9 signos de recaída en la depresión
Pocas realidades suscitan más inquietud que una recaída en la depresión. Sin embargo, es importante señalar que perder algunos de los avances conseguidos en la intervención durante el periodo de seguimiento es común.
Lo que suele complicar el diseño de una nueva intervención para detener y parar la recaída son los pensamientos poco adaptativos respecto al yo. En estos momentos, la persona suele ver herida su autoestima, sintiéndose como débil o poco fiable. Sin embargo, en estos momentos también juega a favor de la persona el hecho de conocer bien al enemigo y saber cuál es el primer paso.
En este momento, pedir ayuda es necesario. Es bueno que la segunda medida vaya encaminada a detener los pensamientos que alimentan, a su vez, los sentimientos de indefensión, vergüenza o culpabilidad. Al fin y al cabo, esas sensaciones y autopercepciones no hacen más que agravar el propio malestar.
El modo en que afrontemos dicha recaída será determinante; por ello, contar con ayuda especializada será crucial.
Decisivo es también saber detectar cambios en los indicadores asociados a la depresión. Es relevante destacar que, si bien es común experimentar los mismos síntomas que la primera vez, en ocasiones se le añaden características nuevas. Analicemos, por tanto, esa sintomatología asociada a las recaídas.
Se estima que un tercio de las personas que dejan tanto la terapia como los tratamientos, recaen los siguientes meses en la depresión.
¿Qué nos debe poner en alerta en lo referente a una recaída?
Puede que nos preguntemos por qué hay personas que son capaces de superar una depresión sin recaer. Bien es cierto que hay múltiples factores, pero quizás el primero sea la calidad de la intervención y el segundo la propensión de la persona a adoptar ciertos hábitos de vida que son más compatibles con determinados pensamientos, como los de inadecuación.
Así, una investigación del National Library of Medicine destaca un hecho. Cerca de un tercio de las personas que dejan antes de tiempo tanto la medicación como sus sesiones de terapia para tratar la depresión recaen en el plazo de un año. Siempre quedan dimensiones residuales, nudos no resueltos y estrategias por aprender que pueden favorecer dicha reaparición.
Asimismo, también debemos comprender un factor. La recuperación de un trastorno psicológico nunca es estática o lineal y volver a confluir en dicha condición es algo común. Hasta forma parte de ese proceso de sanación. No nos culpabilicemos de ello, limitémonos a responsabilizarnos de los que nos pasa afrontando esa realidad.
Conocer los signos de la recaída en la depresión es algo esencial.
1. Embotamiento emocional: no siento nada
Una de las características evidentes del retorno de una depresión es empezar a desconectarnos de lo que nos rodea. Poco a poco, se dejan de experimentar emociones ante situaciones que, generalmente, deberían hacernos sentir alegría, felicidad, tristeza o incluso angustia.
La vida empieza a sentirse a menos decibelios y la motivación y el interés por trabajar, relacionarnos o disfrutar del ocio se reducen.
El embotamiento emocional suele ser signo de una depresión no sanada y latente en la persona. También de un trastorno de estrés postraumático.
2. No querer salir: mejor me quedo en casa
Es cierto, a veces, no apetece salir a cenar, acudir a un concierto, visitar a amigos o familiares. Sin embargo, uno de los signos de recaída en la depresión es un deseo cada vez más patente de quedarse en casa. Por no salir. Por dejar al mundo detrás de una puerta.
Faltan las energías para acudir al trabajo, para hacer la compra, recoger a los niños del colegio… Ser, en esencia, esa persona socialmente activa e interesada por la vida.
3. Cambios en el sueño: dormir más o no poder dormir
Las alteraciones en el sueño son siempre un síntoma recurrente en los trastornos del estado de ánimo. No solo puede aparecer el insomnio o el levantarnos cansados por un sueño interrumpido y poco reparador. En ocasiones, también podemos experimentar hipersomnia, es decir, dormir en exceso, tener una necesidad persistente por cerrar los ojos y alejarnos de todo.
