7 hábitos que pueden convertirte en una persona menos atractiva
Seguro que te suena la siguiente situación: conoces a una persona que te parece muy atractiva, pero cuando comienzas a descubrirla un poquito más, solo tienes en mente huir de ella.
¿Alguna vez te ha sucedido esto? Te contaré su porqué.
Socialmente, vivimos en una era donde nuestra educación nos orienta a dar mayor importancia al físico y apariencia exterior que ha cultivarnos interiormente.
Debido a ello, descuidamos hábitos y comportamientos negativos que continuamos manteniendo inconscientemente. Estos fomentan que nos convirtamos en personas menos atractivas interiormente. Dejamos de estar conectados con nosotros mismos y nuestra esencia espiritual.
Por todo ello, te invito a descubrir los 7 hábitos que pueden convertirte en una persona menos atractiva y de esta forma, evitar perder toda tu inmensa belleza interior:
1. Ser grosero e irrespetuoso. Perder las formas no es ni mucho menos sinónimo de persona que atraiga o sea atractiva. Todo lo contrario. Como seres humanos, preferimos juntarnos con aquellos que nos hacen sentir bien y felices. Permitiéndonos así continuar nuestro desarrollo vital de forma sana, evolucionar.
Dentro de este importante hábito, no dejaremos de lado la famosa frase de “ El mundo para que sea mundo tiene que tener de todo”. Elegimos a las personas con las que queremos estar y con las que no, y créeme, si eres una persona irrespetuosa o grosera muy pocos desearán conservarte a su lado.
2. Ser inseguro. A lo largo de mi vida he pecado mucho de dicho hábito. Cuando fui consciente de él, me pude percibir como una persona que tan solo se preocupaba y daba excesiva importancia a lo que no tenía.
Debido a esto, desaparecían mis fuerzas a la hora de poder centrarme en lo que de verdad es esencial: desarrollar los talentos innatos que nos hacen a cada uno de nosotros únicos.
Además, una persona insegura suele vivir su día a día con mirada atemorizada hacia la vida. ¿Te imaginas cuantas cosas se puede estar perdiendo por ello? Nunca lo olvides, eres único. Y tienes todo lo necesario para brillar con luz propia.
3. Ser cerrado. Cuando eres cerrado, vives sintiendo que lo único válido en esta vida son tus pensamientos y tú forma de ver las cosas. Probablemente cuando esto ocurre, quitas importancia a las acciones y los sentimientos de aquellos que te rodean. Que se preocupan por ti.
Imagínate que decides ayudar a tu mejor amigo. Con todo tu amor le das un consejo y constantemente te tira “esa mano amiga” por tierra. ¿Por qué? Él siempre pensará que no tienes razón simplemente porque no eres él.
4. Ser controlador. Estar cercano a una persona controladora nunca es fácil, y mucho menos agradable. Aquellos que se encuentren cercanos a ella, se centrarán en no frustrarse intentando convivir con su comportamiento mandón. Pensar que si no lo haces tú, “no está bien hecho” te puede ir, poco a poco, dejando solo.
5. No eres recíproco. Es fácil pedir que te escuchen, te ayuden o cualquier favor que no provenga de ti y demandes en otra persona. Pero ¿qué ocurre cuando no ofreces tú lo mismo de vuelta? No ser recíproco es uno de los rasgos más egoístas y que más atractivo te puede quitar.
6. Te quejas constantemente. Claro que las personas que te quieren y desean lo mejor para ti, te escucharan en los días malos. Pero abusar de su confianza y amor hacia tu persona, quejándonos constantemente, hará que se alejen de ti por razones más que justificadas.
Es cierto que quejarte puede servirte como desahogo un par de días. Pero si lo conviertes en una costumbre, tan solo teñirás de un matiz “negro” tu vida y no saldrás del agujero que tú mismo te estas generando con este pensamiento.
7. No te cuidas. Estarás de acuerdo conmigo que no todo es tener y conseguir un físico espectacular. Pero igual de importante es no descuidar nuestra higiene y estado corporal. Si ocurre esto dejarás de ser atractivo y de gustarte a ti mismo, el punto fundamental.