiento de cada decisión son una manera de hacer sentir inferior a otra persona. Este comportamiento es frecuente y puede disfrazarse de preocupación, pero suele orientarse a generar inseguridad en la víctima y crear dependencia en ella.

La persona que sufre el abuso también experimenta una ruptura de su autoconcepto. Cuando todos los atributos positivos que se otorgan a uno mismo son machacados siempre, llega un punto en el que es imposible no cuestionarse si en realidad sabemos quiénes somos.

En este punto, las opiniones del maltratador o maltratadora toman carácter sustitutivo, pues son afirmaciones contundentes y simplistas.

4. Busca aislar a la víctima

No es raro que las consecuencias de la violencia psicológica alerten a alguien del entorno de la víctima. Cuando esto sucede (o para prevenirlo), quien maltrata intentará alejarla de sus seres queridos de forma paulatina. 

Esto tiende a efectuarse a través de críticas o conductas activas para impedir el contacto. Controlar los mensajes del móvil, no dejar nunca sola a la víctima o convencerla de que sus allegados quieren perjudicarla son algunas de las técnicas para lograrlo.

5. Evasión de la responsabilidad

A través del gaslighting o luz de gas y la manipulación emocional, la persona que maltrata hará creer a su víctima que ella tiene toda la responsabilidad de su sufrimiento. Si le grita, es porque le hace enfadar; si tiene un ataque de celos, es porque se viste de forma provocadora; si la insulta, es porque se equivoca muy a menudo.

El objetivo es alejar el foco de atención de quien maltrata, de forma que la víctima crea que el sufrimiento que pasa es culpa de sus errores y no de quien abusa de ella. Y no solo eso, además tiene la capacidad de cambiar su propia situación si se comporta como le indica el/la maltratador/a (si bien esto es una ilusión resultado de la manipulación).

6. Es cíclico

A pesar de lo que se imagina desde fuera, el maltrato psicológico no es un acoso continuo. Tiene altibajos, donde existen periodos de mayor calma y otros más violentos. Se emplea mucho el refuerzo intermitente, en el que se premia o se castiga a la víctima de modo inconsistente.

Esta amalgama de pequeños gestos y eventos hacen que la víctima viva esperando el refuerzo positivo, «las buenas épocas», prolongando el abuso en el tiempo. Sin embargo, su malestar psicológico nunca se termina, solo se atenúa en algunos lapsos.



¿Qué hago si yo o alguien de mi entorno sufre maltrato psicológico?

Una vez este término aparece en la mente, no se debe ignorar. Reconocer las señales es el primer y más importante paso, pero solucionarlo requiere de ayuda. Si vives este tipo de abuso, no dudes en buscar apoyo en tus seres queridos y acudir a las instituciones pertinentes para el soporte profesional.

Y, si eres espectador/a, el consejo útil (y duro) es que seas incondicional. Estarás ante una persona que vive en la negación, que se aísla o que reacciona mal a tu preocupación. Si no puedes llegar hasta ella, contacta con los profesionales necesarios (servicios sociales, psicólogos, fuerzas de seguridad, etcétera).

Insultos, humillaciones, soledad, burlas, ley del hielo, luz de gas, son muchas las señales sutiles que encontrarás en una relación de maltrato psicológico. Pero, aunque sea difícil de afrontar, es tarea de todos nosotros terminar con esta lacra para la salud mental de la sociedad.


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