A los jóvenes que no saben qué hacer con su vida

A ti, que eres joven, que a veces te sientes perdido, rodeado de niebla. Incomprendido, acusado, debilitado y señalado. Que quieres apostar por la naturalidad, pero que al mismo tiempo entiendes la virtud que emana del sosiego y la reflexión. A ti joven, que ante la contradicción te sientes muchas veces superado...

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 30 agosto, 2022

Es probable que desde niño te preguntaran aquello de «y tú, ¿qué quieres ser de mayor?». Tu mente, sabiendo que faltaban casi cien eones para eso de ser adulto, se dejaba llevar por sus fascinaciones del momento. «Astronauta, trapecista, arqueólogo, actor de cine, científica o un deportista famoso». ¿Qué importaba? La infancia está para soñar y a ti te encantaba fantasear.

Sin embargo, llega un momento en nuestro ciclo vital en el que hay que calzar zapatos de adulto y clarificar propósitos. Y es ahí cuando surge el auténtico desafío. No siempre nos sentimos preparados para ello, porque madurar es tomar decisiones y ese paso está cargado de miedos e inseguridades. Tanto es así que son muchos los jóvenes que no saben qué hacer con su vida; y puede que tú seas uno.

Si te encuentras ahora mismo en esta tesitura, hay algo que debes saber. En realidad, casi nadie sabe muy bien qué hacer con su existencia, todos escondemos temores e incertidumbres, pero los disimulamos bien. A menudo improvisamos y los que ya tienen cierto bagaje de vida, acuden a su experiencia y también a ese GPS llamado intuición, que cómo no, a veces falla.

El problema está en una sociedad que nos presiona desde bien temprano con la idea de que debes tener muy claro cuáles son tus metas profesionales y personales. Sin embargo, rara vez te brindan herramientas para saber cómo se hace esto, ni apoyo cuando te sientes del todo perdido… ¿Qué hacer, entonces?

A los jóvenes que no saben qué hacer con su vida

Puede que estés en ese momento en el que debes elegir tu rumbo académico. Es posible que ya hayas finalizado tus estudios y no sepas qué camino tomar, por dónde empezar o qué hacer realmente. Nadie tiene por qué criticar o minimizar la ansiedad o el temor que sientes ahora mismo. Porque todo lo que experimentas en estos momentos es válido y comprensible. No estás solo.

Debes saber que gran parte de los mensajes que te envía tu entorno sobre el éxito no son ciertos. El éxito no es ganar mucho dinero, tener fama y estatus. Casi todo lo que ves en tus redes sociales sobre las personas que triunfan no es verdad. Te están lanzando cantos de sirena. Éxito es poder dedicar tu vida a algo que te gusta y sentirte realizado con ello, nada más.

Asimismo, es cierto que te ves presionado a tomar decisiones trascendentes cuando aún no sabes realmente quién eres o qué quieres realmente. No dejes que eso te bloquee. Porque, en realidad, te encontrarás a ti mismo en cada decisión que tomes y no hay nada como poner un pie delante de otro para descubrir nuevos escenarios y con ellos, versiones de ti que no conocías.

Demasiadas opciones en un presente incierto

Es probable que a tus 18, 20 o 22 años recibas más de alguna crítica de los sectores de mayor edad. Puede que insistan en que formar parte de una generación de cristal, que está siempre indecisa. También que si los jóvenes no saben qué hacer con su vida es porque lo tienen todo.

No des validez a estas críticas porque hay factores que, quizá, estas voces no estén teniendo en cuenta.

Los jóvenes no sois irresponsables, en realidad, tenéis que hacer frente a situaciones por las que las generaciones anteriores no tuvieron que pasar. La competitividad es más dura que nunca. El futuro es más incierto que en cualquier época y ya no basta con tener un currículum fabuloso para acceder a un puesto de trabajo.

El contexto social es traicionero y las oportunidades no llegan tan rápido como desearíais. Por eso cuesta decidir qué hacer y por dónde empezar. Hay un exceso de opciones y lo que hoy es seguro, mañana deja de serlo.

Aprende lo que no te enseñaron en la escuela

Decía el conferenciante y escritor Sir Ken Robinson que las escuelas actuales matan la creatividad y no preparan para la vida. Si no sabes qué hacer con tu existencia es, también, porque en tu formación académica no alentaron tu capacidad para indagar en tus propósitos y tus metas. No te ayudaron tampoco a clarificar tu identidad, a despejar tus sueños, a asentar significados y pensar en propósitos vitales.

En medio de las matemáticas, geografía o literatura, no te dijeron cómo profundizar en tus vocaciones, en potenciar tu creatividad y enseñarte a tomar decisiones. Por eso, te dejaste llevar pensando, quizá, que las cosas llegarían por sí solas, sin decidir antes quién querías ser el día de mañana. Por ello, es recomendable que te plantees lo siguiente:

• No busques soluciones rápidas. Piensa a largo plazo: ¿cómo te gustaría verte dentro de 5 años?
• ¿Cuáles son tus intereses y pasiones? ¿Qué es lo que se te da bien?
• ¿Quién eres, cómo te definirías? ¿Qué tipo de persona te gustaría ser?
• ¿Qué aspectos de tu vida te gustaría cambiar o mejorar?

A los jóvenes que no saben qué hacer con su vida y el problema de la ansiedad

Una investigación de la Universidad de Dalhousie, en Canadá, nos da un dato alarmante. Los trastornos de ansiedad afectan cada vez más de forma desproporcionada a la población joven. La ansiedad generalizada, las fobias o la ansiedad social aumentan cada año.

Así, si nuestros jóvenes no saben qué hacer con su vida, como tú ahora mismo, también es porque te sientes angustiado, bloqueado y asustado. Te estamos fallando como sociedad y seguramente no estés recibiendo el apoyo psicológico que, sin duda, necesitarías en estos instantes.

Debes saber que no estás solo en este viaje de cambios, presiones e incertidumbres. Debes mirar más en tu interior y no tanto a lo que te rodea o a lo que te llega desde las redes sociales. Hay fortalezas que puedes despertar, hay habilidades que puedes desarrollar para decidir mejor, para hacer frente a esas situaciones que te generan un exceso de estrés.

Te aseguro que más allá de los obstáculos que puedas encontrar, podrás dar forma poco a poco a los sueños que tienes en mente. Para ello, no dudes en pedir ayuda si lo necesitas, en apoyarte en tu entorno, en confiar en tus competencias. Puede que el mañana sea incierto, pero lo que hagas hoy marcará la diferencia.