Test de matrices progresivas de Raven, ¿para qué sirve?

Test de matrices progresivas de Raven, ¿para qué sirve?
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 10 septiembre, 2018

El test de matrices progresivas de Raven es uno de los instrumentos más utilizados para medir el razonamiento analógico, la capacidad de abstracción y la percepción. Así, sus 60 preguntas permiten evaluar el factor “g” de inteligencia propuesto por Spearman, esos procesos mentales y cognitivos más generales donde solemos dar respuestas más o menos a efectivas a los problemas cotidianos.

Admitámoslo, a la mayoría nos han pasado en alguna que otra ocasión este instrumento. Suele aplicarse de forma habitual en los centros educativos y en las pruebas de selección de personal. Asimismo, a día de hoy es común también que forme parte de las pruebas psicotécnicas en los procesos selectivos para diferentes profesiones.

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”

-Aristóteles-

Dados sus contextos de aplicación, es posible que a menudo veamos esta prueba con algo de incomodidad, como ese enemigo conocido que ha supuesto un desafío en diferentes momentos de nuestra vida, ya sea por motivos académicos o laborales. No obstante, también hay quien ve el test de matrices progresivas de Raven con profundo interés porque disfruta resolviendo esos pequeños enigmas, ahí donde identificar patrones, donde resolver series, donde inferir, donde afinar percepciones y abstracciones…

Sea como sea hay algo que está claro. La medición del CI (cociente intelectual) sigue teniendo una clara vigencia en nuestra actualidad y en la mayoría de nuestros contextos. Más allá de si aceptamos o no la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, en el día a día se prioriza mucho más esa visión unitaria de la inteligencia donde medir en el ser humano sus capacidades de razonamiento lógico, la resolución de problemas o el pensamiento crítico.

El test de matrices progresivas de Raven es un ejemplo de esto último, ahí donde medir el razonamiento abstracto y esa inteligencia fluida de las que nos habló Cattell en su momento y que nos permite, al fin y al cabo, resolver los problemas más cotidianos. Tal vez en un futuro las cosas cambien y las pruebas psicotécnicas se articulen de otro modo.

No obstante, cabe decir que este tipo de instrumentos no dejan de tener su interés y ante todo su utilidad. Veámoslo con detalle.

mujer con engranajes en el cerebro representando la psicología positiva

Test de matrices progresivas de Raven, ¿para qué sirve?

El test de Matrices Progresivas fue creado por J. C. Raven en 1938 para medir el factor “g” de la inteligencia. El diseño de esta prueba psicométrica buscaba un objetivo: evaluar a los oficiales de la armada estadounidense. Ahora bien, al poco no tardó en verse su utilidad y su validez para evaluar la inteligencia en general independientemente de los conocimientos adquiridos.

Beneficios del test de matrices progresivas de Raven frente a otras pruebas

  • Se puede aplicar a niños y adultos, sin importar su nivel cultural o si la persona tiene problemas comunicativos o motrices.
  • Es una prueba muy económica a la hora de administrarse.
  • Por lo general, suele resultar interesante y entretenida para la mayoría de personas (hay implicación y motivación).
  • Exige una atención “gestáltica” así como un razonamiento analógico donde la persona debe aplicar una conducta exploratoria, otra comparativa y utilizar a la vez varias fuentes de información para completar las matrices.

Asimismo, uno de los mayores beneficios del test de matrices progresivas de Raven es la rapidez con la que obtenemos una información válida sobre el funcionamiento cognitivo del adulto o el niño.

Por otro lado, cabe decir algo importante. El propio creador del test, John Raven, dejó claro que esta prueba no debía utilizarse de forma exclusiva para medir la inteligencia de la persona. Deben aportarse otras fuentes de información, de manera que la evaluación pueda ser mucho más potente y sus resultados más sólidos.

Cómo se realiza el test de matrices progresivas de Raven

La prueba está compuesta por 60 preguntas de opción múltiple, organizadas por diferente orden de dificultad. Se utilizan, como ya sabemos, una serie de figuras geométricas abstractas e incompletas que la persona debe resolver, intentado dar significado a un material a simple vista, confuso o desorganizado.

Por lo general, se suelen dejar unos 45 minutos para su realización, tiempo suficiente para que el niño o el adulto ponga en práctica lo que conocemos como capacidad de educción. Se trata de un proceso que se caracteriza por lo siguiente:

  • La capacidad de educción se basa en hallar relaciones y correlatos cuando lo que tenemos ante nosotros es un tipo de información que a simple vista, está desorganizada.
  • Asimismo, este tipo de habilidad intelectual requiere que hagamos comparaciones, deducciones, representaciones mentales, que apliquemos el razonamiento analógico y el principio de la lógica.

Todo ello da forma al factor “g” definido en su momento por Charles Spearman y al que se considera a su vez un predictor válido de la inteligencia en general.

Rostros mirándose

 

Matrices progresivas de Raven y el Efecto Flynn

Rossi-Casé y su equipo de investigación (2015) publicaron un estudio sobre el Efecto Flynn en las matrices progresivas de Raven. Pero, ¿en qué consiste este efecto? De forma muy resumida, este efecto consiste en que con los cambios de generación aumenta nuestra puntuación en pruebas de coeficiente intelectual. La explicación de este fenómeno radicaría en la mejora de la escolarización, en los avances en la medicina, la correcta alimentación, en tener un ambiente rico y variado, etc.

Rossi-Casé y su equipo de investigación (2015) , investigaron la relación entre las matrices progresivas de Raven y el Efecto Flynn. Los resultados mostraron que entre 1964 y el año 2000 podía apreciarse el efecto Flynn, pero no era tan palpable entre el año 2000 y el 2015. Los autores se preguntan si este efecto se incrementará indefinidamente o se detendrá en algún momento, y en caso de ser así, cuándo. Señalan que para dar respuesta a esta incógnita “deberíamos volver a analizar las hipótesis que en su momento intentaron explicar la presencia del efecto Flynn, tales como mejoras en la alimentación, mayor escolarización, el uso de las nuevas tecnologías y el predominio de las imágenes visuales”.

Sin duda, estos resultados evidencian la necesidad de futuras investigaciones sobre las matrices progresivas de Raven.

Un apunte final

Para concluir, el test de matrices progresivas de Raven es un instrumento no verbal ni manipulativo cuyas puntuaciones no dependen del nivel educativo ni de la experiencia de esa persona. Todo ello lo hace sin duda muy interesante, además de útil para ciertos contextos donde se desea tener una información previa sobre la inteligencia “en general” de alumnos o candidatos a una categoría profesional.

Su facilidad de aplicación y la escasa dificultad para obtener un resultado de las respuestas que ha dado la persona hace que, lo queramos o no, esté muy presente en la mayoría de nuestros contextos sociales…


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