¿Sabes qué es realmente un delirio?
Durante el siglo XVII el concepto de locura se basaba sobre todo en el de delirio, de tal modo que “estar loco” era igual a “tener delirios” y viceversa. En la actualidad, si pidiéramos a una persona cualquiera que describiera su imagen prototípica de un “loco” es muy probable que nos dijera que es aquel que se cree Napoleón o que afirma que le persiguen los marcianos.
Dicho de otra manera, aunque hemos adquirido una visión más amplia de la persona que padece problemas mentales, el delirio sigue formando parte de las características del esteriotipo, además de ser uno de los criterios diagnósticos que más llaman la atención. Etimológicamente la palabra delirio deriva del término latino delirare, que significa salirse del surco labrado. Aplicado al pensamiento sería algo así como “pensar saliéndose del surco normal”.
En sentido lego, delirar significa “desvariar, tener perturbada la razón”. En el lenguaje habitual delirar es prácticamente sinónimo de locura, sinrazón, desvarío o pérdida de realidad.
“Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás”
-Albert Einstein-
La definición más conocida y citada es la que ofrece Jaspers en su Psicopatología General (1975). Para Jaspers, los delirios son juicios falsos, que se caracterizan porque el individuo los mantiene con gran convicción, de manera que no son influenciables ni por la experiencia ni por conclusiones irrefutables. Además, su contenido es imposible.
Para identificar a un delirio como tal deberíamos tener en cuenta el grado en el que la experiencia se ajusta a los siguientes puntos:
- Se mantienen con absoluta convicción.
- Se experimentan como una verdad evidente por sí misma, con una gran trascendencia personal.
- No se dejan modificar por la razón ni por la experiencia.
- Su contenido es a menudo fantástico o cuanto menos intrínsecamente improbable.
- Las creencias no son compartidas por los otros miembros del grupo social o cultural.
- La persona está preocupada con la creencia y le resulta difícil evitar pensar o hablar sobre ella.
- La creencia es fuente de malestar subjetivo o interfiere con el funcionamiento social de la persona y con sus ocupaciones.
En suma, los delirios se caracterizan por ser conceptualmente muy complejos, y quizá por ello resulta tan difícil “encerrarlos” en una definición.
¿Qué tipos de delirios existen?
Uno de los aspectos que más se ha trabajado en el tema de los delirios es el de su clasificación. Así, los delirios se han distinguido en función de la forma que adquieren y del contenido de la experiencia que contienen.
Tipos de delirios según la forma
Desde el punto de vista formal, la distinción que se realiza clasifica a los delirios en delirios primarios o “verdaderos” y delirios secundarios.
Delirios primarios
Los delirios primarios o verdaderos no tienen su origen en una experiencia anómala previa, es decir, no se puede delimitar claramente su origen. Se caracterizan porque una vez que irrumpen en la conciencia del individuo, este va a explicar buena parte de todo lo que le sucede desde el delirio.
La persona es inquietantemente consciente de que se ha producido un cambio en el significado del mundo y de las cosas. Todo parece cambiado, diferente, y esto a su vez lleva a sentimientos terribles, difíciles de describir y más aún de explicar. La explicación no suele ser comprensible para quienes le escuchan.
“Ningún gran genio se dio sin una mezcla de locura”
-Séneca-
Se han postulado cuatro tipos de delirios primarios (Jaspers, 1975):
- Intuición delirante. Por ejemplo, un paciente cae en la cuenta de que las siglas de su nombre, Emilio Albéniz de Darco, significan “Eres El Asesino de Dios”.
- Percepción delirante. Por ejemplo, un paciente, al mirar su nombre escrito en el buzón de su casa se “da cuenta” de que la policía secreta lo ha identificado como el enemigo público número uno.
- Atmósfera delirante. Consiste en la experiencia subjetiva de que el mundo ha cambiado de un modo sutil pero siniestro, inquietante y difícil o imposible de definir.
- Recuerdo delirante. Consiste en la reconstrucción delirante de un recuerdo real, o bien en que, de pronto, el paciente “recuerda” algo que es claramente delirante. Por ejemplo, “recuerda” que es el hijo de Dios.
Delirios secundarios
Los delirios secundarios son comprensibles psicológicamente. Se producen como consecuencia del intento por parte del paciente de explicar una experiencia anormal.
Por ejemplo, un paciente acaba de experimentar una alucinación (dice que ha escuchado una voz muy profunda que le hablaba como si fuera su padre). Esta experiencia suele ser bastante extraña y anómala. Así, es muy probable que nadie se asombre si la explicación que ese paciente nos da de ella resulta asimismo extraña y anómala. Puede decir que ha sido elegido por Dios para salvar al mundo, por ejemplo.
Tipos de delirios según el contenido
El contenido de los delirios puede ser bastante variado y existe una amplia variedad de este tipo de clasificaciones. Aquí vamos a recoger la clasificación más utilizada, la propuesta por el DSM.
