7 errores frecuentes en las relaciones de pareja
Las relaciones son bonitas pero en ocasiones también complicadas. Aprender a construir un vínculo sano, que nos haga felices y sobre todo que crezca sostenido por una base de seguridad y confianza no es nada fácil. Una de las razones que lo impide es la aparición de determinados errores frecuentes en las relaciones de pareja.
Lidiar con las dificultades y complicaciones del día a día requiere de paciencia y comprensión junto a la predisposición de querer solventarlos juntos. Para ello, es importante aprender a identificar cuáles de estos errores se están dando y así aportar una solución.
Es normal que las relaciones pasen por momentos de dificultad, pero superarlos (siempre que se quiera y sea posible) contribuye a crecer. A continuación te contamos cuáles son algunos de esos errores frecuentes en las relaciones de pareja para que aprendas a detectarlos.
“Enfrentarse, siempre enfrentarse, es el modo de resolver el problema. ¡Enfrentarse a él!”.
-Joseph Conrad-
1. Perder la individualidad
La gran paradoja del amor está en que las dos personas partícipes de una relación tienden a volverse uno, aunque deben seguir siendo dos.
En una relación de pareja es normal que aparezca la necesidad de encontrar una identidad compartida, para hacer más fuerte el vínculo y alejarse de los conflictos y las contradicciones. De hecho, es algo positivo porque efectivamente, los intereses, gustos y visiones en común contribuyen a unir.
Sin embargo, para lograr ese objetivo a veces se toman caminos equivocados. Uno de ellos es el de sacrificar la identidad individual para agradar al otro. Bien sea por el miedo a perder a la pareja o bien por la búsqueda de armonía, lo cierto es que esto no es sano porque ambas personas se traicionan a sí mismas.
La relación de pareja más fuerte es aquella en la que cada uno sigue siendo él mismo. De lo contrario lo que se conforma es una simbiosis, que a su vez incuba profundos malestares.
2. Ocultar las debilidades
No hay posibilidad de que la relación de pareja crezca, si no se parte de una base de sinceridad. A veces, pensamos de manera equivocada que el otro solo será capaz de amarnos si nos percibe como alguien perfecto. Pero no es cierto.
El amor auténtico nace cuando nos mostramos tal y como somos. ¿De qué otra forma podrán conocernos? Ocultarnos bajo otra identidad u otros rasgos traerá complicaciones y frustraciones a la larga.
Además, lo que encubre esta actitud es una profunda falta de amor propio. Alguien que intenta falsearse está manifestando que se siente indigno de ser amado porque cree que la única manera de despertar afecto es siendo otra persona y no ella misma.
3. Dejarse atrapar por la rutina
Otro de los errores frecuentes en las relaciones de pareja es permitir que la rutina comience a instalarse allí donde antes había grandes emociones. Sucede fácilmente sin que apenas los miembros de la pareja lo perciben. Las cosas empiezan a funcionar por inercia, transformando lo que apetecía hacer y se deseaba en lo que toca o se está acostumbrado.
Para evitar la rutina, nada mejor que procurar llevar una vida individual plena para luego aportar nuestro granito de arena a la relación de pareja. Para ello, es importante buscar la manera de introducir la novedad, de salir de la zona de confort cada vez que sea posible. No es tan difícil. Solo se necesita un poco de buena voluntad.
4. Desconectarse espiritualmente
Lo espiritual tiene que ver con el sentido de trascendencia que se le otorga a la vida y a todos sus componentes. Cuando la pareja está en las fases iniciales de enamoramiento, el propio amor parece pintar todo de un algo que va “más allá” de lo ordinario, una conexión que no solo es afectiva, sino también espiritual.
Surgen los planes en conjunto y cada uno de ellos tiene profundo sentido por sí solo. En ese caso, a la pareja no solo la une la atracción mutua, el deseo y el amor, sino también uno o varios propósitos de trascendencia conjunta. Pero con el tiempo, esto se va perdiendo. Ese es precisamente uno de los errores frecuentes en las relaciones de pareja que conduce a la decepción y al tedio. Para combatirlo, nada mejor que renovar los objetivos comunes de nivel superior, cada cierto tiempo.
5. Querer cambiar al otro
Esta es una de las actitudes que aparece en las fases más avanzadas de una relación. Un problema que tiene mucho más que ver con la inconformidad con uno mismo, que con un verdadero rechazo al otro. Quien está satisfecho con su vida y es responsable emocionalmente de lo que ocurre en ella, no trata de cambiar a los otros. De hecho, no depende de ellos para encontrar gratificación en su existencia.
Otra cosa sucede si hay lazos de dependencia e inseguridades personales. En esos casos, la pareja puede convertirse en una especie de chivo expiatorio. Se enfocan los problemas y las soluciones hacia él. Se alimenta la idea de que si el otro cambia, la propia vida mejorará. Pero no es así porque cada uno es dueño de su felicidad y responsable de sus decisiones.
6. Desarrollar comportamientos controladores
Aunque de uno u otro modo en el amor de pareja se “posee” al otro, a veces se pierde de vista que esto tiene límites muy precisos. Si bien la exclusividad es un pacto implícito y explícito en la mayoría de parejas, esto no implica que uno de los dos tenga derecho a dirigir el comportamiento del otro.
Se cometen muchos errores por cruzar la línea que separa un sano sentimiento de exclusividad, con uno de posesión egoísta. Es entonces cuando aparecen los comportamientos controladores, uno de los errores frecuentes en las relaciones de pareja.
El uno quiere que el otro actúe tal y como él lo desea. Si no es así, se siente amenazado o inicia un conflicto. En este caso, falla sobre todo el individuo y no la pareja. Es cada quien el que tiene que lidiar con sus inseguridades y no trasladarlas o proyectarlas en el otro.
7. Ocultar secretos importantes
Cada miembro de la pareja tiene guardados asuntos privados, por más confianza e intimidad que haya entre los dos. Eso es sano. Revela que la individualidad se ha preservado. Sin embargo, hay asuntos que les competen a ambos y por eso no se deben ocultar. Si esto se hace, es probable que exista algo más grave de fondo, ya que es un intento de manipulación y un resquebrajamiento de la confianza o el indicativo de un problema serio de comunicación.
No podemos olvidar que así como todos tenemos problemas, también todas las parejas los tienen. Es normal que siempre estemos lidiando con una u otra dificultad. Lo cierto es que no siempre esos obstáculos indican que algo anda mal. En la mayoría de las ocasiones se trata de leves errores que podemos subsanar.
Lo importante es que cuando se instalen estos errores frecuentes en las relaciones de pareja, ambos miembros sean capaces de identificarlos y tengan la predisposición suficiente para reflexionar sobre cómo resolverlos.