7 maneras de entender la psicología
Hay muchas formas de concebir el comportamiento humano, muchos planos desde el que analizarlo; por lo tanto, hay prácticamente las mismas maneras diferentes de entender la psicología, que es la disciplina que persigue la explicación de los procesos de la mente y de su expresión conductual. ¿Cómo es posible, ante tanta variedad de enfoques, lograr cierta unanimidad a la hora de dar sentido a la conducta?
Los psicólogos utilizan varias perspectivas o enfoques al estudiar cómo piensan, sienten y se comportan las personas. Sea cual sea el enfoque, el objeto de estudio es invariable y las conclusiones no suelen estar muy alejadas las unas de las otras. Aquí te presentamos algunas pistas para ayudarte en la búsqueda de esa comprensión.
Algunos investigadores se centran en una escuela de pensamiento específica. Otros, por el contrario, adoptan un enfoque más ecléctico que incorpora múltiples puntos de vista. En este sentido, no hay una perspectiva única que sea mejor que otra por definición; simplemente, cada una enfatiza diferentes aspectos del comportamiento humano.
“Supongo que es tentador tratar todo como si fuera un clavo, si la única herramienta que tienes es un martillo”.
-Abraham Maslow-
En lo que a la psicología se refiere, un enfoque es una perspectiva que implica ciertos supuestos sobre el comportamiento humano por contraposición a otros supuestos diferentes, atendidos por otras escuelas. Puede haber varias teorías diferentes dentro de una misma corriente, pero todas comparten ciertas raíces cuando se engloban bajo la misma escuela.
Algunos de los enfoques actuales más importantes de los que dispone la psicología para entender la conducta humana son:
- Conductista.
- Cognitiva.
- Biológica.
- Psicodinámica.
- Humanista.
- Evolucionista.
- Sociocultural.
A continuación, vamos a revisar en qué consiste cada una de ellas:
Enfoque conductista
El conductismo es diferente de la mayoría de los otros enfoques porque ve a las personas -y también a los animales- como seres “controlados” por su entorno. De manera específica, para el conductismo somos el resultado de lo que hemos aprendido en función de estímulos, reforzadores y asociaciones; así, el conductismo estudia cómo los factores ambientales (estímulos) afectan la conducta observable (respuesta).
El enfoque conductista propone dos procesos principales mediante los cuales las personas aprenden de su entorno: el condicionamiento clásico y el condicionamiento operante. El condicionamiento clásico lo vemos reflejado en el experimento de Pávlov, el operante en los de Skinner.
Según el enfoque conductista, solo se debe estudiar el comportamiento observable porque es el único susceptible de medición. De hecho, el conductismo rechaza la idea de que las personas tengan libre albedrío, ya que defiende que el entorno determina todo el comportamiento.
Enfoque cognitivo
El enfoque cognitivo gira en torno a la idea de que si queremos saber qué es lo que hace funcionar a las personas, hay que descubrir qué opera en su mente. Por eso, esta forma de entender la psicología se centra en analizar los procesos mentales; en otras palabras, desde la perspectiva cognitiva, los psicólogos estudian la cognición -es decir, el acto o proceso mental mediante el cual se adquiere el conocimiento-.
Así, el enfoque cognitivo se ocupa de las funciones mentales, como la memoria, la percepción, la atención… En cierto sentido, siendo una metáfora superada pero válida para hacernos una idea, el cognitivismo considera que las personas son similares a los ordenadores en la forma de procesar la información.
Enfoque biológico
El enfoque biológico explica el comportamiento atendiendo a la genómica subyacente; emplea el estudio de cómo los genes afectan a la conducta de las personas. Desde esta forma de entender la psicología, se cree que la mayoría del comportamiento se hereda y tiene una función adaptativa.
El enfoque biológico se basa en las relaciones entre la conducta y los mecanismos cerebrales que la sustentan. Así, busca las causas del comportamiento en la actividad de los genes, el cerebro y los sistemas nervioso y endocrino; es decir, en la interacción de todos esos componentes.
Así, los psicobiólogos se fijan en los efectos del cuerpo sobre la conducta, los sentimientos y los pensamientos. De este modo, tratan de entender cómo la mente y el cuerpo trabajan juntos para crear emociones, recuerdos y experiencias sensoriales.
