Señales de que hay algo que no funciona
Nunca es fácil trazar los límites que separan los malestares normales de la vida, de la presencia de un trastorno emocional o mental. Las barreras a veces son muy sutiles. Por eso no es raro que una persona jamás sea diagnosticada de un problema psicológico que debe tratarse, o que ocurra lo contrario: se le diagnostique de algo que realmente no padece.
Hay algunas señales que aparecen en tu vida y a las que debes prestarles atención. Son indicadores que por sí solos no significan nada. Lo más importante es que establezcas por cuánto tiempo han estado presentes en tu vida. Si llevas más de 3 meses continuos con alguno de esos síntomas, es hora de que pienses seriamente en consultar con un profesional de la salud mental.
Estas son las señales de que algo anda mal:
Dormir mal
Así como los ojos son el espejo del alma, el sueño es el espejo de la mente. Básicamente todas las patologías mentales comienzan con los problemas de sueño. Esto, por supuesto, no significa que si tienes dificultades para dormir es porque padeces una enfermedad mental.
En todos los casos, los problemas de sueño son indicadores de que tienes dificultades con tus pensamientos o tus emociones. Si dormir se convierte en un problema crónico, o si este síntoma está acompañado por al menos otros tres de los que siguen en esta lista, es posible que sea el momento de pedir ayuda.
Sentir achaques con frecuencia
Cuerpo y mente siempre están correlacionados. Si no te han diagnosticado una enfermedad crónica, pero aún así parece que nunca tienes buena salud, es posible que tu cuerpo esté intentando gritarte lo que tu mente se niega a escuchar. Más que enfermedades en sí, esta señal habla de dolores imprecisos en diferentes partes del cuerpo; mala digestión frecuente; espasmos musculares; sensación constante de malestar; mareos, ahogos y todas aquellas molestias que ni se convierten en una enfermedad como tal, ni tampoco te dejan sentirte bien.
Llorar con frecuencia o sentir apatía
Es cierto que algunos lloran hasta con los comerciales de la tele. Esto no es preocupante si no está acompañado por un cierto estado de ánimo más bien tristón a todo momento. Si las ganas de llorar no se van, con comercial o sin él, es posible que tengas una tristeza que está pasando el límite de lo normal para ti.
La tristeza se convierte en una señal de alarma cuando la ocasiona un motivo impreciso. Si has sufrido una pérdida hace más de un año (o de dos años, cuando se ha perdido a un hijo), no tendrías que estar triste en todo momento. Si lo estás, y alternas ese estado de ánimo con una profunda apatía, es conveniente que consultes al respecto.
Irritabilidad
Cuando te sientes molesto con facilidad, por situaciones que son cotidianas y no ameritan mayor importancia, quizás estás dando muestras de que tienes un problema sin resolver. Detrás de la ira siempre hay una dosis de frustración. Irritarse y frustrarse es completamente normal: nos pasa a todos en algún momento. Pero si esa forma de sentir persiste y se instala en ti convirtiéndote en una persona gruñona y que le pone un sabor amargo a todo lo que vive, es posible que necesites ayuda profesional.
Otras señales importantes son la pérdida de la memoria, la falta de concentración y la sensación de estar fatigados todo el tiempo. Si además sientes que trabajas mucho, pero que eso no se ve compensado con mayor productividad o crecimiento, seguramente algo anda mal en tu vida.
A veces, solucionar eso que te está cercando es más sencillo de lo que podrías imaginar. A veces, solo se trata de pedir ayuda en el momento correcto y todo comienza a fluir.
Imagen cortesía de Refat