¿Qué es el morbo y cuándo excede los límites de lo saludable?
Imagina que estás de copiloto mientras viajas por la carretera. De repente, te encuentras con una situación inesperada: un accidente en la vía, con un vehículo volcado y la presencia de patrulleros y ambulancias. ¿Cómo reaccionas? ¿Volteas la cabeza para mirar?
Es probable que la curiosidad te lleve a observar esa imagen cruda y sangrienta, buscando entender qué pasó o satisfacer tu impulso morboso. Lo cierto es que la morbosidad puede tener tanto aspectos saludables como destructivos. Su connotación depende del contexto, la intensidad con la que se sienta y cómo se manifiesta en nuestros actos.
¿Cuál es el significado de «morbo»?
Este concepto se utiliza con mucha frecuencia sin considerar su significado preciso. Por lo general, lo morboso se asocia a lo sexual. De ahí que se mencionan las miradas y las insinuaciones morbosas. Sin embargo, el concepto abarca una gama más amplia de significados que merece explorarse.
Su etimología y definición
La palabra «morbo» proviene del latín «morbus», que significa «enfermedad» o «afección». Por esto, en el área de la medicina se habla de «estados mórbidos», refiriéndose a condiciones o estados patológicos que afectan la salud de otra persona.
Por otro lado, la RAE incluye otros elementos, describiendo al morbo como atractivo de lo turbio, prohibido o escabroso. Puede definirse entonces como el deseo de ver, sentir, oír, oler o interactuar de alguna manera con lo que se cataloga como censurado o proscrito.
Interpretación religiosa
Aunque este término no se menciona de manera directa en la Biblia, allí se advierte sobre la importancia de mantener la pureza, evitar la tentación y centrarse en pensamientos y acciones que honren a Dios. Por ejemplo, la prohibición de la codicia, la lujuria y el deseo desordenado se aborda en los mandamientos y enseñanzas sobre la moralidad.
En este contexto, el morbo podría interpretarse como la inclinación hacia lo prohibido o impuro, en contraposición a los principios morales enseñados en las Escrituras.
Desde el punto de vista psicológico
En términos psicológicos, se trata una fuerza que nos impulsa a desafiar los límites de lo convencional. Se trata del interés o la fascinación hacia temas que pueden considerarse perturbadores, inusuales o tabú. En este sentido, la curiosidad morbosa se relaciona con la atracción hacia lo desconocido, peligroso o trágico.
Tipos de morbo y ejemplos
Se expresa de diferentes maneras, y en todos los casos, comparte un denominador común: la búsqueda de placer a través de la transgresión.
Morbo social
En este caso, el morbo se centra en la vida privada y circunstancias dramáticas o trágicas de otras personas. Esta curiosidad morbosa a menudo nos impulsa a consumir información privada en medios o redes, así como a acercarnos a una discusión en la vía pública, revelando la fascinación por lo conflictivo.
Otros ejemplos son:
- Reality shows que documentan vidas poco convencionales.
- La tendencia a observar accidentes u otros eventos fatales.
- La obsesión por la vida privada de las figuras públicas o celebridades, donde el morbo se alimenta de rumores, escándalos o detalles íntimos.
Morbo sensacionalista
Aunque suene perturbador (y de hecho lo es), las catástrofes pueden convertirse en un espectáculo cuando entra en juego el sensacionalismo. Los canales de comunicación intentan despertar la curiosidad peculiar de la audiencia para retener su atención. Buscan que estén más impactados que informados.
Algunos de los ejemplos más frecuentes son:
- Cobertura exagerada de tragedias en los noticieros.
- Noticias amarillistas que destacan detalles escandalosos e impactantes.
- Programas de televisión que buscan cautivar a los televidentes a partir de dramatizaciones exageradas y situaciones extremas.
Morbo criminal
Se refiere a la fascinación o atracción que algunas personas pueden sentir hacia detalles de crímenes, asesinatos u otros eventos delictivos. Sin embargo, es esencial distinguir entre el interés legítimo en la criminología o la criminalística y la atracción morbosa que tiene connotaciones más sensacionalistas.
Este fenómeno se manifiesta en comportamientos como:
- Participación activa en debates o discusiones sobre delitos.
- Seguimiento obsesivo de casos criminales y búsqueda de detalles explícitos.
- Consumo de programas de True Crime que relatan crímenes reales de manera dramatizada.
Morbo médico
Este término se usa para describir la curiosidad morbosa hacia temas médicos extraordinarios, enfermedades inusuales o procedimientos quirúrgicos. Es un tipo de morbo que puede estar presente en profesionales de la salud o el público en general.
El morbo médico puede observarse en:
- Documentales que exponen enfermedades raras o impactantes.
- Programas televisivos sobre procedimientos o casos médicos que cruzan la línea de la espectacularización.
- Exhibición exagerada de imágenes y descripciones sensacionalistas en los medios de comunicación.
