Si la vida te da personas maravillosas es porque lo mereces
Si la vida te da personas maravillosas es porque las mereces, porque las cosas buenas no caen del cielo porque sí. También tú eres un artesano de la reciprocidad y del vínculo que se crea desde el corazón, y ante todo, te preocupas por cuidar de todo aquello que de verdad, vale la pena en tu vida.
Algo que resulta curioso es que con la amistad, ocurre casi lo mismo que con el amor: las personas creen saberlo todo. Se ven a sí mismas como poseedoras de un doctorado en relaciones y la maestría en la sabiduría de la afectividad. Sin embargo, son incapaces de leer la decepción en esas arrugas de más en la mirada de sus parejas o la apatía de esos supuestos amigos del alma, que dejaron de confiar hace mucho en él o ella.
Personas maravillosas son aquellas que aman tus cenizas sin conocer tus incendios, que entran en tu vida sin avisar y que deseas que jamás salgan de ella. Las personas más excepcionales están junto a ti no por casualidad, sino porque las mereces, porque sabes muy bien cuánto vale su alma y la nobleza de sus corazones
Si a día de hoy tenemos a nuestro lado figuras que enriquecen nuestras vidas es porque nosotros SÍ entendemos cómo funcionan esos cimientos que erigen el respeto, la magia de los silencios compartidos o del dejarlo todo cuando las penas asaltan a ese rostro que tanto apoyo nos ha transmitido con la mirada y las palabras.
Personas excepcionales hay muchas, pero las tuyas son las mejores y te las mereces.
Hay personas que son tu patria
Puede que sea tu pareja, tu familia, tus amigos o por qué no, todos ellos. Las personas disponemos de una patria personal, de un mapa muy íntimo donde se trazan pequeñas historias y donde se habla un mismo idioma: el de los afectos sinceros, el de las emociones que nos ayudan a crecer y que sanan. Esa, y no hay que olvidarlo nunca, es una patria que exige mucho trabajo.
Los amigos no se tienen como quien acumula amistades en un perfil de Facebook. La amistad, como el amor, se cuida todos los días y uno se preocupa por alimentar sus raíces, para que ese vínculo sea fuerte, digno y capaz de hacer frente a cualquier tormenta.
Los habitantes de nuestras patrias personales son como esa rosa que el Principito atiende con dedicación en su pequeño planeta sabiendo que es diferente a cualquier otra, sencillamente, porque es la suya
Las personas maravillosas pueden aparecer de casualidad, eso es algo que todos hemos experimentado alguna vez, pero el que permanezcan a nuestro lado es algo que solo el tiempo dirá. No podemos olvidar que en toda patria hay batallas y diferencias, en todo mapa personal hay cicatrices y también huellas que dan luz y forma a lo que somos ahora.
El amor y la amistad que nos ofrecen esos seres excepcionales nos define también a nosotros mismos, porque compartimos las mismas historias, porque hemos caminado por los mismos senderos, sabemos lo que valen y los merecemos también por ello.
Personas maravillosas y personas efímeras
El primer estudio sobre el impacto de la amistad en nuestra salud se realizó en 1979 y duró casi nueve años. Se llevó a cabo en California y se descubrió algo que todos sabemos a día de hoy: disponer de una buena red de apoyo con la que compartir experiencias, miedos, instantes de distensión y complicidad, reduce de forma notable el riesgo de sufrir infecciones, infartos cardíacos o derrames cerebrales.
Tener a nuestro lado a personas maravillosas es sinónimo de bienestar y salud. Sin embargo, las relaciones positivas y verdaderamente significativas en nuestras vidas apenas se cuentan con los dedos de una mano. ¿Qué es lo que falla? Bien, en realidad no podemos hablar de “fallos” sino de conductas y comportamientos en los que somos libres de encajar o no en estas nuestras patriar personales.
Te proponemos reflexionar sobre ello.
Personas que vienen y van y almas que perduran
Algo que muchos sociólogos están percibiendo es que gracias a las redes sociales las personas empezamos a establecer amistades en base a intereses comunes. Formamos grupos y subgrupos en Facebook donde compartir experiencias sueños y deseos. Ahora bien, muchas de estas amistades son efímeras o vinculadas solo a un tipo de actividad o necesidad muy concreta.
- Hay amigos que vienen y van, que duran lo que un contrato de trabajo, lo que un mes de alquiler o lo que nos dure la paciencia a través del whatsapp. Puesto que llevarnos bien con todo el mundo no es ninguna obligación, hay amistades que, simplemente, terminan mutando su piel en una necesitada indiferencia.
- Las personas extraordinarias llegan a medida que te vas conociendo mejor a ti mismo y te das cuenta de que has formado una patria, que tu gente es tu territorio y que invertir en ellas es invertir en vida, en salud y en tu propio destino.
Hay quien suele decir aquello de que “no merezco los amigos o la familia que tengo”, pero es un error. Los merecemos porque los valoramos, porque los cuidamos y porque los queremos a nuestro lado tal y como son. En toda su esencia, en toda su magia.
Merecemos ser felices y aprender cada día de nuestras personas maravillosas