William Stern, el creador del cociente intelectual (y su mayor crítico)
¿Te han aplicado alguna vez un test de inteligencia? ¿Has tenido que hacer, quizá, un psicotécnico en un proceso selectivo? Hay diversos instrumentos para estos fines, desde la escala de inteligencia de Wechsler para adultos (WAIS), hasta el siempre desafiante test de Raven.
Todos estos recursos no solo tienen como objetivo demostrarnos cuán eficientes somos a nivel cognitivo. Los test que miden las áreas vinculadas a la inteligencia también nos organizan socialmente a partir de una lista de supuestas capacidades. Por ejemplo, pensemos en la asociación Mensa, una comunidad en la que solo entran personas con altas capacidades y que superan el percentil 98. Sea como sea, en la actualidad, evaluar el CI sigue siendo importante en muchas áreas y escenarios.
Se usan en procesos judiciales para evaluar la madurez psicológica de algunos acusados. También cuando una persona ha sufrido algún traumatismo craneal y buscamos conocer el alcance de las lesiones. Y, por supuesto, se utilizan las pruebas de inteligencia para detectar a los mejores candidatos de cara a un empleo. Ahora bien, son muchas las voces que llevan décadas advirtiendo de un aspecto.
Usar el CI como una forma exclusiva para medir la aptitud de una persona puede ser discriminatorio y también limitado. De hecho, la primera persona en advertir sobre el peligro de usar este indicador como único mecanismo para evaluar el talento y la aptitud humana, fue su propio creador: William Stern.
La Asociación Psicológica Norteamericana aplicó los test de inteligencia durante la Primera Guerra Mundial para seleccionar a los reclutas. Aquellas pruebas fueron claramente discriminatorias al deducir que determinados inmigrantes europeos que vivían en Estados Unidos eran inferiores mentalmente.
¿Quién era William Stern?
William Stern (1871-1938) fue un psicólogo y filósofo alemán famoso por sus notables aportaciones al campo de la inteligencia y la personalidad. Acuñó el término del cociente de inteligencia (CI) y creo instrumentos innovadores para detectar la aptitud y el talento en las personas. Aquello abrió de inmediato una época en la que los procesos de selección empezaron a regularse por este tipo de instrumentos.
Ahora bien, si hubo un área que se benefició de la introducción del CI, fue la infantil. Los psicólogos llevaban décadas intentando evaluar la edad mental de los niños y apreciar diferencias individuales en el desarrollo. Figuras como Alfred Binet y Théodore Simon ya lo habían intentado. Sin embargo, William Stern aportó la clave definitoria.
Su teoría proponía además la siguiente fórmula: CI= edad cognitiva/edad cronológica x 100. La edad cronológica hacía referencia al día y al año de nacimiento de la persona. La cognitiva es una medida estandarizada que mide las capacidades cognitivas de una persona comparada con el rendimiento promedio de los sujetos de la misma edad.
Así, con estos datos, se estableció que el retraso mental de una persona se establecía en un CI de 70-85. Stern avisó que esta fórmula no debía usarse cómo único método para categorizar la inteligencia de un individuo. Sin embargo, no tuvieron en cuenta sus advertencias.
“La debilidad mental o el retraso limítrofe o borderline, no puede evaluarse solo con el cociente intelectual”.
-William Stern-
Gran interés en el desarrollo infantil
Stern se casó con otra psicóloga, Clara Joseephy. Si había un campo en el que ambos estaban interesados era en conocer el desarrollo infantil y eso les llevó a poner en práctica un famoso proyecto. El matrimonio Stern estudió a sus tres hijos desde el nacimiento hasta los 18 años para comprender cómo asentaban el lenguaje y todo el conjunto de procesos cognitivos: memoria, atención, juicios, razonamiento, etc.
Un trabajo realizado por el doctor James T. Lamiell recoge todas las conclusiones a las que la pareja llegó en aquel estudio familiar. Para ello, la prueba del CI no medía aspectos que también forman parte de la conducta inteligente en los niños. William Stern destacó la importancia de las variables volitivas (motivación, resolución) y las emocionales.
El pionero del cociente intelectual que acabó siendo su mayor crítico
La persona que hay detrás del concepto del cociente intelectual terminó siendo su mayor detractor. Esta es una de las ironías más curiosas de la historia de la psicometría y el estudio de la inteligencia. De hecho, algo que no todo el mundo sabe es que William Stern hubiera deseado que su nombre no estuviera asociado a esta teoría y su ya clásica fórmula (Lamiell, 2003, p. 1).
En 1933, escribía las siguientes palabras:
“En todas las condiciones, los seres humanos son y seguirán siendo los centros de su propia vida psicológica y de su propio valor. En otras palabras, siguen siendo personas, incluso cuando son estudiadas y tratadas desde una perspectiva externa con respecto a las metas de los demás… Mi sentimiento es que los psicotécnicos degradan a las personas usándolas como un medio para los fines de otros (págs. 54 y 55)”.
-Stern, 1933, citado en Lamiell, 2003-
La filosofía del personalismo frente al mercantilismo de la selección de personal
Si William Stern desarrolló tanto el CI como otros enfoques psicométricos fue para conocer mejor a las personas, no para delimitar su potencial partiendo de un percentil. De hecho, fue defensor de la teoría filosófica del personalismo, un enfoque que percibe al ser humano como alguien libre, único y con un valor inherente solo por ser quien es.
Alguien que jamás podrá ser tratado como mercancía y que evidencia, además, la oportunidad de actualizar su potencial cuando así lo quiera. Todo ello contrasta con lo que más tarde se llevó a cabo con sus pruebas de inteligencia. La industria del trabajo y también del ámbito militar empezaron a seleccionar a las personas partiendo del indicador del CI.
Stern lamentó toda su vida que los psicotécnicos convirtieran a las personas en máquinas para el mercado laboral o el ejército. Muchos veían sus oportunidades del todo limitadas solo por obtener una puntuación baja o promedio en dichos test. Era el principio del siglo XX y lo que no sabía el padre del cociente intelectual es que esa tendencia duraría varias décadas más…
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Allport, Gordon (Oct 1938). "William Stern: 1871-1938". The American Journal of Psychology. 51 (4): 772–773. JSTOR 1415714
- Lamiell, James T. (2003), Beyond Individual and Group Differences. Sage Publications, ISBN 9780761921721
- Lamiell, James T (2009). "Some Philosophical and Historical Considerations Relevant to William Stern's Contributions to Developmental Psychology". Zeitschrift für Psychologie. 217 (2): 66–72. doi:10.1027/0044-3409.217.2.66
- Stern, William (1914) [1912 (Leipzig: J. A. Barth, original German edition)]. Die psychologischen Methoden der Intelligenzprüfung: und deren Anwendung an Schulkindern [The Psychological Methods of Testing Intelligence]. Educational psychology monographs, no. 13. Guy Montrose Whipple (English translation). Baltimore: Warwick & York. ISBN 9781981604999