Solo necesitamos a un cómplice para vivir nuestro mundo
Vamos a hacer un homenaje a la calidad y no a la cantidad. Un homenaje a esas personas que con solo su existencia nos permiten conocer los rincones más maravillosos del mundo y de nuestro corazón sin necesidad de nadie más. Nos llenan, nos completan, nos calman.
En ocasiones, nos empeñamos en conocer gente nueva sin parar porque sin duda eso nos divierte, nos estimula y nos nutrimos de nuevas formas de sentir y ver la vida. Pero a veces nos encontramos con gente desagradable que se podrían haber ahorrado pasar por nuestro camino. Y otras, con personas que hacen que volvamos a creer que este mundo vale la pena.
Luego tenemos a nuestros amigos, a esas joyas muy escasas pero valiosísimas que están ahí para recordarte quién eres cuando realmente ni tú lo sabes. Lo más difícil es encontrar una persona que a lo largo de la vida nos siga “el ritmo”.
Puede ser alguien que siempre estuvo ahí, o alguien que acabas de encontrar y acaba de poner “patas arriba” toda tu existencia. Aunque que sea difícil no quiere decir que no pueda suceder… Un amante y compañero que ha aprendido a dejar que camines libre a su lado porque él tiene la misma forma de hacerlo.
Solo tú y yo formamos parte de mi mundo
Solo tú y yo, amantes que parecen quererse más allá de esa palabra. Solo tú y yo nos bastamos para hacer frente a todos los agravios que el mundo quiera hacernos. Nos hemos hecho incondicionales gracias al amor, la amistad y el cariño.
Estamos juntos porque separados nos sentimos confundidos y juntos todo parece ser asustadizamente fácil. Resulta asustadizo porque el día que ya no puedas estar en mi vida, esta sensación me será difícil volver a encontrarla. Pero no es momento de pensar en cosas tristes.
Lo importante es que sigues aquí conmigo, y yo contigo a pesar de todas las dificultades que hemos pasado. La sociedad y los comentarios han sido duros, pero nosotros los hemos superado. Todavía sigo sintiendo el misterio, la intriga y la pasión de los primeros meses.
La intimidad no es solo resultar sensual, la intimidad es sentirse cómodo y natural y aún así no perder un ápice de deseo. Cómo perderlo, si me imagino toda mi vida junto a ti, luchando por la dicha de que esto dure hasta el final.
Tú y yo nos cuidaremos del mundo, de ese que a veces destruye cosas
Cuando miro a mi alrededor y veo tanto odio, tanta frustración, tantas cosas feas que le ocurren a gente buena, siento mucha rabia pero también mucho miedo. Tengo la impresión de que nos pueden ocurrir cientos de cosas peores que las dificultades por las que hemos atravesado y a veces, dudo si mi corazón podría resistir que el mundo se encargue de destrozar lo que nosotros estamos construyendo con tanto esfuerzo.
Que no respetaran nuestra forma de vida, nuestras decisiones, que las discusiones por las facturas sustituyan a los comentarios después de ver una película o a nuestros diálogos, justo antes de dormir imaginando a qué país podríamos viajar si pudiéramos.
A veces pienso si estoy enganchada a ti, pero veo a tanta gente dependiendo de una vida que no le hace feliz; que creo que me merezco el derecho de compartir el mayor tiempo posible con la persona que sí me hace feliz a mi. Me hace tan feliz que también tengo energía para hacer muchas cosas con muchas otras personas. Tengo mi energía como nunca y una voluntad de hierro porque tu amor se ha cargado toda la amargura que tenía antes.
“Lo más grande que te puede suceder en esta vida es amar y ser correspondido”
-Moulin Rouge-
Me he acostumbrado a la felicidad porque tú has hecho que todo este asunto de sentirme bien no sea un jeroglífico o una adivinanza de idas y venidas. Nos hemos entregado sin juegos, solo con verdad. Así nos divertimos mucho mejor.
No eres imprescindible, pero eres insustituible como acompañante de vida
Yo creo que en lugar de tener miedo a lo que pueda venir, tendríamos que dar gracias por estar juntos porque de no habernos encontrado, nuestro miedo sería hacer el camino solos o junto a personas que realmente no nos gustasen.
En lugar de como hacernos más felices cada día, estaríamos ocupados en la tediosa tarea de buscar que algo llene nuestro vacío existencial, estaríamos envueltos en la necesidad de agradar a unos y a otros y con caminos de vuelta a casa llenos de preguntas y de anhelos.
Claro que podemos ser personas completas y felices sin estar juntos. Tan solo pienso que juntos sumamos. Hacemos nuestro mundo más bonito, aunque a veces ahí fuera no lo sea. Las salidas del trabajo suponen la expectación para verte y el día que llegará mañana no lo veo solo como una fecha, sino como una oportunidad de seguir estando junto a ti.
Es por ello que solo te necesito a ti como cómplice para mi mundo, aunque muchas otras personas estén en él. Porque a veces para vivir este mundo hace falta mucho valor e ilusión, y si tú me lo das espero que ningún día se nos ocurra estropear algo tan hermoso.