Simone Biles: la salud mental es más importante que el deporte

Los deportistas de élite no son superhéroes. Son personas sometidas a una presión extrema que no es fácil de sobrellevar. Es momento de hablar de su salud mental y no solo de sus éxitos o fracasos.

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 19 agosto, 2021

“Esfuerzo, superación, resistencia, perseverancia, fortaleza, determinación, autocontrol, competitividad”. Hablar de deporte —y en especial si es de élite— es visualizar casi al instante muchas de esas dimensiones que todo atleta debe interiorizar si desea triunfar. Sin embargo, en los últimos Juegos Olímpicos Simon Biles nos enseñó que aceptar la propia vulnerabilidad también es importante.

El tema no es nuevo, es cierto. Hace unos meses, la tenista japonesa Naomi Osaka habló ante los medios sobre sus recurrentes episodios de depresión y su necesidad de tomarse un descanso. Lo mismo sucedió hace unos años con Michael Phelps, Lewis Hamilton y Serena Williams. A veces, hay que hablar públicamente sobre ciertas cosas para que estás emerjan del rincón oscuro donde han habitado durante décadas.

Depresión, ansiedad, angustia e incluso ideaciones suicidas. Los atletas de alto rendimiento son algo más que sus triunfos, sus medallas y sus marcas conseguidas. Tras ellos hay historias de silenciosa desesperación que nadie ve.

Lo que esperamos de ellos es que nos inspiren con su capacidad de superación y de logro sin saber que llegar a lo más alto tiene a veces un coste inhumano.

Simone Biles, cuando ser número 1 ya no es prioridad

Una de las personas que apoyó de inmediato las palabras y la decisión de Simone Biles de priorizar su salud mental fue la exgimnasta Nadia Comăneci. Todos conocemos a esa célebre figura que, en los Juegos Olímpicos de 1976, logró hacer historia al conseguir un 10 de calificación. Su ejercicio perfecto en las barras sigue siendo difícil de olvidar. Ahora bien, hay algo que tal vez no todo el mundo sepa.

La pequeña Nadia sufrió malos tratos por parte de sus entrenadores, el matrimonio conformado por Béla Károlyi y su mujer Marta Károly. Entrenaba casi sin descanso, le controlaban al milímetro todo lo que ingería y le golpeaban si no realizaba de manera perfecta cada ejercicio. Eran otros tiempos, podemos decirnos, eran atletas de la órbita soviética, podemos añadir también.

Sin embargo, es importante recordar que la propia Simone Biles fue víctima —junto a 300 jóvenes más—  de los abusos sexuales por parte del médico deportivo Larry Nassar, juzgado ya y condenado a cadena perpetua en la cárcel estatal de Michigan. Estos son contundentes ejemplos de lo que muchas veces se esconde detrás de la vida de muchos deportistas.

No obstante, hay muchas más realidades.

El enfoque poco saludable de la perfección y el éxito

Poco antes de que empezaran los Juegos Olímpicos de Tokio, todo el mundo tenía la mirada puesta en Simone Biles. Era la esperanza de Estados Unidos y esa figura de la que todos esperaban grandes proezas. Nos daría el ejercicio perfecto, decían. Marcaría un nuevo hito para la gimnasia, afirmaban. Iba a ser una referencia para todas las niñas negras, insistían.

Simone Biles tenía el peso del mundo sobre sus espaldas y ese era un peso que le cortó las alas. Ella, que había nacido para volar en la gimnasia, se sentía más insegura que nunca. Fallaba en sus ejercicios, hubo serias caídas y en muchos de esos errores se jugaba la vida. Su decisión de retirarse fue la correcta y lo dejó claro en su rueda de prensa: “soy mucho más que mis resultados, la salud mental es más importante que el deporte”.

Esta frase es sin duda muy reveladora. Algo en lo que se les entrena a todos los deportistas es en la necesidad de ser el mejor, de superarse, ser el número 1. Se nos olvida que enseñar a perder también es importante, que sabernos y sentirnos vulnerables también es saludable y hasta necesario…

La salud mental, un estigma del deporte hasta hace poco

Todo deportista de élite cuenta con un entrenador, un fisio y un nutricionista. Sin embargo, no todos los atletas disponen de un psicólogo deportivo en su día a día. Bien es cierto que cuando tienen un problema acuden a terapia, sin embargo, no cuentan con ese profesional que trabaje codo con codo con ellos para ayudarles a lidiar con la presión, la ansiedad, los medios, etc.

Todo psicólogo deportivo sabe que, hasta hace bien poco, el tema de la salud mental era tema tabú en este ámbito. Sin embargo, los datos de trastornos depresivos, ansiedad, consumo de drogas, alcohol y de suicidios están ahí. Ejemplo de ello es la recientemente y trágica pérdida de la joven ciclista Kelly Catlin, que declaró no poder más con la presión y su dolor.

Trabajos de investigación, como los realizados en la Universidad de Melbourne (Australia), destacan que la vulnerabilidad psicológica y el riesgo de derivar en problemas de salud mental entre los deportistas de élite es mayor que en la media poblacional. Es importante hacer cambios.

Es fundamental recordar que un atleta no es un superhéroe, es una persona como nosotros con sus fortalezas y debilidades. Alguien que intenta superarse cada día y que a veces lidia con luchas silenciosas que lo sobrepasan. Cuanto antes lo entendamos, antes lograremos crear un mundo más compasivo donde aceptar que hasta nuestras referencias deportivas sufren depresión.