¿Ves colores al cerrar los ojos? Te contamos las razones
Antes de leer este artículo te propongo un pequeño ejercicio. Cierra tus párpados durante unos segundos en una habitación a oscuras. ¿Qué viste? ¿Pequeños destellos de luz, quizás? Pocos fenómenos son más llamativos que ver colores al cerrar los ojos. No importa que estés en medio de la noche, tu nervio óptico sigue transmitiendo estímulos lumínicos al cerebro. ¿Cómo es posible?
Estas singulares percepciones reciben el nombre de fosfenos. Son patrones de llamativas tonalidades generados por la retina, sin necesidad de que exista una exposición directa a la luz. Lo curioso es que tienes también tal experiencia cuando estornudas o, incluso, al levantarte muy rápido. Te desvelamos el misterio de este fascinante mecanismo.
«El mundo solo existe en tus ojos. Puedes hacerlo tan grande o tan pequeño como quieras».
Esta es la razón por la que ves colores al cerrar los ojos
Seguro que, en tu infancia, te fascinaba ese lienzo titilante de colores que aparecían detrás de tus párpados al cerrar los ojos. A veces, te los frotabas para descubrir cómo surgían más formas geométricas y tonalidades. Es más, algo que descubriste es que, a pesar de estar en completa oscuridad, seguías captando numerosos estímulos visuales.
Es lo que se define como «ruido blanco» y son como pequeñas luciérnagas luminosas que crean curiosos patrones. Todas estas manifestaciones que percibes son fosfenos y surgen debido a la estimulación de la corteza visual y la retina. Es una forma de excitación celular que, por muy sobrenatural y mágica que parezca, la ciencia la conoce muy bien. Te la explicamos.
Los ojos no se «apagan» en la oscuridad
Ver colores al cerrar los ojos es algo inherente al funcionamiento ocular. Es más, aunque estés en la oscuridad de tu habitación a punto de dormir, seguirás percibiendo nubes y espirales luminosas que imitan a la luz. La revista PloS One señala que los fosfenos o fotopsias aparecen de manera natural y también mediante estimulación eléctrica cerebral.
Es decir, lo que sucede cuando ves estos fenómenos es que tu corteza visual continúa activando a la retina. El ojo, lejos de «apagarse» al cubrirlo con el párpado, sigue enviando mensajes al cerebro. Le dice que todavía ve formas, luces, figuras, y este procesa toda la actividad interna que le envía el nervio óptico como si fueran estímulos reales.
La presión mecánica y los destellos de colores
A veces, cuando te frotas los ojos vuelven a surgir los fosfenos. Y la figura que sueles ver es una especie círculo oscuro rodeado por un anillo de luz. Se trata de un fenómeno que ya describió Isaac Newton y que recoge la revista British Journal of Ophthalmology. La causa de este llamativo efecto está en la propia tracción mecánica que ejerces sobre la retina.
Las fotopsias, con sus chispas repentinas, formas luminosas, puntiagudas o parpadeantes, desaparecen en pocos segundos. Sin embargo, no dejan de ser algo inquietantes. Muchas personas las experimentan también al estornudar o al levantarse muy rápido. Otro origen de esto podría estar en la estimulación que sufre el sistema visual si te baja la glucosa o el oxígeno.
Por otro lado, una publicación de Frontiers in Psychology indica que estas percepciones conscientes sin entradas visuales son una experiencia muy interesante para la ciencia. Son reacciones originadas por la activación neuronal, algo que sucede por el simple hecho de cerrar los ojos o cuando aplicas cierta presión en el globo ocular.
En la década de 1950, el investigador alemán Max Knoll, de la Universidad de Munich, clasificó las diferentes formas de fosfenos. Las organizó en 15 categorías, entre ellas las espirales, los triángulos, las estrellas, las manchas normales y amorfas, etc.
Los biofotones ¿hay luz en el interior del ojo?
Seguro que a ti también te fascinan las luciérnagas y esas criaturas abisales del océano que son luminiscentes. ¿Y si te dijéramos que hay una teoría que afirma que también tus ojos emiten luz? En efecto, existe la hipótesis de que disponemos de unas células que generan biofotones, es decir, partículas de luz biológicas.
La persona que sostiene esta idea es el neurocientífico István Bókkon, del Instituto de Investigación de la Visión en Massachusetts. En uno de sus trabajos, publicados en Progress in Retinal and Eye Research, resalta la mecánica de este interesante fenómeno. Dicha luminiscencia sería el resultado de unos procesos químicos y fisiológicos del propio metabolismo celular.
Tus ojos no pueden distinguir entre los fotones de la luz exterior y los biofotones emitidos por tus propios átomos. El nervio óptico se limita a enviarle esa información al cerebro y es él quien decide que lo que ves es real y no una simple alucinación visual.
¿Todas las personas ven los fosfenos?
¿Todos tenemos la capacidad de ver colores al cerrar los ojos? Lo cierto es que no. Las personas invidentes no perciben los fosfenos. Ello explica por qué la ciencia siente interés por este fenómeno. Si existiera la posibilidad de estimular la corteza visual de algún modo, tal vez se abriría el desafío de poder recuperar la visión en los que la han perdido.
Por otro lado, cabe señalar que hay diversas afecciones o problemas de salud que incrementan estas experiencias. Es decir, hay quien vivencia en su cotidianidad este hecho más veces y durante más tiempo. Te enumeramos esas situaciones que lo provocan:
- Pacientes que sufren migrañas con aura.
- Padecer demencia o enfermedad de Párkinson.
- Personas que evidencian algún daño en la retina.
- Tener con frecuencia una tensión arterial algo baja.
- Padecer neuritis óptica, una inflamación del nervio óptico.
- Los fosfenos aparecen con el consumo de alcohol y algunos fármacos.
- El envejecimiento del propio ojo hará que se incremente más este fenómeno.
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Ver destellos detrás de tus párpados, un fenómeno fisiológico
Al acostarte esta noche en la cama, procura disfrutar de los fosfenos. Hazlo como cuando eras niño, pero sabiendo esta vez qué origina esos colores y figuras geométricas detrás de tus párpados. No es un fenómeno psicológico, sino un mecanismo que responde a factores fisiológicos y neurológicos del todo normales.
Ese mundo de formas y tonalidades caprichosas es ahora mismo un campo de estudio para los investigadores. Quizás en un futuro cercano descubramos cómo devolver la visión a las personas gracias a ellas, a esas fotopsias y a las señales eléctricas que la generan. Ver luces cuando todo está oscuro es una facultad excepcional que vale la pena apreciar cada día.
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