La teoría de los constructos personales de George Kelly

La teoría de los constructos personales de Kelly otorga una visión de la formación del ser humano más holística y moldeable que sus contemporáneos. Aprende aquí en qué consiste.
La teoría de los constructos personales de George Kelly
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 10 marzo, 2023

En 1955, George Kelly presentó la teoría de los constructos personales como una alternativa a los dos principales enfoques que estaban vigentes para entender la comprensión humana: el conductismo y las teorías psicodinámicas (psicoanálisis). Esta corriente desafió el pensamiento psicológico existente.

Tradicionalmente, la investigación psicológica ha considerado a todas las personas a las que estudia como sujetos; así, los diferencian de alguien que, como ellos mismos, intenta dar sentido a los acontecimientos. En este sentido, Kelly sugirió que necesitamos cambiar la naturaleza sobre cómo vemos la ciencia si se aplica a los seres humanos.

Premisas de la teoría

La premisa de la teoría de los constructos personales de George Kelly era directa, pero radical. Este afirmó que las personas nunca conocen el mundo directamente, sino solo a través de imágenes que ellos crean del mismo. De esta forma, concibe al ser humano como un científico que construye y modifica con la experiencia sus conocimientos e hipótesis.

Los constructos, por lo tanto, son los mapas mentales que tenemos de la realidad, además de sus opuestos. Como resultado, para definir qué es algo es necesario averiguar lo que no es, según la teoría de Kelly. Por ejemplo, ser feliz para ti puede ser diferente de lo que es ser feliz para otro, dependiendo de cómo interpretemos cada uno lo que significa estar mal a nivel emocional.

La teoría de los constructos personales de George Kelly nos invita a comprender cómo ve el mundo cada uno de nosotros. En lugar de utilizar complejos conceptos psicológicos para comprender a las personas, esta corriente de pensamiento intenta comprender a las personas en sus propios términos.  

La teoría de los constructos personales de Kelly sugiere que las personas desarrollan sus construcciones personales sobre cómo funciona el mundo. Es decir, dan un sentido a lo que observan y experimentan.

George Kelly, autor de la teoría de los constructos personales

Psicología de los constructos personales

Durante la década de 1950, las perspectivas conductuales y psicoanalíticas todavía eran las predominantes en psicología. Kelly, por el contrario, veía a las personas como creadoras activas de su realidad. Esto se contraponía a las ideas de ambas corrientes, en las que el sujeto poco puede hacer para cambiar su visión del mundo.

Kelly defendía que, desde que nacemos, vamos desarrollando un conjunto de constructos personales. Estos son esencialmente representaciones mentales que usamos para interpretar eventos y dar significado a lo que ocurre. Se basan en nuestras experiencias y observaciones.

En lugar de ver a los seres humanos como sujetos pasivos a merced de las asociaciones, refuerzos y castigos que encuentran en su entorno (conductismo), o de sus deseos inconscientes y experiencias infantiles (psicoanálisis), Kelly creía que las personas desempeñan un papel activo en cómo recogen e interpretan el conocimiento.

A lo largo de nuestras vidas, realizamos “experimentos” que ponen a prueba nuestras creencias, percepciones e interpretaciones. Si estos experimentos funcionan, fortalecen nuestras creencias actuales. Cuando no lo hacen, podemos cambiar nuestros puntos de vista. Para la teoría de los constructos personales de Kelly, esto es algo fundamental.



Debido a este proceso, experimentamos el mundo a través de la “lente” de nuestras creencias. Se usan para predecir y anticipar eventos, lo que a su vez determina nuestros comportamientos, sentimientos y pensamientos.

Kelly también defendía que todos los eventos que suceden están abiertos a múltiples interpretaciones. En sus trabajos, se refirió a ellas como alternativas constructivas. Cuando tratamos de dar sentido a un evento o situación, también podemos escoger qué construcción queremos emplear para explicarlo.

Hombres con gafas pensando

El funcionamiento de los constructos

Kelly argumentaba que el proceso de utilizar constructos mentales funciona de manera similar a cómo un científico utiliza una teoría. Primero, comenzamos con una hipótesis sobre por qué se produce una situación. Después, la probamos aplicando el constructo y predecimos el resultado que creemos que ocurrirá.

