"American Horror Story: Cult", temporada de fobias y manipulación
Para quienes todavía no la conozcan, American Horror Story es una serie estadounidense creada por Ryan Murphy y Brad Falchuk. No se trata de una serie al uso, sino que es una serie en la que cada temporada se presenta una historia distinta, es independiente de las anteriores y tiene su propio desenlace.
Sin embargo, es cierto que el reparto no suele tener demasiadas variaciones, especialmente, hasta su quinta temporada. Los actores son más o menos los mismos y desempeñan papeles distintos de una temporada a la otra.
Es una serie que deja cierta libertad al espectador: este puede elegir en qué orden ver las temporadas e, incluso, saltarse alguna si no termina de interesarle. De todas formas, para sus seguidores más fieles, es interesante ver la serie completa y seguirla año tras año para ir descubriendo pequeñas conexiones entre unas temporadas y otras.
American Horror Story, entre la realidad y la ficción
Como su propio nombre indica, American Horror Story rescata historias reales y ficticias de la cultura popular norteamericana y, por supuesto, se trata de historias cargadas de terror. Vemos numerosas referencias culturales e históricas como:
- El cine, la cuarta temporada se titula Freak Show en alusión a la película Freaks (1932).
- Al folclore popular estadounidense con personajes como Piggy Man, que aparece en Murder House y en Roanoke.
- A antiguas leyendas como la antigua colonia perdida de Roanoke.
- A crímenes tan conocidos como el de la Dalia Negra, que a día de hoy sigue sin resolverse y ha inspirado numerosas películas, series, etc.
- Personificación de asesinos en serie como: Aileen Wournos, John Wayne Gacy o el Asesino del Zodiaco.
Este año, hemos asistido a una temporada muy distinta, con un reparto también muy distinto, aunque destacan a la cabeza dos veteranos: Evan Peters y Sarah Paulson.
American Horror Story: Cult
AHS nos tiene acostumbrados a presenciar eventos sobrenaturales, almas que buscan venganza, casas encantadas… Pero esta séptima temporada no ha tenido nada de paranormal, queda claro que la hermana Jude (Jessica Lange en Asylum) no se equivocaba cuando dijo aquella famosa frase de “todos los monstruos son humanos”.
En esta temporada, asistimos a la degradación de la humanidad, a su lado más aterrador. Todo comienza en una atmósfera compleja, justo el día de las elecciones en las que Trump salió vencedor y se convirtió en presidente de los Estados Unidos. Y es que la política será, precisamente, una de las claves de la temporada.
Ya la cabecera nos advierte que estamos ante una temporada distinta, es la segunda vez en toda la serie en la que se modifica la sintonía (la primera vez fue en Freak Show, temporada donde lo paranormal tampoco tuvo demasiada relevancia). Esta cabecera es realmente peculiar, vemos alusiones a la tripofobia, payasos y las máscaras de Hillary Clinton y Donald Trump.
https://www.youtube.com/watch?v=XAmTyoE-imA
Los peligros de los miedos y la manipulación
Se trata de una temporada polémica, con muchos detractores; sin embargo, creo que también es una de las más reflexivas, donde se pone en el punto de mira la manipulación mediática. Además, podemos identificar un esfuerzo por mostrar cómo nuestra sociedad se asemeja a un circo de payasos.
Nuestros miedos y fobias, a veces, se convierten en nuestro peor enemigo, algo que vemos claramente en el personaje de Ally (Sarah Paulson). La serie arranca centrándose en sus fobias (tripofobia y coulrofobia) y en cómo afectan a su vida cotidiana, a su mujer y a su hijo. Pero nada es lo que parece en American Horror Story y, como siempre, las cosas pueden torcerse y tomar un rumbo totalmente inesperado.
El personaje de Kai Anderson (Evan Peters) es el centro de la acción, al principio, lo vemos como un joven muy inteligente, con una gran capacidad de manipulación y con unas ideas políticas muy radicales que le llevarán a crear una especie de secta o culto. Poco a poco, iremos descubriendo cómo este personaje se sirve de los miedos e inseguridades de otros para alcanzar sus objetivos.
“Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros”
-Hermann Hesse-
Asistimos a una increíble evolución de los personajes; todos y cada uno de ellos presentan numerosos cambios conforme avanza la serie, pero destacan especialmente los ya mencionados Kai y Ally. Mientras uno recupera la cordura, parece que el otro la va perdiendo; cuando uno es vulnerable, el otro es fuerte…
AHS: Cult nos presenta el peligro de las sectas y la influencia de sus líderes, dibujando muy bien la personalidad de los mismos y mostrando cómo las personas más inseguras y más vulnerables son sus víctimas predilectas.
Los miembros de la secta no son llamados por sus verdaderos nombres, sino por apodos. De este modo, Kai despoja a sus seguidores de su propia identidad.
Todo puede dar un giro inesperado y cualquier persona en un momento dado, por la circunstancia que sea, puede ser más vulnerable y verse envuelta en una situación de manipulación de la que resulta muy difícil salir.
Construyendo al líder
Todo este ambiente de culto se ve profundamente reforzado por las constantes alusiones a otros conocidos líderes de sectas, algunos promotores de los suicidios colectivos más numerosos de la historia, como Jim Jones y su “drinking the Kool-Aid”, Marshall Applewhite y su secta Heaven’s gate o David Koresh, líder de los Davidianos.
Entre todos ellos, destaca Charles Manson, conocido por su secta “La Familia” y haber organizado uno de los asesinatos más famosos de la historia. Me refiero al asesinato de Sharon Tate, esposa del director Roman Polanski que, además, estaba embarazada. Asesinato que se recrea en la serie y que deja al espectador sin palabras.
Kai será el narrador de las historias de estos conocidos líderes, además, es el propio Evan Peters el encargado de interpretarlos. Kai ve en ellos a grandes hombres de la historia, con grandes ideas, los idealiza y trata de imitarlos, pero es muy crítico y analiza los motivos de sus fracasos. Por eso, trata de forjar una imagen mejorada de todos estos líderes; se inspira en ellos, pero intenta superarlos, perfeccionarlos.
“¡El miedo les liberará de sus deseos y de sus ambiciones y de sus necesidades de mierda!”
-Kai Anderson, AHS: Cult-
Esta personalidad no solo se ve reforzada por la imagen de otros líderes, sino por su propia experiencia. Por medio de algunos flashbacks, revivimos momentos críticos de la vida de Kai y podemos intuir que, quizás, detrás del narcisista un día hubo una persona que sufrió y que también fue víctima. Este boceto invoca inmediatamente una reflexión: cada uno elige cómo enfrentar las adversidades, cada uno elige cómo enfrentar sus miedos y superarlos. En American Horror Story: Cult, se presentan dos formas distintas de esta “superación” en los personajes de Kai y Ally.
Kai se convierte en un misógino tremendamente narcisista y va dejando en un segundo plano a las mujeres de su culto. Esta rivalidad hombre-mujer se eleva a su máxima potencia, y aparece un mundo antagónico a la misoginia, donde se rescata a Valerie Solanas con su SCUM Manifesto y su intento de asesinato a Andy Warhol.
No falta la violencia a la que nos tiene acostumbrados la serie, pero nos presenta una perspectiva muy diferente. Mostrando lo peor de la humanidad para hacernos reflexionar sobre la manipulación que vivimos a diario con los medios de comunicación y los sistemas políticos actuales, especialmente, el estadounidense.
“No hay nada más peligroso que un hombre humillado”
-Kai Anderson, AHS: Cult-