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Qué es un estudio de caso y cómo desarrollar su metodología

5 minutos
Esta forma de investigación explora a fondo una situación real usando relatos poderosos, voces auténticas y esquemas claros para revelar hallazgos con impacto.
Qué es un estudio de caso y cómo desarrollar su metodología
Última actualización: 02 agosto, 2025

El estudio de caso es un tipo de investigación que busca comprender a fondo un fenómeno, individuo, grupo o situación dentro de un contexto determinado, analizando en profundidad uno o pocos casos. Con frecuencia, se emplea en campos como la psicología, la educación y las ciencias sociales, pues facilita el entendimiento de procesos humanos complejos o dinámicas complicadas de interpretar con métodos de estudios más amplios.

Este tipo de enfoque está relacionado con los análisis cualitativos, cuyo propósito es observar, a diferencia de las investigaciones cuantitativas, las cuales buscan medir variables, identificar patrones y probar hipótesis. Antes de conocer los pasos para construir esta clase de investigación, veamos primero qué la hace única como estrategia metodológica.

Características principales

Para llevar a cabo un estudio de caso sólido y significativo, presta atención a sus elementos esenciales:

  • Focalización en lo particular: en lugar de buscar hallazgos a gran escala, el enfoque radica en comprender lo singular y específico.
  • Consideración del contexto: para entender el caso, hay que mirar el entorno que lo rodea, ya que este también hace parte del objeto de la investigación.
  • Compresión profunda y reflexiva: implica la exploración detallada del caso, lo que permite detectar patrones, relaciones y significados que no suelen ser evidentes a simple vista.
  • Libertad para usar diferentes métodos: con frecuencia se combinan diversas técnicas para recolectar datos. De ese modo, se fortalece la interpretación de los resultados.

¿Cómo se desarrolla un estudio de caso?

Si bien existe cierta flexibilidad para desarrollar este tipo de investigación, se requiere de una estructura metodológica clara, con ciertos criterios y una mirada profunda del fenómeno que se desea analizar. Guíate con estos 5 pasos para su desarrollo.

1. Definir el problema de investigación

Como en otros tipos de estudio, lo primero es establecer el problema que requiere ser comprendido a fondo. Esto significa tener claro qué situación o fenómeno se va a estudiar y por qué. Luego hay que delimitar el objeto de estudio, es decir, «quién» o «qué» será el foco del análisis. Por ejemplo:

  • Un evento: una huelga de trabajadores para examinar sus causas, desarrollo y consecuencias.
  • Un grupo: una familia desplazada por la violencia para analizar cómo reconstruyó su vida en una nueva ciudad.
  • Una institución: un colegio rural que mejoró sus resultados académicos, por lo que se investigará qué prácticas han sido exitosas.
  • Una persona: un estudiante con alto rendimiento académico en un contexto de pobreza extrema, para entender los factores que lo han ayudado a sobresalir.

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2. Selección del caso

Se trata de un paso clave y estratégico. Evita elegir al azar, más bien selecciona con base en lo que quieres entender o descubrir. Por ejemplo, en una investigación sobre el estrés laboral en maestros de colegio, se pueden escoger diferentes tipos de casos:

  • Representativo: sería seleccionar a un maestro de una escuela pública con condiciones promedio que refleje lo que vive la mayoría. Esto ayuda a entender la situación común o general.
  • Extremo: podría ser un maestro que con un nivel de estrés tan alto que tuvo que pedir licencia o cambiar de profesión. Este tipo de caso, aunque poco frecuente, permite observar el fenómeno en su forma más intensa.
  • Revelador: un maestro que logró manejar el estrés de forma excepcional, gracias a técnicas o apoyos inusuales. Esta clase caso da una perspectiva nueva y valiosa que puede abrir los ojos sobre aspectos que no se habían considerado.

3. Recopilación de datos

La recolección de información se hace mediante diferentes fuentes y técnicas. Entre las más utilizadas se encuentran entrevistas completas, observación directa o participante, análisis de documentos, historias clínicas, registros institucionales o diarios personales. Lo aconsejable es combinar varias de estas para verificar y fortalecer los datos, además de garantizar mayor validez a los hallazgos.

4. Análisis e interpretación

El análisis suele hacerse mediante distintas técnicas cualitativas. En primer lugar, tenemos la codificación temática, la cual significa leer las entrevistas, observaciones o textos, y subrayar las ideas principales o temas que se repiten. Imagina que estudias el estrés en estudiantes universitarios. Si muchos mencionan la «presión académica», eso se convierte en un tema clave.

Luego está el análisis narrativo, que se centra en las historias o relatos de las personas. Si un estudiante cuenta cómo cambió su rutina por culpa del estrés, el investigador analiza la forma en que lo narra para entender su experiencia.

Por otro lado, se encuentra el análisis del discurso, el cual examina cómo se usa el lenguaje para comunicar ideas o construir significados. Por ejemplo, si un profesor habla de «estudiantes perezosos», se puede analizar qué ideas sobre el aprendizaje se esconden detrás de esas palabras. En este cuarto paso, el papel de las variables de investigación en psicología cobra especial relevancia, ya que ayudan a organizar la información y guiar la interpretación.

5. Presentación de resultados

Los hallazgos se reportan a través de descripciones narrativas y analíticas que ofrecen una visión detallada del fenómeno que se estudió, cómo ocurrió y por qué puede ser relevante.

El objetivo es que el lector entienda la situación investigada casi como si la hubiera vivido. También puede incluir citas textuales, reconstruir eventos cronológicos o incluso usar mapas conceptuales. Por ejemplo, si el estudio evalúa la inclusión de un niño con discapacidad, el reporte puede tener lo siguiente:

  • Citas textuales de entrevistas: hechas a docentes, familiares o al propio estudiante, las cuales reflejen percepciones y emociones.
  • Mapas conceptuales o diagramas de relaciones: estos son útiles para mostrar conexiones entre actores, eventos o decisiones clave.
  • Análisis interpretativo: para explicar cómo ciertos factores del contexto (como el apoyo institucional o la actitud del grupo) influyeron en el proceso.
  • Narración cronológica de los eventos clave: como su ingreso a la escuela, las primeras interacciones con docentes y compañeros, y cómo evolucionó su participación en clase.

Una metodología de grandes aportes

El principal valor de este tipo de investigación es que proporciona información significativa para generar hipótesis o teorías que ayudan a comprender procesos humanos complejos, y aplicar de forma directa resultados a la práctica profesional.

Además de su utilidad investigativa, el estudio de caso invita a la curiosidad, a respetar lo singular y abrirse a la complejidad. Hoy, cuando la psicología y las ciencias sociales en general se enfrentan a explicar contextos y conductas cambiantes, esta metodología es importante para conocer y formar profesionales que escuchan, observan y comprenden a fondo situaciones del entorno. Su valor va más allá de lo que se descubre: transformar la mirada de quien investiga.


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