¿Qué es el tusi y cuáles son sus efectos?

El tusi es una droga muy popular entre los jóvenes que genera distintos efectos sobre el comportamiento. Si quieres conocer más sobre ella, ¡sigue leyendo!
¿Qué es el tusi y cuáles son sus efectos?
José Padilla

Revisado y aprobado por el psicólogo José Padilla.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 10 octubre, 2023

La proliferación de las drogas en nuestra sociedad actual es aterradora. Las personas consumen de acuerdo con sus gustos, accesibilidad y disponibilidad. En los últimos años, ha ganado fama un nuevo producto: el tusi o tusibí.

Esta droga se vende en polvo o en pastillas que, por lo general, son de color rosado. Está formada por distintas sustancias estimulantes, depresoras y psicodélicas. ¿Te suena familiar su nombre? Tal vez hayas oído hablar de ella como «cocaína rosada» o como «la droga de la alta sociedad».

En este artículo te contaremos cuál es la composición del tusi y sus efectos. Te daremos también una serie de recomendaciones y reflexionaremos sobre cómo podemos prevenir su consumo en adolescentes. Profundicemos.

¿Qué es el tusi?

El tusi, o tusibí, es un cóctel de diferentes sustancias, una mezcla perjudicial para el organismo. Aunque en distintas preparaciones se han encontrado ciertas sustancias en común, lo cierto es que sus componentes pueden variar de una combinación a otra. Por lo tanto, no se tiene una receta estándar.

Según un análisis de laboratorio de Energy Control , financiados por el Ministerio de Sanidad de España, el tusi contiene tres sustancias principales: ketaminas, cafeína y MDMA (éxtasis).

En las muestras que se analizaron, la concentración de cada una de ellas variaba. En promedio, la ketamina se encontraba en el 34 % del producto total; la MDMA, en el 11 %, y la cafeína, en el 14 %.

Muchas personas creen que el tusi es en esencia 2C-B (4-bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina), pero no, no lo es. Aunque los comercializadores lo hacen pasar por ella, en realidad o no contiene esta feniletilamina o la tiene en poca concentración.

En una entrevista para el diario El Tiempo, Julián Quintero, director de Corporación Acción Técnica Social (ATS), una organización sin ánimos de lucro dedicada a educar sobre el consumo de sustancias, sostiene también que:

«Lo que hemos encontrado al analizar estas muestras es que en la mayoría de los casos es probable que no superen el 20 % de 2C-B, el resto son adulterantes».

Tal y como señala un informe del año 2021 de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), el 2C-B es extremadamente raro en Iberoamérica. Debido a ello, y como bien detalla una extensa investigación de InSight Crime, la droga se empezó a cortar y combinar con otros químicos para aumentar la distribución y ventas; hasta el punto de crear una mezcla que apenas contenía 2C-B.



¿Qué más se sabe de su composición?

Los análisis de Energy Control, realizados entre 2019 y 2021, nos han dejado resultados interesantes que nos dan luces sobre lo que las personas están consumiendo cuando acceden al tusi. Veamos un poco más.

De las 72 muestras de tusi que se examinaron procedentes, en mayor medida, de Madrid y Cataluña, se encontró que 32 de ellas contenían ketamina, MDMA y cafeína; 14 tenían ketamina y MDMA; y en las restantes había una combinación de estas tres sustancias con otras.

¿Y qué hay del 2C-B en las muestras? Como ya señalamos, las concentraciones o son nulas o muy pocas. En los análisis mencionados solo se registró 2C-B en 5 de las muestras de tusi.

Algunos «cocineros» añaden a la fórmula opioides y benzodiacepinas con la intención de generar adicción. La composición final es muy variable, y la mayor parte del tiempo quien accede a la droga ignora por completo qué está comprando realmente.

Efectos del consumo de tusi

Hemos visto que el tusi tiene distintas sustancias que varían en concentración de una muestra a otra. Esto hace que sus efectos sean diferentes. Si presenta mayor cantidad de ketamina, se puede experimentar:

  • placer
  • euforia
  • relajación
  • embriaguez
  • desinhibición
  • alucinaciones
  • estado de ánimo positivo
  • disminución de la sensación del dolor
  • alteración en la percepción del tiempo

La ketamina es una droga muy potente y peligrosa. En dosis altas puede causar pérdida del conocimiento, coma, convulsiones, derrames cerebrales, asfixia y paro cardíaco. Por otro lado, si el tusi tiene una mayor concentración de éxtasis, una persona puede sentir:

  • euforia
  • extroversión
  • despersonalización
  • pensamientos ilógicos o desorganizados
  • intensificación de la sensación de bienestar
  • aumento en la sensopercepción de los estímulos
  • amplificación e intensificación de las sensaciones emocionales
  • disposición a conversar sobre recuerdos con gran carga emotiva

El éxtasis genera placer inmediato, ya que propicia la liberación de la dopamina y la serotonina en el cerebro. Además, según un artículo de 2020 publicado en Basic and Clinical Neuroscience, puede causar daños neuronales, debido a la desregulación de los neurotransmisores y al incremento del estrés oxidativo.

