7 test de personalidad para descubrir cómo eres
Los test de personalidad son una de las herramientas más utilizadas en la práctica psicológica. A pesar de que estamos ante un rasgo complejo de medir y conformado por dinámicas que hacen único a cada individuo, estos instrumentos clínicos resultan más útiles de lo que pensamos. Ahora bien, es necesario conocer primero qué tipos de test existen, qué miden y qué metodología utilizan.
Quien más y quien menos ha realizado en algún momento de su vida un test de personalidad. Ya sea al pasar por un proceso de selección, por fines clínicos o por simple interés personal, es sin duda algo bastante común en la mayoría de nuestros escenarios sociales. No obstante, es necesario recordar que hay pruebas con mayor validez que otras y que es importante ser exigentes con estos instrumentos, si de verdad queremos obtener una información fiable.
Los test de personalidad son los recursos más utilizados en la práctica clínica. Los más importantes, los que se usan a diario en la práctica clínica cuentan con adecuados estudios que garantizan su fiabilidad y su validez.
¿Qué tipos de test de personalidad existen?
Así, es interesante saber también que dentro de la práctica psicológica solemos encontrar dos tipos de test muy concretos. Los primeros son las pruebas psicométricas clásicas, es decir, esas en las que partimos de una corriente cognitivo-conductual y damos por sentado que las personas van a ser sinceras a la hora de responder cada uno de los ítems.
La segunda tipología son los test proyectivos. Se trata de pruebas en las que el sujeto proyecta elementos inconscientes y conflictos internos no reconocidos mediante ejercicios de índole creativa o introspectiva. Estos test resultan muy útiles, sobre todo, en la práctica clínica, forense o en el ámbito infantil. A continuación, vamos a señalar cuáles son los test de personalidad más utilizados para definir, comprender y describir nuestros siempre interesantes universos personales.
1. Test de personalidad: el modelo de los 5 grandes (Big Five)
Aunque no es exactamente un test de personalidad, el modelo de los Cinco Grandes es uno de los más reconocidos, y a su vez, el que pone las bases a una gran cantidad de pruebas que tienen como finalidad entender y medir el comportamiento humano. Este enfoque de la personalidad se divide en cinco áreas principales, en cinco dimensiones conocidas con el acrónimo “OCEAN”:
- Openness to experience (apertura a la experiencia).
- Conscientiousness (responsabilidad).
- Extraversion.
- Agreeableness (amabilidad).
- Neuroticism (neuroticismo).
Esta prueba suele aplicarse en múltiples ámbitos con bastante éxito: desde el clínico, pasando por los departamentos de recursos humanos para seleccionar personal, hasta llegar a los orientadores educativos, los cuales ven en este modelo un marco muy acertado para sugerir a los alumnos esos perfiles profesionales que más pueden ajustarse a sus características.
Hoy en día, uno de los campos en los que más se trabaja son los estudios de la personalidad de grupos de personas. En este sentido, seguramente recordaréis el sonado caso de MyPersonality, una aplicación de Facebook a modo de test de personalidad simple que logró poner en jaque las elecciones de Estados Unidos. Esa herramienta, creada por David Stillwell en 2007, y basada en este modelo de los “Big Five”, ha servido como base de numerosos estudios sobre felicidad y longevidad.
2. Cuestionario 16PF
El cuestionario 16PF es uno de los más respetados a la vez que utilizados. Fue el resultado de décadas de trabajo y análisis por parte de Raymond B. Cattell, un psicólogo británico conocido por sus grandes aportaciones al campo de la personalidad y, sobre todo, de la inteligencia. Fue él quien propuso, por ejemplo, la existencia de una inteligencia fluida y una inteligencia cristalizada.
Este test de personalidad ha sido continuamente revisado y actualizado, pero la esencia sigue siendo la misma: estudiar nuestros rasgos de personalidad basándonos en 16 factores y cinco secundarios.
- Factor A (Afectividad).
- Factor B (Razonamiento).
- Factor C (Estabilidad).
- Factor E (Dominancia).
- Factor F (Impulsividad).
- Factor G (Conformidad grupal).
- Factor H (Atrevimiento).
- Factor I (Sensibilidad).
- Factor L (Suspicacia).
- Factor M (Imaginación).
- Factor N (Astucia).
- Factor O (Culpabilidad).
- Factor Q2 (Autosuficiencia).
- Factor Q3 (Autocontrol).
- Factor Q4 (Tensión).
3. El Indicador Myers-Briggs
El Indicador de Tipo Myers-Briggs es un test de personalidad muy conocido por estar basado en los trabajos de Carl Jung sobre este mismo ámbito. La prueba como tal fue desarrollada por Katharine Cook Briggs y su hija Isabel Briggs Myers. Ahora bien, cabe decir que a pesar de que su popularidad es muy elevada, no se utiliza demasiado en la práctica clínica porque no es un instrumento muy útil en este sector.
La escala mide solo dos dimensiones: extroversión e introversión. Así, y dado que a nivel clínico o forense carece de utilidad, no sucede lo mismo en el campo del crecimiento personal o incluso en el ámbito escolar y laboral. La información que nos puede facilitar el indicador Myers-Briggs es la siguiente:
- Entender cómo enfocamos nuestra atención y obtenemos nuestra energía (extraversión o introversión).
- Saber cómo percibimos o procesamos la información (sensación o intuición).
- Cómo tomamos las decisiones (pensamiento o sentimiento).
- Cómo nos orientamos hacia el mundo exterior (mediante juicios más lógico-racionales o percepciones más emocionales).
