Abuelos canguro: la verdadera llave de la conciliación laboral y familiar

Abuelos canguro: la verdadera llave de la conciliación laboral y familiar
María Prieto

Escrito y verificado por la psicóloga María Prieto.

Última actualización: 14 noviembre, 2022

Los abuelos canguro conforman una pieza fundamental para el funcionamiento de nuestra sociedad. Son una figura habitual en la puerta de los colegios y en los parques de todas las ciudades. Cuidan de sus nietos durante muchas horas al día mientras los padres trabajan. Así, casi sin quererlo y muchas veces sin ser conscientes de ello, se convierten en los principales educadores en el hogar.

Una de cada seis personas de entre 50 y 70 años atiende a sus nietos con cierta asiduidad, de estos la mitad lo hacen a diario y más de 12 horas al día (Informe de Personas Mayores, IMSERSO, 2010). La imposibilidad de hacer compatible la vida familiar y laboral, la falta de recursos económicos y la seguridad emocional de los niños, llevan a las familias a contar con los abuelos como la red de apoyo más importante del hogar a la hora de cuidar de los nietos.

La incorporación efectiva de la mujer al mundo laboral para su autorrealización y, por supuesto, para mejorar la economía doméstica, ha generado una serie de necesidades en las familias, tanto afectivas como de responsabilidad en relación a los más pequeños de la casa. Con esta nueva estructura familiar, los abuelos han pasado de un rol de cuidador a ser figura principal en el desarrollo emocional y personal de sus nietos, al mismo nivel o incluso en uno superior al que ocupan los propios padres.

Abuela con nieta

Abuelos canguro en el siglo XXI

Los abuelos canguro del siglo XXI representan un papel diferente en líneas importantes al que representaban los abuelos de nuestros antepasados. La figura del abuelo como cuidador y educador ha estado presente a lo largo de la historia, pero las exigencias de la sociedad actual y las necesidades familiares demandan que nos replanteemos el papel que ejercen los abuelos en la sociedad actual.

  • El aumento de la esperanza de vida y los programas de envejecimiento activo hacen que nuestros mayores cada vez tengan mejor calidad de vida y puedan dedicar tiempo y fuerzas al cuidado de sus nietos. Vivir más y mejor es la idea que la medicina moderna está desarrollando. No se trata de alcanzar edades centenarias que son cada vez más frecuentes, sino de hacerlo sin perder calidad de vida o retrasando la pérdida lo más posible.
  • Las dificultades económicas por las que atraviesan muchas familias también han sido un referente fundamental a la hora de contar con los abuelos como cuidadores principales.

Ofrecen una alternativa económicamente muy ventajosa, ya que muchos padres no pueden permitirse el lujo de pagar una escuela infantil o una niñera para que atienda a sus hijos. También se suele recurrir a los abuelos por los horarios o más bien, por la ausencia de ellos, como no imponen limitación de llegada, ni tienen hora de cierre, son una fuente de tranquilidad a los progenitores.

  • La incorporación de la mujer al mundo laboral.

A lo largo de las últimas décadas, nuestra sociedad ha cambiado significativamente el reparto de tareas en el hogar. Tanto los padres como las madres trabajan fuera, aumentando las dificultades para conciliar vida laboral y vida familiar. Por ello, cuando es posible, se recurre a los abuelos como una alternativa para el cuidado de los nietos.

“Los abuelos son magos que crean recuerdos maravillosos para sus nietos”.

-Anónimo-

Abuelos leyendo con su nieto representando a los abuelos canguro

Los abuelos canguro: una valiosa cooperación

Los abuelos aportan apoyo emocional y estable a los nietos. Entre ellos se establecen vínculos emocionales y afectivos muy importantes, fruto de la actividad compartida y de los sentimientos de satisfacción relacional.

El abuelo se alegra de contar con alguien le anime y le incentive para permanecer activo, ser escuchado y estar acompañado. Del mismo modo, el cariño y la ilusión con la que el nieto se dirige al abuelo, refuerza su confianza y autoestima.

Se establece una relación tan cercana que ambos adoptan el papel de confidentes. El niño percibe el cariño y la cercanía del abuelo, generando lazos de confianza. Así, acudirá a él en busca apoyo y en momentos de ansiedad. En este sentido, la experiencia y la fuente inestimable de conocimientos que aportan los abuelos suponen una “escuela de vida” para los niños que incluye: respeto, valores, juegos intergeneracionales y el amor por nuestros mayores.

Pautas de convivencia para no “abusar” de los abuelos canguro

  • Establecer límites en la educación de los niños. Los abuelos pueden educar y participar en la formación de los nietos, pero no deben sobrepasar el papel y la función de los padres.
  • Considerar la decisión de cuidar de los nietos por parte de los abuelos, aunque normalmente estén encantados de hacerlo.
  • Respetar el tiempo de ocio y disfrute de cada miembro de la familia. Los mayores también deben tener su espacio y dedicarse a actividades diversas que no sólo se limiten al cuidado de los nietos.
  • Agradecer la ayuda prestada por los mayores tanto por parte de los padres como de los nietos, ya que sin su apoyo la organización del hogar sería muy difícil.
Abuelo con nieta

Parece que este papel protagonista de los abuelos en la educación de sus nietos, lejos de hacerse más pequeño, cada vez es mayor. Su ayuda para los padres tiene un valor incalculable. No sólo cuidan de los nietos, sino que les enseñan y les quieren con todo su corazón. De ahí que, como sociedad, les debamos tanto.

“Seguramente dos de las experiencias más satisfactorias de la vida son ser nieto o ser abuelo”.

-Donald A. Norberg-


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