Formas de maltrato a través de WhatsApp que debes conocer

Pedirte tus contraseñas o exigirte que les respondas al instante son claras formas de maltrato que no debes aceptar.
Formas de maltrato a través de WhatsApp que debes conocer
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 06 abril, 2022

El maltrato a través de WhatsApp es una forma recurrente de abuso que no podemos normalizar. A veces, las estrategias son tan sutiles que no percibimos en un principio ninguna mala intención. Solo nos desconciertan. Como lo hace por ejemplo, que de pronto no nos respondan o nos bloqueen durante unas horas o un día tras un enfado. La violencia tiene muchas formas y no siempre son tan evidentes.

Al fin y al cabo, seguimos viviendo en esa sociedad que asume que el maltrato, para que lo sea de verdad, debe verse en la piel. Sin embargo, las agresiones en la pareja no siempre se ven a simple vista, se viven a nivel psicológico y todas ellas dejan la marca profunda del trauma, la humillación y ese sufrimiento que no todos se atreven a denunciar.

Las nuevas tecnologías son ese escenario en el que el abuso discurre de forma cotidiana desde hace años. El cibercontrol es la práctica más común entre los adolescentes y, sin embargo, no todos nuestros jóvenes reaccionan ante ello o lo conciben como una forma de maltrato en la pareja…

Las parejas abusivas cada vez hacen más uso de las técnicas de manipulación a través del móvil. Todo ello tiene un serio impacto en la otra persona.

Mujer sufriendo maltrato a través de WhatsApp

Maltrato a través de WhatsApp: ¿sabrías reconocerlo?

El maltrato a través de WhatsAapp se integra dentro de lo que denominamos ciberabuso. Es decir, son una serie de comportamientos orientados a controlar, denigrar, manipular y hacer daño a la pareja mediante las nuevas tecnologías y, en este caso, a través de la mensajería inmediata.

Hay un dato llamativo y es que no todas las personas conciben que este tipo de dinámicas sean realmente una forma de maltrato. Aún a día de hoy muchos adolescentes asumen que, si sus parejas les controlan el uso del móvil y desean saber con quién hablan, es una muestra de afecto. La absoluta distorsión del amor y las relaciones afectivas saludables son nuestra asignatura pendiente entre los más jóvenes.

Ahora bien, estudios como los realizados en la Universidad Autónoma de Madrid indican que entre los 18 y los 30 años, más del 50 % de este grupo poblacional ha sufrido algún tipo de acoso cibernético. El maltrato a través de WhatsApp es todo un clásico. Analizamos estas dinámicas.

No me dejes en visto: la urgencia a la hora de responder

“¿Por qué no me respondes? ¿Qué estás haciendo?”. Esta es la primera experiencia que se encuentran muchas personas cuando inician una relación afectiva. Es más, en ocasiones, ni siquiera hace falta que sea nuestra pareja. Hay amistades e incluso familiares que nos exigen responder al instante a sus mensajes.

Estás “en línea” y no estás hablando conmigo

Hay quien no tolera ver cómo su pareja está conectada y en línea y no es con él o con ella con quien está hablando. Desconfianza, enfado, celos… Esta escena les crea frustración y no dudan en exigir que les revelen con quién estaban intercambiando mensajes, audios o videollamadas.

Me enfado contigo y te bloqueo unos días

Otra forma de maltrato a través de WhatsApp es aplicar la conocida ley del hielo. Esta dinámica aparece sobre todo después de una discusión o enfado. Uno de los dos decide cortar el contacto, no hablar, distanciarse e incluso bloquearlo en su lista de contactos durante unas horas o incluso días. Son situaciones de gran inmadurez que turban bastante.

Infundir contradicción y sospechas a propósito

Esta resulta otra maniobra tan sibilina como eficaz, digna de la película A luz de gas. En este caso, lo que hace un miembro de la pareja es enviar mensajes desconcertantes y sospechosos.

“Tenemos que repetir lo de ayer, estuvo muy bien”, “nos vemos esta tarde, ya tengo ganas de continuar lo que dejamos”. Al cabo del rato nos envían un nuevo mensaje para decirnos que se han equivocado, que esos mensajes no eran para nosotros.

Hombre leyendo los mensajes del móvil y maltrato a través de WhatsApp

Maltrato a través de WhatsApp: exigirte fotos íntimas aunque no quieras

El intercambio de fotos íntimas es lícito si ambas partes están de acuerdo. No obstante, en ocasiones, nuestra pareja nos lo puede exigir aun cuando nosotros no lo queremos o no nos apetece. En caso de negarnos, no dudará en ridiculizarnos, criticarnos o amenazarnos.

El sexting es, en buena parte de los casos, la forma más común de maltrato por WhatsApp. Esta práctica aparece cuando nos dirigen frases como “si me quisieras lo harías o seguro que lo has hecho con tus anteriores parejas, pero no conmigo”.

Seguimiento de tus ubicaciones

Son muchas las parejas que aceptan compartir entre ellas sus ubicaciones. Es lícito y respetable. Sin embargo, en ciertos casos puede usarse como estrategia de control y acoso.

Saber en todo momento dónde nos encontramos y asediarnos a preguntas sobre por qué estamos en tal o cual lugar es una clara forma de maltrato psicológico.

Los cambios de humor como forma de asedio mediante WhatsApp

Las nuevas tecnologías y, en concreto, los servicios de mensajería se han convertido también en transmisores directos de nuestro estado de ánimo a otras personas.

De este modo, una forma de maltrato a través de WhastsApp es que nos envíen, por ejemplo, entre 30 o 50 mensajes en una hora para decirnos cuánto nos quieren o echan en falta.

Más tarde, al no poder responder cada uno de ellos, surge el enfado. Pueden enviar varios mensajes y borrarlos al instante para infundir en inquietud. Más tarde, pueden pasar de la efusividad al victimismo o la agresividad en muy poco tiempo “está claro que hoy tienes cosas más importantes que responderme, pensaba que eras de otra manera”.

Como podemos ver, las prácticas de manipulación emocional vía mensajería inmediata son una manera muy eficaz de hacer daño. Ahora mismo este tipo de situaciones están a la orden del día en los adolescentes y esto es algo que debemos evitar.

La educación y la concienciación es clave. Enseñemos que el abuso discurre ahora más que nunca en el universo digital.


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