Un sorprendente estudio sobre el optimismo
La Universidad Estatal de Michigan llevó a cabo un interesante estudio sobre el optimismo. No es el primero que se realiza sobre este tema, pero sí uno de los más completos. También llega a ser uno de los más sorprendentes por las conclusiones a las que llega.
El optimismo se define como una actitud por la cual se tiende a valorar la realidad de una manera un tanto distorsionada: haciendo énfasis en sus aspectos positivos o favorables. Se trata entonces de una forma particular de interpretar los hechos que a veces nace de forma natural, como fruto del carácter, y otras veces corresponde a una posición filosófica al respecto.
Este estudio sobre el optimismo fue dirigido por el profesor William Chopik y se considera el más amplio de su género. Para realizarlo se partió de una muestra de 75 000 personas, con edades entre los 16 y los 101 años. Se examinaron personas de Estados Unidos, Alemania y Países Bajos.
“El optimismo es la fe que conduce al logro. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza”.
-Helen Keller-
El estudio sobre el optimismo
El estudio sobre el optimismo se propuso medir el nivel de optimismo y las expectativas hacia el futuro de hombres y mujeres en distintas etapas de la vida. También se consideraron acontecimientos frecuentes, como el matrimonio, el divorcio, un nuevo trabajo, las muertes, etc., para determinar cómo esos sucesos influían en la visión positiva de la vida.
No se examinó a participantes con vidas en las que hubiese sucesos extraordinarios, positivos o negativos. El estudio se mantuvo en el marco de una vida típica, con logros y pérdidas comunes. En otras palabras, vidas “normales” que transcurrían en circunstancias aceptables.
Los investigadores también querían determinar si la visión optimista cambia con los años o está relacionada de algún modo con la edad. Estudios previos habían señalado que la gente tiende a desarrollar más optimismo durante la mediana edad.
Los sucesos difíciles
Una de las conclusiones sorprendentes de este estudio sobre el optimismo es que los eventos trágicos o difíciles no parecen afectar significativamente la disposición a ver lo positivo de la vida. Situaciones como la muerte o el divorcio no alteraron de manera considerable esta actitud. Al parecer, la mayoría de las personas sabe que debe centrarse en los aspectos positivos de la realidad, pese a las adversidades, porque esto sostiene el equilibrio emocional.
El director del estudio, William Chopik, destacó que la gente es más resistente frente a la adversidad de lo que se piensa. Se tiende a creer que los sucesos trágicos cambian radicalmente la perspectiva de quienes los viven, pero no es así. La investigación mostró que incluso después de pasar por experiencias terribles, las personas logran ver el futuro con esperanza.
El optimismo y la edad
Otro de los datos llamativos del estudio sobre el optimismo es la relación entre esta actitud y la edad. En general, a partir de los 16 años y hasta, más o menos, los 70 años, el optimismo siempre va en aumento. Se trata de un tramo de la vida en el que la gente mira hacia el futuro con ilusión y esperanza.
Al parecer, esto tiene que ver con el hecho de que durante esa larga etapa tienen lugar una serie de eventos vitales que provocan ilusión en las personas. Hay nuevos amores, nuevos trabajos, estudios, la conquista de la independencia, etc. Esa dinámica influye para que el optimismo se acreciente.
Después de los 70 años, sí se ve un cambio considerable. En la mayoría de las personas el optimismo comienza a decrecer paulatinamente después de esa edad. Todo indica que esto se debe a que las personas perciben que la mayor parte de su vida ha quedado atrás y a que las afecciones de salud están más presentes.
La importancia del optimismo
Otros estudios, citados en esta investigación, sugieren que el optimismo se encuentra estrechamente vinculado con las experiencias tempranas de la vida. Cuando se experimentan vínculos significativos y seguros con los adultos durante la infancia, se desarrolla una visión positiva de la realidad, que permanece durante toda la vida.
También hay datos según los cuales el optimismo y los logros son realidades que se retroalimentan. Esto quiere decir que las personas optimistas tienen más tendencia a lograr lo que se proponen; a su vez, estos logros refuerzan la actitud y la esperanza.
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- Librán, E. C. (2002). Optimismo disposicional como predictor de estrategias de afrontamiento. Psicothema, 14(3), 544-550.