9 tipos de hormonas y sus estados de ánimo asociados
Los diferentes tipos de hormonas de nuestro organismo no solo cumplen funciones vitales para controlar determinados procesos biológicos. Lo queramos o no, condicionan nuestro comportamiento e incluso nuestro estado de ánimo. Es más, en ocasiones cualquier desequilibrio hormonal nos puede llevar a una depresión o a ver y sentir nuestra realidad de un modo muy diferente.
A todos nosotros nos gusta pensar que tenemos pleno control sobre nuestro comportamiento, nuestros pensamientos y cómo no, sobre cada una de las conductas que llevamos a cabo. Sin embargo, estamos supeditados por completo a ese universo diminuto, poderoso y a instantes caótico que son nuestras hormonas. Estos mensajeros proteicos encargados de regular infinidad de procesos metabólicos impregnan también nuestro cerebro, mediando en nuestra conducta e incluso en el tipo de pensamientos que podemos llegar a tener.
Las hormonas son los mensajeros químicos del cuerpo. Viajan a través del torrente sanguíneo hacia los tejidos y órganos para mediar en nuestro desarrollo, nuestro equilibrio interno y en nuestro bienestar. Sin embargo, cualquier pequeña alteración puede suponer un impacto en nuestra salud y en nuestra conducta.
¿Mi humor depende de las hormonas?
Somos conscientes de que, visto de este modo, puede sonar algo inquietante, porque pocas cosas pueden llegar a ser tan perturbadoras como no tener un control total sobre nuestros estados de ánimo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que muchos de esos desequilibrios hormonales pueden regularse favoreciendo un correcto estilo de vida. Así, algo tan importante como alimentarnos de forma correcta, practicar deporte, gestionar nuestro estrés y establecer revisiones periódicas con nuestros médicos puede sernos de gran ayuda.
No podemos olvidar, por ejemplo, que un gran número de personas experimentan diversas alteraciones, estados de indefensión y apatía sin saber que padecen algún tipo de alteración en la glándula tiroides. Por tanto, gran parte de esas irregularidades asociadas a los diversos tipos de hormonas pueden tratarse, ya sea mediante fármacos o mejorando los hábitos de vida.
Tipos de hormonas y los estados de ánimo asociados
Carla tiene 35 años y acaba de tener a su primer hijo. Se ha labrado una carrera exitosa, una buena posición en su empresa y todo en su vida iba a la perfección hasta que dio a luz a su bebé. Ocurrió algo no previsto y aún menos imaginado. Se sentía incapaz de salir de la cama, sin fuerzas para sostener siquiera a su hija, sin ánimos de volver a su realidad y afrontar esa etapa de su vida.
Carla sufre depresión postparto, además de hipotiroidismo. Ella no ha elegido ese estado, no es una mala madre ni se ha rendido, este sencillo pero común ejemplo nos da a entender cómo el desequilibrio de un determinado tipo de hormonas puede impactar en nuestra conducta, estado emocional y pensamientos de un modo realmente devastador. Veamos ahora cuáles son las principales hormonas que orquestan en nuestro comportamiento y estado de ánimo.
1. Cortisol
Como todos sabemos, el cortisol es la hormona que media en los estados de estrés y ansiedad. Sin embargo, su mera presencia en nuestro organismo no significa que de forma casi irremediable vayamos a perder el control o a experimentar un estado de alarma. La clave está en la cantidad que se libere, en el equilibrio.
El cortisol es una hormona glucocorticoide que se sintetiza a partir del colesterol justo en unas glándulas situadas sobre nuestros riñones. Gracias a ella, obtenemos la energía suficiente para levantarnos por las mañanas, para iniciar nuestras tareas y actividades cotidianas y nos ayuda también a reaccionar ante situaciones que nuestro cerebro interpreta como peligrosas.
Ahora bien, el problema con este tipo de hormona está cuando se segrega de forma constante. Cuando nuestra mente considera que solo nos envuelven problemas, cuando la vida se torna demasiado exigente y todo parece escaparse de nuestras manos.
Las mujeres que experimentan un aumento de cortisol en sangre durante las 25 semanas de gestación tienen un mayor riesgo de sufrir depresión postparto.
2. Oxitocina
La oxitocina es una “hormona multipropósito”. Este oligopéptido, compuesto de 9 aminoácidos, favorece la mayor parte de nuestras conductas prosociales, como las relaciones de pareja, la sexualidad, la amistad, la necesidad de cuidado, la crianza o la lactancia. Ahora bien, un descenso en nuestros niveles de oxitocina puede mediar en la aparición de estados depresivos, tristeza, indefensión y en un tipo de proceso igualmente llamativo: la falta de empatía.
Tal y como se reveló en un trabajo publicado durante una de las conferencias anuales de la Sociedad Británica de Endocrinología, las personas con un nivel bajo de oxitocina demuestran peores resultados en tareas de empatía. La mayoría de estudios a este respecto apuntan en la misma dirección.
3. Melatonina
La melatonina ha suscitado siempre un gran interés por parte de los organismos científicos. Sabemos que media en nuestros ciclos de sueño y vigilia; sin embargo, en los últimos años se está demostrando que esta hormona también frena el envejecimiento prematuro y actúa como protector neurológico.
