Suerte y azar, según Kant, Maquiavelo y Schopenhauer
Suerte y azar son fenómenos trasversales en la historia y que han desvelado a pensadores de todos los tiempos. A los seres humanos nos cuesta asimilar los hechos y situaciones que dan ventajas o las quitan, sobre los que desconocemos el origen o las causas que los propician.
Esa es la razón por la que suerte y azar han sido objeto, sobre todo, de mitificación. Se piensa que ese terreno está dominado por fuerzas invisibles que están más allá de nuestra comprensión. O que son efecto de la voluntad de seres superiores o de realidades que operan por fuera del mundo real.
Es un hecho que suerte y azar son factores que operan en la vida. En lo que no hay acuerdo es en el peso que tienen o en la forma y el grado en el que condicionan nuestro futuro. Enseguida veremos lo que han dicho tres grandes pensadores al respecto.
“En el espacio entre el caos y la forma había otra oportunidad”.
-Leanette Winterson-
1. Suerte y azar en Kant
Una de las obras en las que Kant se refiere a la suerte y el azar es Hacia la paz perpetua. Este gran filósofo representa la visión tradicional de esos conceptos. Señala que la naturaleza es la “artista” que “ordena todas las cosas”. Agrega que a veces debe hacerlo incluso en contra de la voluntad de las personas.
Kant indica que todo esto opera en el marco de leyes que ignoramos. Suerte y azar se activan por causas de la naturaleza que nadie conoce y frente a las cuales el filósofo dice que no se debe interferir. Lo que hay entonces es un “oculto plan de la naturaleza” y este se manifiesta con los guiños que hace el destino.
Kant sugiere también que, al final del día, todo está determinado por los inescrutables designios de la Providencia. Por lo tanto, la felicidad no es algo que se pueda conquistar o construir. El ser humano depende de las circunstancias favorables que le ponga al frente la buena o mala fortuna.
2. La fortuna en Maquiavelo
Nicolás Maquiavelo es otro de los pensadores que le dio un lugar muy importante a suerte y azar. Resulta curioso, de todos modos, que se haya ocupado de ese asunto. Al fin y al cabo, Maquiavelo representa el realismo político en su expresión más cruda, e incluso cínica.
Para Maquiavelo, la buena o mala fortuna en definitiva sí existen, pero a diferencia de Kant, piensa que es posible resistirse a ellas. Señala que el “destino” gobierna al menos la mitad de nuestras vidas y que, por lo tanto, hay que ocuparse en dominar la otra mitad para no quedar al garete.
Dice que la buena o mala suerte solo se manifiesta en todo su esplendor y es determinante allí donde hay seres que no tienen suficiente virtud o talento para resistirse. En otras palabras, el azar solo es contundente cuando no hay voluntad o habilidad para enfrentarlo.
En su obra Del poder de la fortuna de las cosas humanas y de los medios para oponérsele también expresa varias sentencias, cómo no, maquiavélicas. Su conclusión es que, en tanto la suerte es voluble y variable, más vale encontrar la forma de acomodarse a ella. En otras palabras, “buscar el árbol que más sombra ofrezca”.
3. Schopenhauer y el azar
Otro de los filósofos que habló acerca de suerte y azar fue Schopenhauer. Este pensador se caracterizó por mostrar un profundo rechazo por el pensamiento y la dinámica que protagonizaba su tiempo. De hecho, hay muchos que lo consideran el filósofo del pesimismo. En realidad, no es así; lo que en muchas oportunidades hizo, fue manifestarse en contra del optimismo ciego e ingenuo.
Desde su perspectiva, el mundo está gobernado por el azar y el error. Detrás de no hay necedad y maldad. Llega a afirmar que “una vida feliz es imposible”. ¿Por qué? A su juicio, “Toda nuestra vida es una lucha contra obstáculos que al final obtienen el triunfo”. Pese a esas ácidas ideas, también Schopenhauer es el autor de un famoso aforismo que dice: “El azar reparte las cartas, pero nosotros las jugamos”.
En síntesis, Schopenhauer está convencido de la voluntad humana es una fuerza de resistencia. No impone el destino, pero sí puede responder a este. Sin embargo, el azar termina determinando aspectos esenciales, como la posibilidad misma de estar vivos. Por lo tanto, la construcción de la felicidad es una ilusión.
Tres perspectivas diferentes frente a un mismo tema: suerte y azar. Desde la psicología, más que un hecho, estos temas tienen que ver con una percepción. La buena o la mala fortuna son interpretaciones más que realidades dadas.
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- Martínez, S. (1990).
- La objetividad del azar en un mundo determinista
- . Crítica: Revista Hispanoamericana de Filosofía, 3-21.