De acuerdo con el proyecto Échele Cabeza de la Corporación Acción Técnica Social, algunos efectos no deseados que se pueden presentar son los siguientes:

  • náuseas
  • sangrado nasal
  • dolor de cabeza
  • estados de ansiedad o pánico
  • disminución de la coordinación motriz

A largo plazo, el tusi puede generar:

  • psicosis
  • dependencia
  • deterioro cognitivo
  • trastornos del sueño
  • trastornos del estado de ánimo

No podemos dejar de mencionar que, al igual que otras drogas, la dependencia al tusi genera consecuencias negativas tanto a nivel social como laboral y personal. No solo el adicto se ve afectado, sino también las personas cercanas a él, en especial su familia.

Combinaciones riesgosas

Las combinaciones peligrosas de las que se compone el tusi y los efectos que producen son las siguientes:

  • Ketamina y MDMA: elevación de los niveles de serotonina, alucinaciones, sensación de desconexión y desrealización, daños al corazón y al hígado.
  • Ketamina y cafeína: daño hepático, diferentes reacciones según la dosis, predominio del efecto estimulante, incremento de efectos no deseados, reducción de la duración de la sensación dominante.
  • Ketamina y BZD/opioides: potenciación del efecto sedante, mareo, somnolencia, dificultad para enfocarse, confusión, problemas para pensar con claridad y problemas de coordinación. La combinación de estas sustancias puede llevar a la pérdida de consciencia y depresión respiratoria.
  • Ketamina y antidepresivos: incremento de efectos secundarios como mareos, somnolencia, confusión, dificultad para concentrarse, sedación intensa y depresión respiratoria.
  • MDMA y cafeína: Daños al corazón y al hígado, posible incremento de dopamina y noradrenalina, aumento de la frecuencia cardiorrespiratoria, riesgo de hiperestimulación, incremento de estados de alerta, mayor probabilidad de ansiedad.
  • MDMA y benzodiacepinas: dependiendo de cómo se administren, pueden tener diferentes rutas metabólicas. Según la dosis, un efecto puede predominar sobre el otro. Hay un riesgo de daño al hígado y al corazón.
  • MDMA y opioides: riesgo de daño en el corazón y en el hígado.
  • MDMA y antidepresivos: riesgo de síntomas de síndrome serotoninérgico, daños al corazón y al hígado, potenciación de los efectos del MDMA.
  • Cafeína y opioides: los efectos varían según la dosis y la forma de administración, con efectos opuestos predominando.

¿Cómo prevenir el consumo entre los jóvenes?

Para prevenir el consumo y sus consecuencias, la mejor acción es concienciar a los adolescentes, donde el rol de la familia juega un papel importante. La mayoría de las familias comenten el error de desplazar la problemática a los hijos o en quien padece la adicción.

No obstante, la problemática es un sistema en el que todos han aportado de alguna manera a su aparición. Por ende, todos «deberían asumir la responsabilidad». Prevenir es el mejor camino y es mucho más cómodo que intervenir.

Hay que darles a los jóvenes las herramientas para tener un pensamiento más crítico, para autorregularse, para reafirmar su identidad y mejorar su autoestima. La crianza en clave en todo esto, la confianza y los límites en el hogar.

Por lo general, la adicción suele ser un síntoma de que todo el sistema familiar se ha debilitado y aparece por un eslabón visible. Se debe atender esta respuesta como una oportunidad de mejorar, con apertura, humildad, con la capacidad de reconocer lo que a cada quien le corresponde para mejorar la situación. Dicho esto, es importante recalcar que los hijos no se pierden en la calle, sino en casa.



Consideraciones finales sobre el consumo de tusi

Para terminar, queremos dejarte bien claro que, aunque la palabra tusibí o tusi derive de la fonética de 2C-B (tu-ci-bi, en inglés), no es lo mismo que esta feniletilamina. Socialmente, se han equiparado y en muchas páginas webs se las toma como sinónimos, pero no son una misma droga. No te dejes engañar.

El tusi tiene repercusiones negativas sobre la salud física y mental, al igual que todas las drogas lo tienen, y más si son capaces de generar dependencia. Te invitamos a que tengas precaución con su consumo, pues, como dice el dicho, «vale más prevenir que lamentar».


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