Positivismo lógico: ideas, autores y críticas

El vínculo entre ciencia y filosofía fue muy demandado durante el siglo XX, debido al auge de las ciencias empíricas. El positivismo lógico representó una expresión de esta época.
Positivismo lógico: ideas, autores y críticas

Escrito por Jennifer Rojas

Última actualización: 05 octubre, 2024

En filosofía existe una multiplicidad de teorías y formas de ver el mundo. Una de ellas es el positivismo lógico, una corriente intelectual del siglo XX caracterizada por su interés en la ciencia, las matemáticas y la lógica.

Si bien podemos decir que no se trata de una teoría muy importante en la actualidad, sí lo fue en su momento. Inclusive, sus conocimientos son aplicados a la ciencia de datos y la filosofía de la mente.

¿Qué es el positivismo lógico?

El positivismo lógico, conocido además como neopositivismo o empirismo lógico, es una teoría filosófica enmarcada dentro de la filosofía analítica. Surge durante el siglo XX como una reacción ante las dificultades que planteaba la metafísica. Con base en ello, sus seguidores sostenían que los planteamientos metafísicos carecían de sentido, porque reflexionaban sobre cosas que nada tenían que ver con la realidad.

En su lugar, esta ideología proponía que el progreso en filosofía era posible abandonando las antiguas cadenas de la metafísica. Por eso, su pensamiento estuvo centrado en el análisis lógico del lenguaje y en la determinación empírica de las proposiciones o enunciados.

Detrás de esto se encontraba un objetivo muy convincente que guiaba a todo el neopositivismo: promover el progreso de la ciencia, la filosofía y la sociedad en general.



Historia del positivismo lógico

Esta corriente filosófica tuvo su origen en Viena, durante el año 1922. Su creador fue Moritz Schlick, un profesor que ocupó un puesto en la cátedra de filosofía de las ciencias inductivas. A medida que sus clases se desarrollaban, el docente logró reunir un grupo de estudiantes con intereses diversos en distintas disciplinas. Entre ellas se encontraban la filosofía, la lógica y las matemáticas.

Pero el empirismo lógico se asienta como tal luego de la publicación del manifiesto del Círculo de Viena, titulado La concepción científica del mundo: el Círculo de Viena (1929).

A partir de este momento, el movimiento se divide en dos grandes grupos. Uno de ellos conformado por el Círculo de Viena y otro por el Círculo de Berlín. Entre sus figuras destacables se encontraban Hans Reichenbach, Kurt Grelling y Walter Dubislav.

Gracias a la creación de una revista llamada Anales de filosofía, fue posible difundir sus ideas y esparcir el neopositivismo en Europa y Estados Unidos. Esta publicación fue organizada y liderada por Rudolf Carnap y Hans Reichenbach, entre los años 1930 y 1938.

Etapas de desarrollo

Son dos las etapas de desarrollo que atraviesa el neopositivismo. La primera de ellas es el período de consolidación, que inicia con su surgimiento en 1922 y culmina con la publicación del manifiesto del Círculo de Viena en 1930.

La segunda etapa se caracteriza por su esplendor y decadencia en 1938. En este momento se vivencian conflictos políticos y bélicos muy importantes, como el asentamiento del nazismo en territorio austríaco.

Esto ocasionó que los miembros del Círculo de Viena se vieran obligados a emigrar, en especial, a Estados Unidos. En consecuencia, la teoría no solo se dispersó, sino que se amplió su difusión.

Fundamentos y principales características

Las bases sobre las que se asienta esta corriente son tres. En primer lugar, considera que la lógica es el método y herramienta idónea de la filosofía para analizar las proposiciones. En segundo lugar, el análisis lógico de los términos filosóficos, el cual disipa posibles errores y ambigüedades propias del lenguaje.

Y, por último, el ferviente rechazo hacia la metafísica, identificado con la promoción de una visión arcaica de la sociedad. Esto llevó a los positivistas lógicos a buscar una nueva forma de hacer filosofía, más afín al clima de época que se caracterizó por el gran avance de la ciencia empírica. En este sentido, los pilares de esta tendencia intelectual fueron los siguientes:

  • Interés en la lógica: permite explicar y reconstruir conceptos, enunciados, argumentos y teorías con rigurosidad y análisis.
  • Interés por la elucidación: el empirismo lógico estaba interesado en la claridad conceptual y argumentativa. Esto con el fin de que lo propuesto se contrastara por medio de la experiencia.
  • Nueva tarea para la filosofía: los positivistas lógicos buscaban restablecer los puentes entre ciencia y filosofía. Con este propósito se centraron en el análisis de lingüístico de los términos filosóficos.
  • Énfasis en la experiencia: esta corriente de pensamiento consideraba que el verdadero conocimiento es el que se alcanza mediante la experiencia. Entonces, los únicos juicios válidos son los que pueden comprobarse en la vida real.
  • Rechazo de la metafísica: todo aquello que escapa de ser verificado en la experiencia no debe ser considerado una fuente de conocimiento. En este caso, la metafísica se encarga de problemas fundamentales y trascendentes como pueden ser Dios, el alma y el mundo.