En este sentido, el Indicador Myers-Briggs puede resultar especialmente útil en el ámbito empresarial. Como resalta el investigador Franco Cotino en su artículo Test psicológicos y entrevistas: usos y aplicaciones claves en el proceso de selección e integración de personas a las empresas, la falta de talento a nivel ejecutivo es una realidad tangible. Por eso, se han de realizar notables esfuerzos por contratar a las personas más acordes al perfil laboral requerido. Y eso pasa, en primera instancia, por aplicar test que midan los rasgos de personalidad, habilidades y capacidades adecuadas en cada caso.
4. Inventario de personalidad multifásico de Minnesota (MMPI)
El MMPI (Minnesota Multiphasic Personality Inventory) es uno de los exámenes de personalidad más populares a la vez que utilizados en los ámbitos clínico, forense y en la selección personal. Está conformado por 566 ítems a los que el sujeto responde con falso o verdadero, de acuerdo a su experiencia; siendo aplicable a personas mayores de 16 años, con un nivel de escolaridad correspondiente a la educación básica.
Además, es interesante saber que este test no solo ofrece un perfil bastante ajustado sobre la personalidad de cada sujeto o paciente, sino que, además, es muy adecuado para detectar diversas psicopatologías.
El MMPI mide, por tanto, a las personas en una amplia variedad de escalas, incluyendo depresión, cinismo, esquizofrenia, ansiedad, conductas antisociales, manía y paranoia, etc. Incluso, cuenta con tres escalas de validez, las cuales fueron diseñadas para detectar si el evaluado tiene la intencionalidad de mentir en la prueba, o si sus respuestas muestran alguna incoherencia.
5. Prueba de Rorschach
Todos hemos oído hablar de la prueba de Rorschach. Su estela, a menudo algo cinematográfica, hace que se la conciba como ese test de personalidad que todo psicólogo tiene a mano (casi de forma obligada) cada vez que un paciente llega a su consulta. Ahora bien, cabe decir que todo tiene matices.
Desde que Hermann Rorschach lo publicó en 1921, su difusión en la comunidad psicoanalítica fue inmediata. Sin embargo, en la actualidad, no deja de ser una prueba proyectiva más, como el test del árbol o el Test de Apercepción Temática (TAT).
No obstante, estas pruebas proyectivas, como el propio Test de Rorschach, exige que el profesional lleve a cabo un adecuado proceso de evaluación en el que atender desde el tiempo de latencia en las respuestas, el contenido que atribuye a cada una de las láminas, hasta los detalles en las manchas que evocan esas ideas en el paciente.
Asimismo, esta prueba se presenta como un medio más para trazar la forma y la impronta de nuestra personalidad, es decir, utilizada en exclusiva nunca será concluyente. Lo ideal es combinarla con otros instrumentos, con otras baterías de pruebas donde disponer de más perspectivas para ofrecer una descripción más precisa.
6. Test de Apercepción Temática (TAT)
El Test de Apercepción Temática es una evaluación proyectiva creada por el psicólogo estadounidense Henry Alexander Murray, en el año 1943. Está conformada por 31 láminas, las cuales varían desde fotografías realistas y dibujos esfumados, hasta representaciones más ambiguas, como lo es una lámina en blanco.
A partir de ellas el evaluado debe narrar una historia que refleje un antes, un durante y un después. La evaluación estará basada en lo que el sujeto proyecta en sus historias. De esta manera, cada narración debe ser grabada y debidamente analizada por el especialista.
Para la interpretación se han publicado diferentes sistemas de valoración, los cuales consideran las características de las respuestas mas frecuentes para cada lámina. No obstante, aunque proporcionen un marco general para la interpretación, muchos profesionales confían en las normas subjetivas formadas a través de su propia experiencia.
Cada lámina suele movilizar contenidos específicos, que arrojan información sobre ciertos aspectos de la personalidad. Algunos de ellos son:
- Relaciones interpersonales.
- Mecanismos de defensa.
- Deseos, fantasías y aspiraciones.
- Expresión de la sexualidad y la agresividad.
- Actitud hacia la muerte.
- Sentimientos de culpa.
- Temores, ansiedades y angustias.
- Imagen de sí mismo.
- Conflictos psíquicos.
7. Inventario Clínico Multiaxial de Theodore Millon IV (MCMI-IV)
Este inventario es una herramienta de autoinforme que fue diseñado para evaluar la personalidad y el factor psicopatológico de los adultos que se encuentran en tratamiento. Por esto mismo, explora dominios relacionados con los trastornos que aparecen en el CIE-10 y el DSM-5.
Por tanto, se recomienda su uso en contextos clínicos para la planificación de tratamientos y terapias, así como para la evaluación en el ámbito forense. Para dicha evaluación distigue varios ejes:
- Eje I: síndromes clínicos de gravedad moderada, como la ansiedad o la alcoholemia.
- Eje II: aquí se encuentran las escalas de personalidad, tanto básicas como patológicas.
- Escalas psicométricas: incluidas para evaluar la validez del test, la sinceridad del sujeto, el sesgo de deseabilidad y la alteración negativa del paciente.
Para concluir, es pertinente señalar que existen muchos más test de personalidad. Sin embargo, los aquí presentados suelen ser los más habituales, los que más se utilizan en el día a día de cualquier psicólogo escolar, de empresa, en el ámbito clínico o en el mundo del crecimiento personal.
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- Espelage, D. L., Cauffman, E., Broidy, L., Piquero, A. R., Mazerolle, P., & Steiner, H. (2003). A cluster-analytic investigation of MMPI profiles of serious male and female juvenile offenders. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 42(7), 770-777.
- Grossman, S. D., & Amendolace, B. (2017). Essentials of MCMI-IV assessment. John Wiley & Sons.