Enfoque psicodinámico
Hablar de enfoque psicodinámico es hablar Sigmund Freud, quien elaboró los principios psicodinámicos al observar que la psique de algunos de sus pacientes estaba gobernada por su subconsciente. Y es que los psicólogos psicodinámicos o psicoanalistas enfatizan el papel de la fuerzas y conflictos internos de la conducta.
Así, los actos humanos surgirían de instintos innatos, impulsos biológicos e intentos por resolver conflictos entre las necesidades personales y las exigencias impuestas por la sociedad.
El enfoque psicodinámico plantea que los eventos en nuestra infancia pueden tener un impacto significativo en nuestro comportamiento como adultos. De este modo, nuestro comportamiento está determinado por la mente inconsciente y las experiencias de la infancia, puesto que las personas, según este enfoque, tenemos poca voluntad para tomar decisiones.
Un aspecto importante del psicoanálisis como escuela es la teoría de Freud del desarrollo psicosexual. Esta teoría muestra cómo las experiencias tempranas afectan a la personalidad adulta, y propone que la estimulación de las diferentes áreas del cuerpo es importante a medida que el niño progresa a través de las etapas de desarrollo.
Esta teoría postula que muchos problemas del adulto derivan de una ‘fijación en fase’ del niño en su desarrollo psicológico y sexual.
Enfoque humanista
El enfoque humanista enfatiza el estudio de la persona como una entidad completa e integrada. Los psicólogos humanistas observan el comportamiento humano no solo a través de los ojos del observador, sino a través de los ojos del propio individuo, teniendo en cuenta la confluencia de todas y cada una de sus esferas vitales.
Desde esta manera de entender la psicología, se cree que el comportamiento de un individuo está conectado a sus sentimientos internos y a la imagen de sí mismo. La perspectiva humanista se centra en la idea de que cada persona es única e individual, y tiene la libertad de cambiar en cualquier momento de su vida.
Esta visión sugiere que todos somos responsables de nuestra propia felicidad. Por tanto, contamos con la capacidad innata para la autorrealización, que alude a nuestro deseo por desarrollar nuestro potencial.
Enfoque evolucionista
Desde el enfoque evolucionista, el cerebro -y, por lo tanto, la mente- evolucionó para resolver los problemas encontrados por nuestros antepasados cazadores-recolectores durante la época paleolítica, hace más de 10 000 años. En este sentido, esta corriente explica el comportamiento en términos de las presiones selectivas que dan forma al comportamiento a lo largo del proceso de evolución natural.
Según la perspectiva evolucionista, el comportamiento observable se ha desarrollado porque es adaptativo y, en este sentido, se parece al enfoque biológico. Nuestro comportamiento ha sido seleccionado de forma natural, según esta teoría; es decir, los individuos mejor adaptados son los que sobreviven y se reproducen.
Esta forma de entender la psicología sugiere que la conducta es moldeada por tendencias y disposiciones innatas.
Los comportamientos pueden incluso ser seleccionados sexualmente. En esta línea, las personas que tienen más éxito en obtener acceso a recursos sexuales dejarían mayor descendencia. Debido a ello, sus rasgos se harán más abundantes con el tiempo y, por lo tanto, la mente estaría equipada con instintos que permitieron a nuestros antepasados sobrevivir y reproducirse.
Así, el enfoque evolucionista se centra en determinar la importancia relativa de los factores genéticos y la experiencia en relación con aspectos específicos de la conducta.
Enfoque sociocultural
Por último, el enfoque sociocultural estudia cómo la sociedad y las cultura afectan al comportamiento y al pensamiento. Es decir: se fundamenta en las influencias culturales y sociales que rodean a las personas, y en la manera en que influyen o impactan en su manera de actuar y pensar.
Desde esta perspectiva, la cultura es un factor determinante en la conducta humana. Por eso estudia las diferencias que existen entre las distintas sociedades, y para ello examina la causas y las consecuencias de los comportamientos de los habitantes de diferentes países. Realiza sus interpretaciones considerando el entorno cultural del individuo.
El enfoque sociocultural defiende que la cultura y la mente son inseparables, ya que se construyen mutuamente; por eso se centra en las interacciones que se dan entre personas y ambiente.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Ryle, G. (2005). El concepto de lo mental. Barcelona: Ed. Paidós.