La melatonina o N-acetil-5-metoxitriptamina es una hormona que se sintetiza a partir del triptófano y que se produce en la glándula pineal. Un nivel adecuado de este compuesto favorece nuestro descanso y sincroniza además los ritmos de nuestros neurotransmisores cerebrales.
Por su parte, un déficit en melatonina no solo provoca la aparición de insomnio. Podemos experimentar un debilitamiento en nuestros procesos cognitivos (menor atención, pérdidas de memoria…) e incluso mayor riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas.
4. Hormonas tiroideas
Las hormonas tiroideas son macromoléculas cuyo preciso equilibrio, lo queramos o no, favorece nuestro bienestar, nuestro estado de ánimo y una buena salud. Intervienen en prácticamente todos los procesos metabólicos y funcionales de nuestro organismo, mediando en ese universo endocrino donde las T1, T2, T3, T 4 y TSH cumplen un papel indispensable.
Así, y para que la tiroides pueda realizar su trabajo en armonía y precisión, necesita materias primas como el yodo o la vitamina B12. Curiosamente, son dos elementos que no suelen abundar en nuestras dietas occidentales.
Cualquier irregularidad en la tiroides, tanto si trabaja de un modo deficitario o si lo hace en exceso, originará trastornos como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo.
5. Adrenalina
Tal y como suele decirse, la ansiedad es un monstruo que se alimenta de la adrenalina. Sin embargo, ¿es realmente tan negativa este tipo de hormona? En absoluto: estamos ante una sustancia tan polivalente como lo son la dopamina o la oxitocina.
El impacto que la adrenalina tiene en nuestra conducta es inmenso y vale la pena tenerlo en cuenta. Gracias a ella activamos nuestro instinto de supervivencia, nos motivamos para superarnos día a día, para disfrutar de nuestras relaciones o incluso para ser productivos en el trabajo o el deporte.
Ahora bien, un exceso de adrenalina en nuestro organismo, media en estados de ansiedad. Un déficit en los niveles de adrenalina cursa con depresión, baja motivación, desinterés, apatía e indecisión, entre otros.
6. Endorfinas
Las endorfinas son, sin lugar a dudas, nuestras hormonas favoritas. Hay cerca de 20 tipos de endorfinas en el cuerpo humano y se distribuyen por varias zonas: en la glándula pituitaria, sobre todo, pero también en otras partes del cerebro y en el sistema nervioso.
Estos compuestos químicos interactúan con los receptores de opiáceos para reducir la percepción del dolor y actuar casi del mismo modo que la morfina y la codeína. Asimismo, un buen “torrente” de endorfinas supone experimentar fabulosos estados de euforia y de bienestar, algo que suele suceder cuando, por ejemplo, llevamos a cabo tareas que nuestro cerebro considera como “positivas”, tales como el deporte, disfrutar de nuestras amistades, de la comida y de la sexualidad.
7. Estrógenos y progesterona
Estas hormonas, si bien son predominantemente producidas por el cuerpo femenino, también aparecen en menor escala en los hombres. Ambas hormonas están asociadas a la fertilidad, a la reproducción y a la regularidad del ciclo menstrual. Así mismo, están involucradas en el metabolismo de los músculos, en la apariencia de la piel y en la salud de los huesos.
Cuando se presenta un desbalance en estas hormonas puede experimentarse depresión, irritabilidad o cambios abruptos en el estado de ánimo.
8. Serotonina
Otra de las hormonas relacionadas estrechamente con el estado de ánimo. Se sintetiza a partir del triptófano y también influye en funciones como el sueño, control e inhibición de la ira y el comportamiento sexual.
El déficit de Serotonina se asocia con la depresión. Es por ello que se recetan ISRS o inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina. Dicho de otro modo, estos antidepresivos tan comunes evitan que la serotonina se reabsorba y, por tanto, permanezca más tiempo disponible para las neuronas.
La Serotonina también se asocia a otros trastornos mentales como el autismo o la esquizofrenia.
9. Testosterona
Se trata de la hormona sexual que predomina en los hombres, si bien las mujeres también se encuentra en menores cantidades. Interviene en el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales masculinos.
En cuanto a su efecto sobre el estado de ánimo, la testosterona está directamente relacionada con el nivel de agresividad, la libido o el nivel de energía para realizar actividades físicas. También se la relaciona con el impulso de dominancia y la competitividad.
Para concluir es importante señalar que ante cualquier malestar, cambio en nuestro estado de ánimo o pequeña irregularidad, ya sea en nuestro cuerpo o en nuestra conducta (cansancio, apatía, pérdida súbita de energía…) no dudemos nunca en acudir a nuestro médico. Los problemas hormonales tienen tratamiento y podemos recobrar sin duda las riendas de nuestra vida.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- von Dawans, B., Strojny, J., & Domes, G. (2021). The effects of acute stress and stress hormones on social cognition and behavior: current state of research and future directions. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 121, 75-88.
- Duerler, P., Vollenweider, F. X., & Preller, K. H. (2022). A neurobiological perspective on social influence: Serotonin and social adaptation. Journal of Neurochemistry.