Delirio de ser controlado
El sujeto experimenta que sus sentimientos, impulsos, pensamientos o acciones no son propios. Los vive como impuestos por alguna fuerza extraña e irresistible. Por ejemplo, la persona siente que le mandan mensajes desde el televisor que le dicen que tiene que salvar a la humanidad.
Idea delirante corporal
Su contenido principal se refiere al funcionamiento del propio cuerpo. Por ejemplo, el cerebro está podrido, una mujer está embarazada a pesar de estar en la menopausia, etc.
Idea delirante de celos
Supone la convicción delirante de que la pareja sexual es infiel, a pesar de no haber pruebas evidentes a favor.
“Cualquier preponderancia de la fantasía sobre la razón es un grado de locura”
-Samuel Johnson-
Idea delirante de grandeza
Su contenido implica una exagerada valoración de la importancia, el poder, el conocimiento o la identidad personales. Puede ser de naturaleza religiosa, corporal o de otra clase. Por ejemplo, el individuo que cree que es Napoleón Bonaparte.
Idea delirante de pobreza
El sujeto cree que ha perdido o perderá todas o casi todas sus posesiones materiales.
Idea delirante de referencia
Consiste en que los acontecimientos, los objetos o las personas próximas del ambiente del sujeto tienen un sentido particular y no usual, por lo general de tipo negativo y peyorativo. Por ejemplo, una mujer está convencida de que los programas de radio van especialmente dirigidos a ella.
Idea delirante extravagante
Es una falsa creencia cuyo contenido es claramente absurdo y sin base real posible. Por ejemplo, un hombre cree que cuando le extirparon las amígdalas en la infancia le colocaron un dispositivo en la cabeza con cables a través de los cuales podía escuchar la voz del presidente del gobierno.
Idea delirante nihilista
Gira en torno a la existencia del yo, de los demás y del mundo. Por ejemplo, “el mundo se ha terminado”, “nunca más tendré cerebro” o “no necesito comer porque estoy hueco”.
Idea delirante persecutoria
Su tema central es la convicción de que una persona o grupo es atacado, acosado, engañado, perseguido o víctima de una conspiración. Por ejemplo, un paciente que cree que es perseguido por el FBI.
Delirio de culpa
El paciente se siente culpable y responsable de todo tipo de miserias. Por ejemplo, cree firmemente que el responsable del hambre en el mundo es él.
Delirio de Sosías o Síndrome de Capgras
El individuo cree que personas importantes en su vida están siendo usurpadas por un impostor, aun a sabiendas de que tienen la misma apariencia.
Delirio de amor o Síndrome de Clerembault
El paciente cree que alguna otra persona está locamente enamorada de él. Por ejemplo, una persona que cree firmemente que la princesa de España está enamorada de él.
Algunas curiosidades acerca de los delirios
El tema de los delirios es bastante espectacular y notorio. Debido a lo llamativo de los mismos, no suelen pasar desapercibidos. Así, hay algunos casos que han llegado a trascender, como son los siguientes:
El caso de “El pequeño Nicolás”
El joven Francisco Nicolás Gómez Iglesias está en libertad provisional por hacerse pasar por asesor del Gobierno y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con uso de documentación falsa. El informe médico forense, que recoge el auto de la jueza de instrucción número 24 de Madrid, ha observado en él “una florida ideación delirante de tipo de grandeza”.
El intento de asesinato de Ronald Reagan
El intento de asesinato de Ronald Reagan por parte de John Hinckley Jr. se consideró provocado por una ilusión erotomaníaca o delirio de amor, según la cual la muerte del presidente causaría que la actriz Jodie Foster declarase públicamente su amor hacia Hinckley.
El mundo del cine también ha sabido reflejar las ideas delirantes, apareciendo estas en multitud de películas. A continuación de dejo con dos de ellas:
Película “Take Shelter” (2011)
Un padre de familia normal y corriente empieza a ceder al miedo de un posible apocalipsis sin estar sujeto a ninguna explicación racional.
Película “The Witch” (2015)
Narra la vida de una familia de colonos norteamericanos que se trasladan a un asentamiento aislado en el bosque para empezar una nueva vida. El choque entre la presencia de una bruja en los alrededores de su casa y la fuerte fe religiosa de la familia hará que poco a poco vayan surgiendo ideas delirantes.
Como hemos visto a lo largo de este artículo, un delirio es una construcción mental compleja que se puede englobar debajo de un paraguas de características compartidas. Por otro lado, los delirios no dejan de ser una demostración del poder creativo de nuestra mente y de su necesidad de darle coherencia a la realidad que percibe, de manera que muchos delirios no dejan de ser la explicación más plausible que la persona encuentra para sus alucinaciones.
Bibliografía:
Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (Eds.) (2008). Manual de psicopatología (2 vols.), edición revisada. Madrid. McGraw-Hill.
American Psychiatric Association (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Editorial Médica Panamericana.