4. Autocrítica e irritabilidad: todo es insoportable
Casi sin saber cómo, uno empieza a ser la peor compañía para los suyos. Falta la paciencia, nos sentimos más irritables e hipersensibles, todo molesta, todo preocupa y nos pone en alerta. Esta actitud deriva a menudo en discusiones con los demás, en momentos incómodos que, a la larga, nos hacen sentir peor con nosotros mismos.
La autocrítica y el devaluarnos son otros de los signos de recaída en la depresión. La mente se torna en nuestra contra, dejamos de ser compasivos con nosotros mismos y esto nos sume día a día en una clara deriva hacia el malestar.
5. Niebla mental: cuando pensar agota
Tomar decisiones, concentrarnos en algo, reflexionar e incluso recordar cosas sencillas, se vuelve complicado. La niebla mental es un síntoma cognitivo de los trastornos depresivos que no podemos dejar de lado. La confusión, sufrir olvidos y notar cómo nos cuesta planificar tareas son signos que no podemos descuidar.
6. Cambios en la alimentación: de la inapetencia a los atracones
Hay quien pierde el apetito y el placer por comer. En cambio, otras personas empiezan a relacionarse de forma inadecuada con la comida. Recurren a los atracones, a la alimentación inadecuada, esa que elige productos calóricos solo por el placer que generan en el cerebro.
Tengámoslo presente, el vínculo que establecemos con la comida es a menudo el claro reflejo de nuestro estado de ánimo. No pasamos por alto este factor.
Perder el apetito o experimentar una necesidad constante por comer pueden ser signos de un trastorno depresivo.
7. Pérdida del deseo sexual: cuando no apetece
Es muy común que, cuando hay una depresión latente, el deseo sexual se desvanezca. En la vida íntima de una pareja, esa lejanía bajo las sábanas, esa inapetencia o realidades como la disfunción eréctil pueden ser síntoma ineludible de un problema psicológico latente.
8. Síntomas somáticos: cuando el cuerpo habla
Dolor de espalda, alteraciones digestivas o intestinales, cansancio inexplicable, cefaleas, caída del cabello, mayor tendencia a las infecciones…
Otro de los signos de la recaída en la depresión es la aparición de alteraciones de la salud, de síntomas somáticos que no siempre tienen un origen biológico concreto. El desencadenante, en estos casos, es emocional.
9. Sentimientos de inutilidad: no valgo para nada
“¿Qué sentido tiene todo? ¿Para qué me esfuerzo si nada me sale bien y no tengo ningún control sobre lo que me pasa?”. Si pudiéramos escuchar los pensamientos de quien navega por el océano de la depresión y de su recaída, nos asustaríamos. La sensación de inutilidad y autodesprecio es como un eco persistente en su mente.
La importancia de pedir ayuda
No podemos concluir este artículo sin incidir en lo señalado al inicio. Recaer en la depresión no es el fin del mundo, no es síntoma de nuestra falibilidad ni de nuestra debilidad. Cada persona evidencia un proceso en su propia sanación, no todos salimos airosos la primera vez. Recaer es algo más frecuente de lo que pensamos.
Por ello, es importante solicitar ayuda especializada. Así, la terapia cognitiva focalizada en el mindfulness, por ejemplo, es muy efectiva para evitar las recaídas en la depresión. Responsabilicémonos de nosotros mismos y demos el paso.
Pedir ayuda es un ejercicio de valentía que nos permitirá adquirir adecuadas habilidades para dejar atrás esa situación.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Lin EH, Katon WJ, VonKorff M, Russo JE, Simon GE, Bush TM, Rutter CM, Walker EA, Ludman E. Relapse of depression in primary care. Rate and clinical predictors. Arch Fam Med. 1998 Sep-Oct;7(5):443-9. doi: 10.1001/archfami.7.5.443. PMID: 9755737.