¿Qué tipo de acaparador digital eres?
La digitalización de la vida ha cambiado nuestros hábitos. Los móviles, tablets y ordenadores son nuestros auténticos apéndices cotidianos; los amamos y los odiamos, nos condicionan y, a su vez, la forma en que los usamos define nuestra personalidad. Esa interacción constante entre humano y máquina está trayendo nuevos fenómenos dignos de interés.
Por ejemplo, ¿eres de los que acumula los correos en su bandeja de entrada desde tiempos inmemoriales? ¿O tienes especial obsesión en liberar espacio y borrar todo aquello que no te interesa lo antes posible? Por llamativo que nos parezca, aquello que habita en nuestra papelera de reciclaje dice mucho de nosotros.
Hay quien no elimina nada y hay quien elimina tanto que hasta destruye documentos y fotos que más tarde lamenta. Nuestro carácter y nuestros rasgos de personalidad quedan reflejados en ese universo digital. Tanto es así que la ciencia ha definido cuatro patrones de usuarios de la tecnología entre los que, seguramente, nos veremos identificados.
El acaparamiento digital, es decir, la tendencia hacia la acumulación de aplicaciones o carpetas en nuestro móvil u ordenador suele mostrar cierta tendencia hacia la ansiedad.
El acaparador digital y sus cuatro tipologías
La Universidad de Northumbria publicó un estudio en el 2020 que tuvo bastante impacto. Nos hablaba de un término nuevo que define muy bien el comportamiento del ser humano en este siglo. Nos hemos convertido en acaparadores digitales, es decir, en personas que acumulan en sus dispositivos electrónicos un gran número de aplicaciones, datos, archivos y fotografías que no siempre necesitan.
Hay un hecho curioso que no deja de llamarnos la atención. Con la llegada de la tecnología muchas de nuestras estanterías se quedaron vacías. Hemos dejado de comprar archivadores y álbumes de fotos porque ahora nuestros discos duros pueden acumular toneladas de información que antes llenaban espacio en nuestras casas.
Por ejemplo, podemos tener una biblioteca entera en nuestro ordenador con cientos de libros. Es posible, incluso, dejar de comprar discos y optar por una playlist de Spotify cada día según nuestro estado de ánimo. La tecnología ha liberado nuestros espacios físicos para convertirnos en acaparadores digitales, es decir, en acumuladores de información digital.
Esto ha permitido a la ciencia dividirnos en cuatro tipologías de acaparadores. Y cuidado, porque los expertos han detectado incluso patrones de comportamiento realmente patológicos. Ejemplo de ello son las personas que llegan a comprar decenas de discos duros porque no se atreven a borrar ningún archivo, ninguna foto…
Todo aquello que no nos genere alegría, bienestar virtual o nos sea útil debería ir a la papelera de reciclaje virtual.
1. El acaparador digital ansioso
“No borro esto por si acaso”. ¿Te sientes identificado? Pues lo cierto es que el trastorno de acumulación compulsiva, descrito en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-5) puede equipararse al acaparador digital. Bien es cierto que tal comportamiento aún no se ha incluido como categoría diagnóstica, pero son muchos los psicólogos y los psiquiatras que están observando comportamientos problemáticos.
Detrás del acaparador digital más obsesivo está la ansiedad. Son personas con miedo a eliminar cualquier archivo o fotografía por lo que pueda pasar. En ocasiones, puede existir también un desencadenante emocional (no puedo borrar las fotos de mi hijo, aunque tenga 200 que son exactamente iguales).
Asimismo, esa reticencia al borrado cae a menudo en explicaciones del todo irracionales. Se guardan correos y documentos que tienen décadas de antigüedad, según ellos, por lo que pueda pasar. Sin embargo, sus justificaciones no siempre tienen sentido. Esto provoca que tengan que comprar discos duros y pagar a diversos servidores para tener más espacio.
2. El acaparador digital obediente
El acaparador digital obediente es propio de los entornos laborales. Este fenómeno aparece cuando en el trabajo nos piden que no borremos ningún archivo ni ningún correo, por si más tarde fuera de utilidad. Es cierto que a veces, por diversas razones, nos puede ser útil tener cierto correo o cierta información para justificar determinadas acciones.
Sin embargo, lo que nos dicen los expertos en productividad y protección de datos, es que cuantos más archivos acumulemos, más farragoso será nuestro trabajo y más expuestos estaremos a los ciberataques.
La ansiedad nos puede convertir también en acaparadores digitales. Ejemplo de ello es conservar gran cantidad de espacio virtual de fotos y datos que no borramos por miedo a lo que pueda pasar.
3. Los acaparadores digitales perezosos
Seguro que todos tenemos al clásico amigo que, cuando abre su portátil, vemos que tiene toda la pantalla ocupada por carpetas. Son tantas los programas y los archivos que acumula, que este factor incluso afecta al rendimiento del propio ordenador. Lo mismo sucede con muchos móviles, en ocasiones se tienen tantas aplicaciones que cuesta encontrar lo que se necesita de manera rápida.
El acaparador digital perezoso es aquel que no ordena, que por vagancia no borra lo que ya no necesita ni se preocupa por cuidar la propia tecnología y datos que utiliza.
4. El acaparador digital coleccionista
Todos tenemos nuestras propias aficiones, pasiones e intereses. Ahora, gracias al inmenso contenido en línea al que tenemos acceso, coleccionar lo que nos gusta es más fácil que nunca. Podemos tener decenas de discos duros con nuestras películas y libros favoritos, con imágenes de nuestras obras de arte predilectas, con actores y artistas que adoramos.
Sin embargo, hay quienes llevan esta práctica al extremo de la obsesión, hasta el punto de acumular grandes cantidades de información de una o varias temáticas. Este es un fenómeno nuevo que aún debe estudiarse con mayor profundidad, pero que ya está llamando la atención de los expertos.
Móvil ordenado, mente ordenada
Todos acumulamos decenas de gigas con fotos de nuestros hijos, amigos, familiares o mascotas, por ejemplo. Es cierto que nos da cierta inquietud borrarlas, porque al hacerlo, es como si los elimináramos a ellos. Sin embargo, por curioso que nos parezca, la correcta gestión de nuestra información y datos digitales impacta también en nuestra salud mental.
No hace mucho solíamos expresar aquello de “una casa ordenada es como una mente ordenada”. Ahora, podemos decir lo mismo de nuestros dispositivos: “un móvil o un ordenador con toda la información bien gestionada, refleja una mente ordenada”. Porque detrás de quien acumula y teme borrar el más mínimo archivo, puede haber un alto nivel de ansiedad.
El acaparamiento digital excesivo no describe a día de hoy ningún trastorno clínico, pero es posible que dentro de poco ya se incluya en los manuales de diagnóstico. Nos estamos convirtiendo en una sociedad que almacena toneladas de información que no necesita por miedo a eliminarla.
Esto se traduce en la creación de millones de servidores en todo el mundo que, como granjas, guardan nuestras vidas y datos consumiendo una gran cantidad de electricidad. Tengámoslo en cuenta, borrar a veces libera e higieniza nuestras vidas. También ayuda al propio planeta.
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- Mckellar, Kerry & Sillence, Elizabeth & Neave, Nick & Briggs, Pamela. (2020). There Is More Than One Type of Hoarder: Collecting, Managing and Hoarding Digital Data in the Workplace. Interacting with Computers. 32. 10.1093/iwc/iwaa015.