La teoría del sentido del sufrimiento de Scheler
La teoría del sentido del sufrimiento de Scheler guarda importantes similitudes con los planteamientos de Viktor Frankl, que también abordó este tema en profundidad. Ambos pensadores centraron su atención en las experiencias dolorosas, preguntándose si tenía algún significado.
En Occidente se ha instalado la idea de que el sufrimiento demanda estrategias de evitación, cualquiera que sea la circunstancia. Aun así, nadie puede eludir eternamente vivencias de este tipo, por más que trate de evitarla o negarla. El resultado es una actitud negacionista frente a una realidad que tiende a imponerse.
Pensadores, como Scheler y Viktor Frankl, han intentado ir más allá. Si bien sufrir no es agradable, se trata de una experiencia que resulta abordable y significativa adoptando la perspectiva adecuada. Esto es lo que plantea la teoría del sentido del sufrimiento de Scheler que expondremos, en líneas generales, a continuación.
“Las cosas son percibidas, los conceptos son pensados, los valores son sentidos”.
-Max Scheler-
La teoría del sentido del sufrimiento: ¿en qué consiste?
La teoría del sentido del sufrimiento de Scheler, como otras similares, plantea en esencia la idea de que la experiencia de dolor debe tener un para qué. Sucede por alguna razón y apunta hacia algún horizonte. En el marco de la ética, cada individuo tiene como tarea encontrarle esa razón de ser a su propio sufrimiento.
Scheler señala que frente al sufrimiento es recomendable asumir dos desafíos: uno es descubrir su sentido profundo; el otro es recogerse, guardar silencio, reflexionar, contemplar y meditar. A su juicio, esto es lo que conduce luego al dominio del espíritu y hace que una persona se vuelva “tranquila, vigorosa, libre y dispuesta para la acción”.
El filósofo alemán considera que este sería uno de los rasgos que nos distinguen de los animales. Estos últimos actúan en función de objetivos puramente biológicos. En cambio, la conducta del ser humano tiene un sentido de perfección y, por lo tanto, actúa también en función de su espiritualidad.
La teoría del sentido del sufrimiento de Scheler se considera un planteamiento que coincide con la visión cristiana. En esta, el sufrimiento es también un camino de redención que se alcanza por la vía del sacrificio. De este modo, incluso en los peores momentos, tal sufrimiento sería positivo, ya que forma parte de un proceso positivo de evolución.
La visión positiva del sufrimiento
En la teoría del sentido del sufrimiento de Scheler este sentimiento tiene diversas interpretaciones, dependiendo del nivel de profundidad al que realicemos el análisis. Para este filósofo, hay tres niveles posibles: biológico, psicológico y espiritual. Cada uno de ellos corresponde a tres condiciones del ser. El biológico, al organismo; el psicológico al “yo”; y el espiritual a “la persona”.
En este planteamiento, solo se le puede encontrar un sentido al sufrimiento cuando el ser humano se ubica en su dimensión de persona, que corresponde a lo espiritual. En el plano psicológico u orgánico, el acto de sufrir carece de sentido real, ya que implica un padecimiento pasivo. La dimensión de persona, en cambio, hace posible que se produzca una acción frente a ese doler.
Scheler señalaba que el sufrimiento en la persona equivale a sacrificio y, en este sentido, puede ser positivo. La palabra “sacrificio” hace referencia a una acción que se realiza de manera deliberada y que provoca dolor, pero en función de obtener o dar lugar a un valor superior. Renuncio a algo que aprecio para conseguir alcanzar otro hito que valoro más. Como se ve, en la teoría del sentido del sufrimiento de Scheler, la persona no padece un dolor, sino que lo dirige en función de un objetivo.
El sentido del sufrimiento
La pegunta que se desprende de todos estos planteamientos es: finalmente, ¿para qué sufrir? Recogiendo las ideas centrales de la teoría del sentido del sufrimiento de Scheler, se puede decir que el sufrimiento solo tiene una razón de ser si se aborda desde la idea del desarrollo espiritual. En ese sufrir hay en sí mismo una fuente de consuelo: se sufre para obtener algo más elevado.
Por lo tanto, el sufrimiento es también un acto libre y responsable. Al igual que en los planteamientos de Viktor Frankl, los condicionamientos que provocan dolor no son determinantes. Más bien constituyen circunstancias frente a las que una persona puede asumir una actitud o postura existencial. Esta solo tiene sentido en el marco de lo espiritual, ya que desde lo biológico o psicológico no tiene razón de ser.
La teoría del sentido del sufrimiento de Scheler, en últimas, señala que cada ser humano puede encontrarle significado a esta vivencia si la interpreta desde lo espiritual. En ese ámbito, es posible sostener y sortear el dolor, ya que se comprende que este implica un mérito, una elevación, un paso adelante. Desde ese punto de vista es, incluso, un avance hacia la plenitud.
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- Miramontesa, F. (2013). La teoría del sentido del sufrimiento: fundamentación filosófica de una terapéutica: Scheler y Frankl. Realitas: revista de Ciencias Sociales, Humanas y Artes, 1(1), 51-55.