Cinco formas de relajarte
Siempre corriendo de aquí para allá. Que llego tarde al trabajo, que tengo que entregar un informe, que debo estudiar para un examen, que hay que preparar la cena, que me toca llevar a los niños a la escuela… y la lista sigue.
Es por ello que el tan conocido y popular, lamentablemente, “estrés” es el enemigo número 1 de la sociedad hoy. Parece que tenemos los minutos contados todos los días y por culpa de este ritmo tan frenético y hasta desesperado es que aparecen las enfermedades y los problemas. La ansiedad, la depresión, los nervios, los dolores musculares son sólo algunos.
Es preciso “parar” un poco y realizar una rutina de descanso y relajación. No te llevará mucho tiempo pero lo bueno es que los resultados son garantizados y muy eficaces. Deja de lado los problemas, las obligaciones y la rutina cotidiana para pensar aunque sea unos minutos en tu serenidad, tu tranquilidad y tu bienestar. No es difícil, sólo tienes que intentarlo y disfrutar.
Pasos para relajarte y eliminar el estrés
1-Respirar profundamente: está comprobado que en un momento de total tensión, como puede ser un día ajetreado en el trabajo o una pelea con la pareja, respirar hasta llenar por completo los pulmones te relaja automáticamente. Haz la prueba y verás. Busca un sitio tranquilo y alejado del bullicio o donde otras personas no pasen. Puede ser tu oficina, tu alcoba o un parque. Cierra los ojos e inhala por la nariz lento y profundo. Piensa sólo en el aire que va ingresando a tu cuerpo. Una vez que sientes que has llenado por completo los pulmones, mantén unos segundos y suelta, despacio, por la boca. Que no haya espacio para nada más en tu mente que en concentrarte en este aire que ingresa y egresa de tu organismo. Realiza 20 respiraciones con esta técnica. Toma una pausa y repite el ejercicio. Hazlo las veces que sean necesarias hasta que te sientas calmado. Para mejores resultados, con cada exhalación di mentalmente “estoy relajado y nada me perturba”.
2-Imaginar una pared blanca: también algunos dicen una tela, es lo mismo. En el mismo lugar que elegiste para el ejercicio anterior u otro, cierra los ojos e imagina frente a ti esa pared o tela blanca, con sus imperfecciones y detalles. Concéntrate sólo en ello y tu mente no tendrá más espacio para otra cosa. Te ayudará a “romper” el círculo de los pensamientos rumiativos, como se conoce a esa conversación constante en el cerebro, según los psicólogos.
3-Escuchar música relajante: tú más que nadie saben qué es lo que necesitan para tranquilizarte. ¿Conoces el dicho “la música calma las fieras”? Bueno, nada más alejado de la realidad. Un estilo suave, con poca letra, por ejemplo, te servirá para liberar las tensiones. Entre lo más elegido está la música clásica y también la ambiental o new age. Encuentra ese sonido que te devuelve la tan preciada calma. Cierra los ojos y enfoca tu atención a la música, abandónate por completo a ella, imagina las notas que te inundan y te ayudan a eliminar el estrés, piensa en un río caudaloso, donde la corriente va arrastrando todo lo malo o las nubes en el cielo, que se dispersan hasta dejarlo completamente celeste con el sol radiante.
4-Disfrutar de la naturaleza: estar en contacto con el césped, los pájaros, el aire puro, los árboles, las flores, el mar y las mariposas es realmente algo relajante. No quiere decir que irás a la playa o al campo y ya estarás tranquilo en un minuto, sino que esto debe ser “ayudado” por ti. Cuando vayas a pasar el día a cualquier lugar al aire libre, aprovéchalo al máximo. Ten en cuenta que no son muchas las ocasiones en las que puedes estar libre, lejos del cemento de los edificios de la ciudad, del tránsito, del smog, etc. No pienses ni por un instante en tus problemas, aprende a disfrutar del entorno, del canto de las aves o de la brisa de la tarde, de las olas rompiendo en el mar, etc. Si quieres cerrar los ojos para concentrarte mejor, bienvenido sea.
5-Tomar un baño caliente: cuando llegas del trabajo cansado después de un día agotador, llena la tina y coloca algunas sales minerales. Enciende un sahumerio o una vela aromática y quédate en el baño por unos minutos. Esto no sólo hará que bajes varias revoluciones, sino que también será un “mimo” para tu piel y tu cabello. Puedes combinar con otras técnicas explicadas anteriormente, como ser la de la respiración, la pared blanca o la música relajante. Saldrás renovado del baño. Algunas mujeres aprovechan para hacerse limpieza de cutis, masajes, etc. Todo esto ayudará a estar prestando atención a tu cuerpo y dejando los problemas en la oficina o bien detrás de la puerta del baño.
Finalmente, no te presiones. Si la primera vez que recurres a estos ejercicios crees que no te funcionan bien, repítelos al otro día. Al principio te costará “despegarte” de tus problemas porque la mente está hecha para “hablar” todo el tiempo. Con el correr de las prácticas aprenderás cómo callarla en esos momentos de relajación que tanto mereces y necesitas.