Morbo sexual
Este tipo se refiere a un interés acentuado y una tendencia obsesiva hacia aspectos de la sexualidad humana que pueden considerarse fuera de lo convencional. Es crucial destacar que, si bien la exploración sexual es natural y saludable, cruzar la línea al invadir la intimidad y privacidad de otras personas o transgredir límites éticos nos adentra en el terreno de la perversión.
El morbo sexual varía en intensidad y forma, pudiendo manifestarse de manera saludable o no saludable. Algunos ejemplos incluyen:
- Consumo de pornografía.
- Fetiches que involucran una atracción particular hacia ciertos objetos, partes del cuerpo o situaciones que pueden diferir de las prácticas sexuales más tradicionales.
Por otro lado, cuando se dice que un hombre siente morbo por una mujer (o viceversa), esto indica que experimenta un interés marcado hacia ciertos rasgos que despiertan su curiosidad y atracción.
Siempre y cuando haya consentimiento mutuo o se sitúe en el ámbito de las fantasías, no hay ningún motivo para considerar inapropiado al morbo sexual.
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¿Qué provoca el morbo?
Una investigadora de la Universidad de Ámsterdam examinó esta reacción psicológica y determinó que las personas eligen, de forma voluntaria, ver imágenes negativas y fuertes que muestran muertes, heridas graves y conflictos violentos, por sobre estímulos neutros.
Esta disposición psicológica parece despertarse ante lo misterioso o impactante. Ya sea la atracción por lo prohibido, dramático o lo privado, surge cuando enfrentamos lo enigmático, invitándonos a explorar lo que, a primera vista, parece inaccesible.
Las preguntas inevitables giran en torno al porqué y al para qué. Sobre esto, hay opiniones divididas. Algunos creen que la información negativa tiene un mayor impacto y genera sensaciones intensas. Parece ser lo que buscamos al mirar un accidente en la carretera: adrenalina emocional.
También, se plantea la posibilidad de que la motivación del morbo social o sensacionalista sea experimentar empatía hacia las personas afectadas, o incluso una sensación de responsabilidad moral.
Por otro lado, una investigación sugiere que el morbo es una respuesta de una motivación cognitiva para aprender sobre situaciones amenazantes. Se interpreta como un impulso innato para entender y controlar lo que nos rodea, cumpliendo un propósito adaptativo al ayudarnos a adaptarnos a lo desconocido.
¿Por qué algunas personas lo sienten más que otras?
Algunas personas pueden tener esta reacción con mayor frecuencia o intensidad que otras. Esto puede deberse a diversos motivos. En general, el interés por lo perturbador se relaciona con la búsqueda de emociones intensas y adrenalina, la disposición de nuevas experiencias, o en casos menos saludables, a características personales que podrían considerarse perversas.
Coltan Scrivner, un experto en curiosidad morbosa desde la ciencia biopsicológica, estudió este tema y encontró que las personas curiosas por lo morboso tienden a ser rebeldes y muestran interés por cuestiones sociales. Además, les gusta más ver películas donde el peligro es el tema principal.
A su vez, todo depende del contexto. Por ejemplo, hay culturas en las que la mujer lleva el torso desnudo. Verlas así no genera morbo entre quienes forman parte de esas comunidades. Sin embargo, para alguien que pertenezca a una sociedad en donde el pecho siempre está cubierto, la posibilidad de mirar un seno puede ser muy excitante.
¿Hasta qué punto es sano?
En algunos casos, estas ganas de saber/ver puede ser saludable y parte natural de la exploración humana. Por ejemplo, la imaginación, como bien sabemos, tiene un papel muy importante en la sexualidad. Muchas veces la atracción sexual depende no tanto de lo que se ve, sino de lo que se imagina.
Además, en este terreno, es válido todo aquello que suponga acuerdos entre personas conscientes. Incluso si se trata de algo que puede ser catalogado como sucio, cruel o bizarro por los demás.
Pero, en otros contextos, el morbo puede ser problemático si se manifiesta de manera compulsiva o si lleva a comportamientos inapropiados. Como en todo aspecto, el exceso resulta dañino. Así, cuando es excesivo, puede tener consecuencias negativas para el bienestar individual y/o colectivo.
En casos patológicos, el interés por lo perturbador o desconocido puede traspasar límites éticos e incluso legales. Esto puede abarcar conductas como la invasión de la privacidad, el acoso sexual, la obsesión por tragedias y desgracias ajenas, la difusión de rumores o el voyerismo no consensuado, entre otros ejemplos.
Una faceta más de la complejidad humana
El morbo no es más que otro concepto que nos advierte que la mente humana es muy compleja. Además, revela una dualidad. Es una fuerza que puede enriquecer la exploración y ser una fuente de gratificación, o puede tener consecuencias atroces a nivel individual o social.
Nos lleva a curiosear en límites, descubrir nuevas perspectivas y, quizás lo más intrigante, acercarnos un poco más aspectos tan desconocidos para el ser humano como la muerte. Pero al mismo tiempo, exige precaución y cautela.
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