Si acertamos, entonces sabemos que la construcción mental es útil en esta situación, y la conservamos para uso futuro. Sin embargo, cuando nuestras predicciones no se hacen realidad, podemos tomar tres caminos:

  • Reconsiderar cómo y cuándo aplicamos la construcción.
  • Alterar la construcción.
  • Abandonarla por completo.

Por otra parte, la recurrencia de una situación juega un papel importante en la teoría de construcciones personales. Los constructos surgen porque reflejan cosas que frecuentemente se repiten en nuestra experiencia.

Además, Kelly consideraba que nuestras formas de ver el mundo tienden a organizarse de manera jerárquica. Así, pueden encontrarse construcciones más básicas en la base de la jerarquía; mientras que las construcciones más complejas y abstractas se situarían en niveles superiores.

Según Kelly, los constructos son bipolares. Es decir, en esencia, cada construcción consiste en un par de caras opuestas. El lado que una persona aplica a un evento se conoce como el polo emergente. El que no se aplica, por el contrario, es el polo implícito.

Por último, es esencial recordar el énfasis en la individualidad en la teoría de construcciones personales. Los constructos son intrínsecamente personales porque se basan en las experiencias de vida de cada persona. El sistema de creencias de cada persona es único y es la naturaleza individual de estas experiencias lo que forma las diferencias entre las personas.

Hombre con pieza de puzzle en la mente para representar el desarrollo de aptitudes

Los 11 corolarios de la teoría de Kelly

Al respecto de cómo se utiliza esta teoría, Kelly enunció 11 pilares fundamentales para comprender el funcionamiento de los constructos personales. Los puedes leer a continuación:

  1. Construcción: El pensamiento abstracto nos permite construir modelos mentales de la realidad para, entre otras cosas, realizar predicciones de situaciones futuras.
  2. Individualidad: dos personas se diferencian o se parecen en función de la similitud de sus sistemas de constructos.
  3. Organización: puesto que los constructos se emplean para predecir posibles futuros, es necesario crear una jerarquía con ellos. De lo contrario, aparecen contradicciones a la hora de procesar la información.
  4. Dicotomía: las personas conciben la realidad a partir de conceptos opuestos, esto es, dicotómicos. Si, por el contrario, solo se conoce uno de los extremos de dicha dicotomía, hablamos de constructo sumergido.
  5. Elección: los sistemas de constructos que son más restrictivos minimizan la probabilidad de fallos, pero abarcan un menor número de posibilidades futuras. Por el contrario, los constructos más amplios dan lugar a estilos de comportamiento menos precavidos.
  6. Ámbito: cada constructo es eficaz para predecir un determinado rango de fenómenos, es decir, para el llamado «centro de conveniencia».
  7. Experiencia: la experiencia vital modifica el sistema de constructos, pues esta no es impermeable a la realidad. Esto ocurre a través de la creación de constructos a partir de dichos eventos.
  8. Modulación: se trata de la capacidad de un constructo para introducir elementos nuevos en su estructura. La jerarquía de los mismos dentro del sistema también es susceptible de modificarse.
  9. Fragmentación: es la capacidad de un sistema de constructos de añadir subsistemas que permiten operar con la contradicción sin desorganizarse.
  10. Comunalidad: la cultura también tiene una incidencia sobre los sistemas de constructos. Por tanto, dos personas dentro de la misma cultura tendrán una mayor probabilidad de parecerse en su forma de construir la realidad.
  11. Sociabilidad: siguiendo con el corolario anterior, se puede afirmar que es más probable comprender a otra persona y sentir afinidad con ella si tenemos la capacidad de reproducir su sistema de constructos dentro de nuestra propia mente.

Validez de la teoría de los constructos personales

George Kelly argumentó que la validez de cualquier teoría se encuentra en su utilidad. En el caso de su teoría, su utilidad ha sido probada en campos muy diferentes; entre otros, la lingüística, la historia, la psicoterapia, la administración, el desarrollo organizacional, los estudios de mercado, la sociología, la psiquiatría, y la psicología.

En la actualidad, la teoría de los constructos personales permanece viva y en activo, con organizaciones que investigan sobre ellos en los EE. UU., Europa y Australia. Por eso, si quieres seguir ahondando en este paradigma y sus aplicaciones, no dudes en buscar más información.


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