Por soñar despierto me dijeron loco
Soñar despierto es imaginar un mundo que no vemos ni palpamos, pero que sí podemos crear como queremos. No somos locos por soñar, la “locura” es no hacerlo nunca y permanecer inmóviles por el temor a no poder conseguirlo.
En muchas ocasiones, los demás nos dicen que no soñemos, que bajemos al mundo real y miremos la vida tal y como se nos presenta. Los sueños son bocetos de lo que nos gustaría y pueden ayudarnos a dar un paso en el camino.
“Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños.”
-William Shakespeare-
Soñar es gratis
Nuestra mente es capaz de imaginar mundos fantásticos, situaciones posibles e imposibles, millones de colores e infinitas posibilidades. Soñar es construir un puente entre lo que no existe y lo que podría existir.
Esta capacidad, tan increíble del ser humano, es vista muchas veces por los que nos rodean como un signo de que nos estamos perdiendo en un mundo del que ya no podremos volver. Por no soñar, nos perdemos grandes oportunidades para crear realidades.
Es cierto que hay un punto de razón en todo esto si lo que soñamos siempre lo consideramos realizable. La clave podría estar en mantener ese punto medio en el que nuestros sueños los pasamos por el filtro de lo que consideramos posible y lo que no. Soñar es ilimitado, pero la realidad no.
Cuando soñamos despiertos, lo mejor es saber que lo estamos haciendo. Coger esas maravillosas ideas y preguntarnos si las podemos llevar a cabo, o si por el contrario sueños son. Hay que luchar por los sueños realizables y convertir en arte los que no lo son.
“Realmente soy un soñador práctico; mis sueños no son bagatelas en el aire. Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad.”
-Mahatma Gandhi-
Soñar crea realidades
Sin soñadores ni soñadoras, nos habríamos perdido grandes obras y creaciones. Quizás todas las magníficas ideas surgieron por soñar y preguntarse si eso era posible. Soñar puede transformar el mundo. Sin la capacidad de soñar no habríamos podido avanzar en la lucha social, la ciencia, las artes y las relaciones humanas. Sin los sueños, nos conformaríamos siempre con aquello que vemos y aceptaríamos que es la única opción posible.
Los sueños sueños son, o eso dicen, pero lo cierto es que la abstracción del mundo real nos permite observar la realidad desde distinta perspectiva o, mejor aún, crear una diferente. Sueña con un mañana mejor y puede que así lo sea.
“Un sociólogo norteamericano dijo hace más de treinta años que la propaganda era una formidable vendedora de sueños, pero resulta que yo no quiero que me vendan sueños ajenos, si no sencillamente que se cumplan los míos.”
-Mario Benedetti-
Lo sueños, sueños son
Por otro lado, obsesionarnos con cumplirlos a toda costa nos puede convertir en personas infelices. Pensar en que lo que no tenemos es siempre requisito imprescindible para ser feliz es un error. Hay sueños realizables y otros que son fantasías.
Tampoco podemos caer en el error de creer que “perseguir sueños” es el único camino de la felicidad. Hay veces que una vida sencilla, compañía y calma son suficientes para vivir una vida plena. Querer realizar sueños es tan solo una opción personal, no una obligación.
Dicen que a veces, la felicidad está en las pequeñas cosas, y puede que tengan razón. Otras personas, sin embargo, no se conforman con ellas. Los sueños son tan únicos como nosotros mismos.
Y si has decidido emprender el camino a conseguir un sueño realizable, tienes que saber que no se cumplirá sin esfuerzo ni depende de otros. Un sueño no se hace realidad mágicamente: se necesita sudar, determinación y trabajo duro.