Seis consejos para gestionar y resolver conflictos
Resolver conflictos de manera pacífica y asertiva es un arte. No todos disponemos de estas habilidades, de estas herramientas con las cuales lidiar con las diferencias, encauzar los diálogos para llegar a acuerdos y reducir tensiones. Ahora bien, más allá de lo que podamos creer estas competencias pueden aprenderse, entrenarse y alzarnos así como adecuados gestores en este campo.
¿Quién no ha vivido algún tipo de discrepancia? ¿Quién no se ha visto en la compleja situación de tener que resolver una diferencia con algún compañero de trabajo, familiar o incluso con nuestra pareja? Los conflictos no tienen por qué darnos miedo o llenarnos de tensiones y emociones contrapuestas.
En ocasiones. son un modo excelente con el que dar notables avances en nuestras vidas. Es permitirnos actuar con seguridad defendiendo posiciones pero a su vez, sabiendo ceder en ciertas partes para facilitar acuerdos, para lograr una resolución idónea para ambas partes. Los aprendizajes que aportan este tipo de dinámicas pueden ser sin duda muy positivos.
Un modo excelente de resolver conflictos es aprendiendo a negociar. Factores como la escucha activa, la asertividad y las habilidades comunicativas son herramientas más que necesarias para tener éxito en estas situaciones.
De qué depende la capacidad para resolver conflictos
Dentro de la psicología social, los conflictos han sido siempre un tema de gran interés y relevancia. Así, autores como Kurt Lewin y sus estudios sobre las dinámicas de grupos se alzan como un tema vertebrador del que todos podemos aprender para resolver estas situaciones.
Por otro lado, y dentro de este contexto se establece que la capacidad para resolver con éxito un conflicto depende de la capacidad de cada uno para controlar el estrés, así como las propias emociones.
De hecho, los doctores Jamil Zaki, Kelly Hennigan y Jochen Weber, de la Universidad de Columbia, realizaron un estudio en el 2010 que les llevó a descubrir una serie de aspectos clave sobre la gestión de conflictos. Según este trabajo, para afrontar con éxito cualquier discrepancia necesitamos entrenar los siguientes aspectos:
- Desarrollar una buena empatía.
- Controlar el estrés: Si eres capaz de controlar el estrés de forma rápida sin dejar de ser alerta y calma podrás leer con precisión e interpretar la comunicación verbal y no verbal del otro.
- Controlar las emociones y el comportamiento: Si eres capaz que mantener el control de tus emociones podrás comunicar tus necesidades sin amenazar ni asustar (y sin agredir física o verbalmente) a los otros.
- Prestar atención: Sólo así podrás descubrir sus sentimientos y escuchar lo que te dice.
- Ser consciente de las diferentes y respetarlas: Si evitas palabras y acciones irrespetuosas conseguirás resolver el problema más rápido.
Claves para gestionar y resolver conflictos
Todo conflicto está nutrido por un sinfín de complejas emociones: rabia, miedo, enfado, inseguridad, frustración… Lo primero que vamos a necesitar para resolver conflictos es calma. Es silenciar todo ese ciclón de sensaciones internas para ver las cosas con mayor claridad y aplomo.
Solo cuando nuestra mente esté en silencio hallaremos la seguridad suficiente como para actuar con acierto y seguridad.
1. Presta atención y escucha
Cuando escuchamos nos conectamos más a la propia situación. De este modo, logramos descubrir más aspectos, más detalles… Nos referimos a toda esa información que va más allá de las palabras, como las emociones ajenas y ese lenguaje no verbal imprescindible.
Escucha y atiende, sé capaz de intuir qué hay detrás de ciertas conductas o actitudes. Toda la información que puedas obtener abriendo bien los oídos, ojos, sentidos y corazón te serán de gran utilidad para poder llegar a posibles acuerdos.
2. La prioridad es la resolución del conflicto, no ver quién tiene razón
No se trata de ganar o perder en la discusión, sino de mantener la relación y seguir adelante. Para eso es fundamental ser respetuoso con la otra persona y con su punto de vista.
3. Sin rencores del pasado, céntrate en el aquí y ahora
Si te mantienes anclado en resentimientos del pasado tu capacidad para ver la realidad actual se verá afectada. Si quieres seguir adelante tendrás que centrarte en el momento (aquí y ahora) y resolver el problema actual, en vez de mirar al pasado.
4. Si puedes evitarlo no des lugar al conflicto
Resolver un conflicto puede ser agotador, por lo que haz todo lo posible por evitarlo si realmente puedes hacerlo, especialmente si se trata de un tema sin trascendencia.
5. Debes estar dispuesto a perdonar
Es imposible resolver el conflicto si no estás dispuesto a perdonar o eres incapaz de hacerlo. Si no te desprendes de la necesidad de “castigar” al otro no podrás gestionar las diferencias de manera adecuada.
Toma consciencia de que en toda disputa, discrepancia o conflicto es necesario ceder en algún aspecto para llegar a una resolución.
6. A veces hay que dejar que las cosas pasen
Puede que en algunas ocasiones sea imposible llegar a un acuerdo. Ahora bien, “dos no discuten si uno no quiere”, por lo que puede ser buena opción en algunos desconectar y seguir adelante, sin dejar que el conflicto llegue a lo personal.
Aunque esto no siempre es posible o aconsejable, puede ser una opción para sobrellevar pequeños desacuerdos y que el conflicto no crezca y se convierta en algo realmente importante.
Para concluir, más allá de lo que muchos asumen, en un conflicto no hay ganadores o perdedores. Hay personas que lidian con emociones contrapuestas y posturas discrepantes. El éxito está siempre en poder llegar a un acuerdo para ambas partes.
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- Lewin, K. (1948). Resolving Social Conflicts: Selected Papers of Group Dynamics. Social Forces, 27(2), 167–168. https://doi.org/10.2307/2572316
- Zaki, J., Hennigan, K., Weber, J., & Ochsner, K. N. (2010). Social Cognitive Conflict Resolution. Journal of Neuroscience, 30(25), 8481–8488. https://doi.org/10.1523/JNEUROSCI.0382-10.2010