Representantes destacados

La mayoría de los pensadores de esta doctrina fueron filósofos, matemáticos y físicos. El trabajo en estas disciplinas motivó el espíritu del empirismo lógico, enfocado en proporcionar a la filosofía la cientificidad que necesitaba para convertirse en un discurso verdadero. Veamos quiénes eran sus principales autores.

Moritz Schlick (1882-1936)

Este filósofo y físico alemán fue el fundador del Círculo de Viena. El enfoque en lógica y lenguaje le ayudaron a establecer los fundamentos del empirismo lógico. Su carrera académica, dedicada primero a la física y luego a la filosofía, es una demostración del objetivo que perseguía el positivismo de tender puentes entre ambas disciplinas.

Otto Neurath (1882-1943)

Aunque no era filósofo de profesión, realizó importantes contribuciones a la teoría científica a partir de su visión interdisciplinaria y énfasis en la comunicación del conocimiento científico. Así pues, su planteamiento era comunicar el saber mediante un lenguaje común y analizar las proposiciones como un sistema de teorías interrelacionado y no de modo aislado.

Rudolf Carnap (1891-1970)

Carnap aportó la idea de construir un lenguaje formal que describiera el mundo a partir de elementos básicos dados en la experiencia. Se apoyó, fundamentalmente, en la lógica simbólica para edificar este lenguaje científico. El objetivo era eliminar la ambigüedad del discurso filosófico. Estos aportes tuvieron un gran impacto en la filosofía analítica y la epistemología.

A. J. Ayer (1910-1989)

Alfred Jules Ayer es uno de los representantes más conocidos del neopositivismo; jugó un papel muy importante en la difusión por el mundo anglosajón. Este británico fue un ferviente defensor del principio de verificación. El mismo sostenía que una proposición tiene sentido si puede ser verificada de manera empírica.

Por consiguiente, consideró que los enunciados de la metafísica, la religión y la ética son carentes de sentido. Esto se debe a la imposibilidad de que sean probados por la experiencia. Asimismo, le dio a la filosofía una tarea significativa: clarificar el lenguaje y eliminar los problemas conceptuales a través del análisis lógico.

Influencias del positivismo lógico en la ciencia

El positivismo lógico puso sobre la mesa herramientas muy utilizadas en la actualidad en la ciencia de datos y los estudios sobre filosofía de la mente.

De acuerdo con un artículo publicado por la Revista Social Fronteriza, el especial énfasis que esta corriente intelectual hizo sobre el análisis lógico y la verificación empírica, resultó fructífero para el examen de datos y la creación de patrones y modelos algorítmicos.

Asimismo, en el campo de la filosofía de la mente, el neopositivismo brindó recursos para abordar cuestiones sobre el lenguaje, el pensamiento, la percepción y la representación mental. Así las cosas, los positivistas lógicos han ofrecido un marco conceptual y procedimental para tratar temas relacionados con la mente y la conciencia.

Críticas

A pesar de las influencias favorables que este movimiento intelectual lleva a cabo en el ámbito científico, no está exento de críticas. Y es que las virtudes que podemos encontrar en él pueden ser también su contraluz.

Es decir, es posible que el excesivo énfasis puesto en la verificabilidad empírica genere una visión reduccionista de la ciencia que se pierde de muchas otras instancias de la reflexión, como puede ser la pura especulación.

De esta forma, la necesidad apremiante de verificar todo mediante la experiencia condujo a la exclusión de otras disciplinas y enfoques que no cumplían con este principio.



Una corriente llena de virtudes y debilidades

El positivismo lógico fue una teoría muy importante en el siglo XX debido a su enfoque en la ciencia y en el lenguaje. Surgió en torno al Círculo de Viena y sus seguidores realizaron cruciales aportes para desestimar el pensamiento metafísico. En su lugar, los filósofos promovían las explicaciones claras y precisas.

Con todo, su principal debilidad fue reducir la ciencia a puro dato empírico y verificación en la experiencia. Esto ocasionó serias limitaciones para pensar otros aspectos del mundo y de nuestras vivencias humanas. No obstante, el atractivo de esta corriente fue tomado por otras disciplinas. Ejemplo de ello es la lingüística y las ciencias tecnológicas.


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