San Valentín, la verdadera historia y origen del día de los enamorados
El Día de San Valentín no es una invención de los grandes almacenes. Más allá del marketing, los regalos, los viajes y las cenas románticas, se esconde una historia tan singular como fascinante que merece ser conocida. El 14 de febrero simbolizó el propósito de un Papa de acabar con ciertas costumbres paganas que aún se practicaban en Roma, y ensalzar así la figura de un valiente sacerdote.
Dicen los historiadores que el día de los enamorados fue un invento, una hábil estratagema del Papa Gelasio I por terminar con aquellas fiestas que se celebran en la Roma del siglo 495 d. C en honor al dios romano Lupercus, protector de la fertilidad y los rebaños e identificado con el lobo sagrado de Marte. Los pastores y gran parte de la población esperaban con ansia la llegada de esos días contenidos entre el 13 y el 15 de febrero para dar sus honores a la loba que amamantó (según la leyenda) a los fundadores de Roma: Rómulo y Remo.
La élite católica sitúo de forma expresa su propia festividad el 14 de febrero intentando abolir dicha tradición pagana. Sin embargo, esa decisión por acabar con los ritos arcaicos relacionados con la fertilidad, se mantuvo durante siglos, quedando así para la historia la festividad del día de los enamorados. No obstante, eso sí, esta celebración fue eliminada del calendario católico en 1969 durante el papado de Pablo VI.
El Concilio Vaticano II pensó que se entremezclaba demasiado el mito con la leyenda. Sin embargo, el papa Francisco quiso en el 2014 recuperar esa festividad y darle una vez más, un sentido religioso. Celebró una misa donde acudieron cientos de parejas para homenajear a una figura: San Valentín.
¿Quién fue San Valentín?
San Valentín existió. Los arqueólogos han encontrado una catacumba situada en la viale Maresciallo Pilsudski (el barrio de Pinciano en Roma) dedicada a esta figura. Asimismo, el culto a su persona aparece también en otros países como en la iglesia parroquial de la Asunción de Santa María en Chelmno, Polonia; en la iglesia Stephansdom en Viena, en Malta y también en la iglesia del Beato John Duns Scotus en Glasgow, Escocia.
Su historia, el relato que trazó esta festividad tan especial, se inicia en la Roma del siglo III.
“Porque este era el día de San Valentín, cuando cada ave de todo tipo que los hombres pueden imaginar, llega a este lugar para elegir a su compañero”.
-Geoffrey Chaucer-
El emperador Claudio II, el hombre que prohibió el matrimonio entre los soldados
En el siglo III a. C el Imperio Romano se batía con numerosos problemas. El primero era la férrea incursión de los godos. Lo segundo, era una escasez de mano de obra tanto para el campo como en las filas del ejército. El emperador necesitaba por tanto soldados fuertes entregados a la causa y por ello, dictaminó una ley tan inusual como llamativa.
Prohibió a los soldados que se casaran. Según él, un hombre sin familia está más comprometido con su emperador y centrado en la batalla. El tercer problema para el Imperio, eran también los cristianos, a los cuales perseguía, torturaba y asesinaba. Fue en este contexto donde emergió con fuerza una figura muy singular.
Un sacerdote valiente
En textos como Legenda Sanctorum de Jacobus de Voragine y en la Crónica de Nuremberg, 1493 se habla de un sacerdote de gran carácter y valentía que no solo protegía a los cristianos. Además, defendía el matrimonio tradicional y casaba en secreto a los soldados con sus parejas.
Aquello alzó la ira del estado y San Valentín fue llevado ante el juez Asterio de Roma para ser juzgado. Este le indicó que si en verdad era santo, que curara la ceguera de su hija. San Valentín así lo hizo, y con ello no solo se libró de la muerte, sino que convirtió al cristianismo a Asterio y toda su familia.
No obstante, esta felicidad y el alivio por salvar la vida duró poco. Tiempo después, el emperador Claudio lo apresaría de nuevo. Estaba cansado de sus desafíos, lleno de ira ante un hombre que estaba adquiriendo una fama excesiva.
Fue rápidamente juzgado y condenado a muerte. No obstante, antes de ser martirizado, a Valentín se le permitió escribir una carta a esa joven a la que había devuelto la vista. Para muchos fue una carta de amor, para otros una despedida. Fuera como fuera, con esa misiva se asentó también la tradición del envío de cartas y notas a las personas que amamos en esta fecha.
Tras esa última concesión, el sacerdote fue golpeado públicamente con palos y piedras. Después, sería decapitado en la Puerta de Flaminia el 14 de febrero de 269 d.C. ante toda la plaza.
Otra versión de San Valentín
Por su parte, otras fuentes afirman que Claudio II, al enterarse de los votos matrimoniales que él mismo había prohibido, mandó a capturar a San Valentín para reprenderlo y desterrarlo.
Sin embargo, gracias a la influencia de otros funcionarios, mandó a decapitar al sacerdote. Mientras éste esperaba en prisión, notó que la hija del juez era ciega. Así que oró a Dios y le pidió que la joven recuperara la vista, para pudiera verlo el día de su ejecución.
Llegado el día, San Valentín le regala un papelito a muchacha para que lo leyera. Ella, sin comprender lo que le pedía (dada su ceguera), abrió la nota y por primera vez logró ver; siendo su primera imagen una frase escrita por el sacerdote que decía: “Tu Valentín“.
Los historiadores que apoyan esta versión defienden que Valentín se enamoró de la hija del juez, por lo que el simbolismo como santo del amor es mucho más significativo.
Geoffrey Chaucer y la tradición romántica del día de San Valentín
El historiador William Federer explica que esa visión algo dramática de San Valentín con su martirio y su final, fue suavizada gracias a los poemas de Geofrey Chaucer. Este escritor, filósofo, diplomático y poeta inglés, nos hizo asociar esta festividad con el amor cortés. Así y, de algún modo, la visión más religiosa perdió su estela original para tornarse más cercana, romántica y detallista.
Geoffrey de Chaucer nos describe en su poema Parlement of Foules (1382) cómo un amado ofrece a su amada una carta en el día de San Valentín. Más tarde, ya encontramos otros testimonios sobre cómo esta práctica fue asentándose en la corte inglesa y después en la francesa.
Así, el duque de Orléans le enviaría a su esposa una carta con un emotivo poema para recordarle su amor en esta fecha mientras se encontraba retenido en la Torre de Londres durante la batalla de Agincourt. Como vemos, la festividad de esta fecha encierra una serie de historias cuya tradición se ha mantenido firme a pesar de los siglos.
Al fin y al cabo, el amor es esa fuerza incombustible que siempre nos inspira y nos da la vida. Celebremos por tanto el San Valentín no solo cada 14 de febrero, sino cada día del año.
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- Chaucer and the Cult of Saint Valentine. Davis Medieval Texts & Studies
- Barth, Edna (1974) Corazones, cupidos y rosas rojas: La historia de los símbolos de San Valentín.