Síndrome neuroléptico maligno: ¿qué es y por qué se produce?
Cada vez se está extendiendo más el uso de antipsicóticos; no solo se utilizan en trastornos psicóticos, sino que también se han extendido al tratamiento de trastornos del estado de ánimo o de personalidad. Uno de los efectos adversos que pueden provocar es el síndrome neuroléptico maligno.
Aunque no es una complicación frecuente, es muy grave y lleva a la muerte hasta en el 11,6% de los casos. Se trata de un conjunto de manifestaciones a nivel orgánico. Estas pueden aparecer de forma abrupta o progresiva y necesitan tratamiento rápido.
¿Qué es el síndrome neuroléptico maligno?
El síndrome neuroléptico maligno es una complicación grave del tratamiento con psicofármacos. Es una alteración a nivel del sistema nervioso central que puede llegar incluso a la muerte.
El primer caso fue descrito en 1960 debido al uso de haloperidol. Inicialmente se llamó síndrome hipertónico acinético porque estos son los síntomas más llamativos.
Está relacionado con agentes que alteran la neurotransmisión del sistema dopaminérgico. En general se asocia a neurolépticos o antipsicóticos, pero también puede darse con otros medicamentos. Incluso a veces, con la suspensión de los mismos.
Suele ser más común con antipsicóticos típicos. Por ejemplo, las butirofenonas o las fenotiacinas. Los antipsicóticos más recientes, llamados atípicos, tienen asociada una probabilidad menor de producir este síndrome. El síndrome neuroléptico maligno puede darse en diferentes situaciones:
- Inicio del tratamiento con antipsicóticos. Es lo más frecuente.
- Asociación de varios antipsicóticos.
- Aumento de dosis de los antipsicóticos.
- Suspensión abrupta de agentes dopaminérgicos como la levodopa.
En cualquier caso, se caracteriza por una amplia variabilidad clínica. Esto a menudo hace difícil su diagnóstico. Sin embargo, la rapidez en su detección es clave para evitar graves complicaciones.
¿Por qué se produce?
Existen dos teorías que intentan explicar la causa de la aparición del síndrome neuroléptico maligno:
- Alteración en la neurorregulación central de la dopamina. Esto se produciría por la acción de antipsicóticos y otros fármacos que tienen acción sobre la dopamina.
- Reacción anormal de un músculo esquelético predispuesto. Los neurolépticos inducirían una alteración en la disponibilidad normal del calcio en las células musculares de individuos susceptibles.
La primera hipótesis es la más conocida. La dopamina es un neurotransmisor esencial y tiene gran importancia en las patologías del sistema nervioso central. Ejerce una función principal en la regulación de la temperatura y en el control del tono muscular.
La segunda hipótesis estaría relacionada con la hipertermia maligna, debido a sus similitudes con este síndrome. Sin embargo, la hipertermia maligna suele ocurrir después de una anestesia y no por el uso de neurolépticos.
Síntomas del síndrome neuroléptico maligno
La principal característica del síndrome neuroléptico maligno es la hipertermia. Esto es debido a la importancia de la dopamina en la regulación central de la temperatura. Suele ir acompañada también de otros síntomas, por ejemplo:
- Hipertonía muscular.
- Rigidez y temblor, similares a los producidos en la enfermedad de Parkinson.
- Alteración del nivel de conciencia.
- Inestabilidad cardiovascular y respitaroria.
Algunas complicaciones comunes que pueden producirse son:
- Broncoaspiración.
- Edema pulmonar.
- Fallo renal.
- Procesos infecciosos.
- Escaras.
- Cambios neuropsiquiátricos.
Tratamiento
Para que el tratamiento del síndrome neuroléptico maligno sea eficaz se debe detectar pronto. Ante cualquier sospecha clínica, el primer paso ha de ser la suspensión inmediata de los antipsicóticos. Sin embargo, cuando la causa es la suspensión abrupta de agentes dopaminérgicos, estos deben ser reiniciados lo más pronto posible.
Después, el tratamiento debe ser elegido de forma individualizada, según la gravedad de cada caso:
- En casos leves: soporte hídrico y metabólico.
- En casos graves: agentes farmacológicos, terapia electroconvulsiva y monitorización en cuidados intensivos.
La hidratación es una de las bases más importantes del tratamiento del síndrome neuroléptico maligno. Así como el apoyo hemodinámico y el equilibrio del estado ácido-base y de la hipoxemia. También hay que vigilar la posible aparición de complicaciones graves.
En algunos casos es necesaria la administración de tratamiento farmacológico. Los medicamentos que suelen utilizarse son:
- Agonistas de la dopamina. Por ejemplo: bromocriptina, amantadina, apomorfina, lisuride y levodopa-carbidopa.
- Relajantes musculares, como el dantrolene (también útil en la hipertermia maligna).
La primera elección suele ser la bromocriptina. El tratamiento debe continuar al menos 10 días después de la resolución del episodio porque es necesario eliminar completamente el neuroléptico. Después, el tratamiento debe retirarse gradualmente.
En casos graves, se recomienda la aplicación de terapia electroconvulsiva. Esta facilita la actividad dopaminérgica y, por tanto, mejora algunos de los síntomas. Suele utilizarse cuando el tratamiento no da resultados.
Siempre hay que evaluar los riesgos y beneficios de las opciones terapéuticas. Así, podemos seleccionar lo que más se ajuste a cada paciente y a cada situación. Una vez pasado este episodio, es necesario prevenir la exposición al fármaco causante.
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