Relaciones difíciles: cómo reinterpretar tu narrativa

Obstáculos, debilidades, tristeza... y también relaciones difíciles. Son ingredientes vitales muy sensibles a nuestra forma de afrontarlos. Hoy los tratamos desde la perspectiva literaria: hoy nos convertimos en héroes de nuestra propia vida.
Relaciones difíciles: cómo reinterpretar tu narrativa
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Sonia Budner

Última actualización: 27 mayo, 2020

Somos seres sociales. Es muy complicado, por no decir imposible, desarrollar una vida sana sin relacionarnos con nadie. Desde niños socializamos y formamos parte de grupos más o menos numerosos que pueden ir cambiando y ampliándose en el tiempo y que dan paso a relaciones de todo tipo, incluidas las relaciones difíciles.

¿Quién no mantiene alguna relación tensa? En la familia, en el trabajo, incluso las relaciones de pareja pueden convertirse en relaciones difíciles en un momento dado. Podemos pensar que estas personas aparecen en nuestras vidas como obstáculos, pero también podemos ir un poco más allá y quizás verlas como desafíos.

No nos engañemos: la vida es un continuo desafío. Como seres humanos vamos superando etapas, ciclos y relaciones. Cuando las personas interrelacionan, con sus respectivos bagajes, personalidades, temperamentos, circunstancias presentes y sueños de futuro, estamos hablando casi de un experimento psicoquímico, bastante ambicioso, muy esperanzador, pero que no siempre tiene por qué salir bien.

Pareja enfadada

Chispas o combustión

Generalmente, cuando comenzamos una relación con alguien, ya sea romántica, laboral, familiar o platónica todos deseamos sentir esas chispas que nos hagan sentir vivos, queridos, admirados y respetados. Pero lo cierto es que en muchas ocasiones las chispas se convierten en pura combustión, y eso ya no nos gusta tanto.

Algunas de nuestras relaciones se convierten en difíciles y parece que no haya mucho que podamos hacer al respecto. Las tensiones suelen dar paso a las actitudes más desafiantes e incluso al enfrentamiento verbal. Muchas veces tendemos a evitar a esas personas por no agrandar el conflicto, pero no siempre podemos.

Otra forma de tratar las relaciones difíciles

Si nos fijamos en la literatura o en el cine, descubrimos que cada protagonista cuenta con su propio carácter dinámico, sensible a la evolución de la trama. Surgen situaciones conflictivas provocadas, generalmente, por otro personaje, antagonista al primero. Estos antagonistas son quienes desafían la perspectiva del protagonista, poniéndoles en situaciones que hacen de estímulo para desplegar y mejorar recursos y habilidades.

La vida no es muy diferente. Si nos ponemos nuestro disfraz de protagonistas y somos capaces de empezar a vislumbrar quiénes son nuestros antagonistas, cuáles son los desafíos que plantean para que uno pueda superar la tensión y crecer.

Víctimas o héroes de la relaciones difíciles

Ante la situaciones que plantean las relaciones difíciles, todos tenemos dos caminos: podemos lamentarnos y sentirnos víctimas de nuestros antagonistas o buscar la salida en una solución que nos empodere. No se trata de un enfrentamiento, sino más bien sobre un trabajo interior que desnude las variables o los factores que nos han llevado a esa situación.

La inseguridad no es buena compañera a la hora de enfrentar relaciones difíciles. Comenzar por el aprecio y el respeto a uno mismo es la forma de empezar este camino del héroe. A veces una frase tipo “si me sigues hablando de esa manera, simplemente me voy” refleja una actitud poderosa y muy valiente. Nuestros antagonistas tienen poder sobre nosotros precisamente porque nos atacan donde nos duele.

Comprender y sanar nuestras reacciones

Una parte muy importante de nuestro propio desarrollo psicológico es entender, sanar y cambiar las respuestas a nuestras heridas emocionales. Muchos terapeutas sostienen que atraemos a las personas que poseen los mejores y los peores rasgos de nuestros padres.

Hay una razón por la que ocurre esto. Es una reacción inconsciente a la necesidad secreta (hasta para nosotros mismos) de resolver los problemas que no se pudieron resolver con nuestros progenitores. En muchos casos puede ser el ganarse la admiración y el respeto de un padre crítico y severo.

Si observamos que nuestras relaciones difíciles repiten patrón con figuras de autoridad, los antagonistas de nuestra vida pueden estar representando el papel del padre dominante al que nunca supimos satisfacer.

Este juego de los antagonistas es un recurso que se utiliza con mucho éxito en sesiones de ayuda al desarrollo personal. Es un ejercicio personalizado, donde uno encuentra su personaje y su antagonista. La diferencia con la literatura es que nuestros antagonistas no son personajes demoníacos ni malos por naturaleza. Generalmente son personas como nosotros, con sus miedos, esperanzas, emociones y patrones de conducta adquiridos. Frágiles… y al mismo tiempo débiles.

Los profesores de la paciencia

Si en el marco de las relaciones difíciles decidimos tomar el camino de héroe, empezaremos a ver a nuestros antagonistas como nuestros verdaderos profesores de la paciencia, del coraje, de la compasión, de la flexibilidad …

En realidad, podemos tomarlos como oportunidades para fortalecer y mejorar nuestro carácter y nuestros músculos emocionales. Si trabajamos estos aspectos, seremos capaces de desarrollar y mejorar áreas dormidas, recursos olvidados o ignorados.

Personas hablando de negocios

Las preguntas poderosas

En coaching manejamos muchas preguntas poderosas. Y a la hora de enfrentar relaciones difíciles y hacerlo desde esta perspectiva, hay algunas que podemos hacernos a nosotros mismos. Son preguntas que ponen al descubierto nuestra propia capacidad de discernimiento.

Si queremos jugar a escribir nosotros el libro de nuestra propia vida, analizaremos los personajes que se encuentran en ella. Nos preguntaremos quiénes son nuestros antagonistas actuales y qué les hace convertirse en algo tan desafiante para nosotros.

Si hubiéramos escrito nosotros mismos esa historia, nos preguntaremos por qué hemos elegido a ese personaje en cuestión. Normalmente los antagonistas se crean para conseguir una versión más evolucionada del protagonista de la historia.

Otra pregunta que nos ayudará a manejar relaciones difíciles será qué habilidades o virtudes pueden ayudarnos en este desafío. En coaching manejamos una larga lista de virtudes, como la asertividad, la resiliencia, el coraje, la compasión, la paciencia, la autoconciencia …

Si estás dispuesto a ser el autor de tu propia historia, quizás debas empezar por sentarte y reescribir tu propio guion. Observar las situaciones de tu vida y las relaciones difíciles desde un peldaño más alto, el del guionista, que te va a dar siempre una perspectiva mejor que la que tiene el actor bajo todos los focos.


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