Si el amor es una planta, la libertad es el agua
Todos nacemos y morimos solos. Aunque somos seres sociales y deseemos pasar mucho tiempo con nuestra pareja, es vital que aprendamos a pasar tiempo en solitario y que le demos su propio espacio a quien vive a nuestro lado.
¿Por qué nos es tan importante la libertad?
Cada uno de nosotros necesita su espacio, tener tiempo a solas, un momento para pensar, para poner en orden sus ideas y para vivir por uno mismo. Cuando tu pareja intenta coartar esta libertad o tu intentas limitar la libertad de tu pareja, se anula a la otra persona. Esto pasa porque quien busca el control no ha aprendido que cada uno necesita tener sus propias alas para volar libremente, antes de volver al nido o tiene problemas de seguridad en sí mismo. Si realmente quieres a una persona, no puedes intentar retenerla todo el día junto a ti y evitar que viva su propia vida, lo cual sería una muestra de egoísmo y posesividad.
Tu pareja no es de tu propiedad
Si convives en pareja debes saber que la libertad es fundamental para mantener esa chispa que da vida a la convivencia. Aunque muchos tienen el concepto equivocado de que amar a alguien significa estar las 24 horas con esa persona, esto en realidad produce más problemas que beneficios a la pareja.
En lugar de pretender que tu pareja esté en todo momento contigo, fomenta su individualidad, que tenga sus momentos de soledad, sus momentos para vivir a su manera, salir con amigos y conocer gente. Recuerda que no se vale pedir que nos informe de todo lo que hace cuando no está con nosotros, ya que esto solo demuestra que no confías en tu pareja y que su privacidad no nos importa ni la respetamos.
Evita mimetizarte con la otra persona
Seguro has visto parejas que lucen muy parecidas, sus gustos y su círculo de amigos son uno solo. En un inicio puede parecer que esta relación es muy fuerte y que lo tiene todo para ser exitosa. Por desgracia, muchas de ellas suelen terminar bastante mal cuando una de las personas siente que no tiene individualidad o se siente aprisionada por la falta de libertad.
El problema con esta mimetización es que poco a poco se pierde la esencia de lo que cada uno es y con el tiempo son menos las emociones nuevas o los momentos que se desean compartir. De pronto, el salir a tomar un café o a bailar con tu pareja ya no resulta tan emocionante y preferirías estar con personas nuevas.
La diferencia entre el árbol sano y la planta débil
Para construir una relación fuerte, basada en la confianza, el respeto, la libertad y la comprensión se debe que trabajar duramente, regar la semilla cada día y al final obtendremos un árbol fuerte. Lo contrario, fomentaría una relación de desconfianza y control que dará origen a una planta débil que no soportará mucho.
Foto cortesía de optimarc