Anosognosia: incapacidad de darse cuenta de la incapacidad
La anosognosia es una patología neurológica. Aparece cuando una persona no es capaz de identificar sus propias limitaciones o disfunciones, siendo algo especialmente común en pacientes esquizofrénicos o con diversos trastornos de la personalidad, así como en personas con Alzheimer, tumores cerebrales u otros problemas de origen neurológico.
Fue en 1895 cuando el neuropatólogo Constantin Von Monakov describe el caso de un paciente con ceguera cortical a raíz de una lesión en áreas visuales primarias. Lo que destacó de dicho diagnóstico, fue la falta de conciencia sobre tal déficit. Nada puede ser tan llamativo como una persona ciega que no es capaz de admitir su propia deficiencia.
Más, tarde, y en 1914, Joseph Babinski presenta en la Sociedad de Neurología de París el caso de dos pacientes con hemiplejía izquierda y una ausencia total de conciencia de su defecto motor. A su vez, el célebre neurólogo polaco introdujo otro término: anosodiaforia, haciendo referencia a los casos en los que existe una total indiferencia hacia la enfermedad.
Según nos revelan los datos clínicos y estadísticos, 1 de cada 3 personas con Alzheimer padecen anosognosia.
Definición de la anosognosia
El neurólogo George Prigatano, Presidente de la Academia Nacional de Neuropsicología, profundizó en la definición de anosognosia. Así, entre sus estudios y análisis, terminó definiendo las siguientes características:
- Se trata de un fenómeno clínico por el cual un paciente con una disfunción cerebral no es consciente del deterioro de la función neurológica y/o neuropsicológica, que es evidente para el médico y otros.
- Esta falta de consciencia no puede ser explicada por un deterioro cognitivo generalizado. Tampoco por un mecanismo de negación propio del paciente.
- La causalidad de la lesión es indiferente respecto a la posibilidad de mostrar anosognosia durante la evolución del trastorno.
Se trata de una negación total de los síntomas en la que el paciente no es consciente del deterioro de sus funciones, aun siendo evidente para los profesionales sanitarios y las personas de su entorno. Esta negación supone que la persona se vea con capacidad de completar tareas por su cuenta cuando claramente no puede hacerlo, poniéndose en peligro.
Tipos de anosognosia
La pérdida de la capacidad para percibir las consecuencias asociadas a esa disfunción cerebral (ya sea a causa de una lesión o una enfermedad neurodegenerativa) se traduce en diferentes déficits que pueden abarcar las siguientes áreas:
- Déficits en la percepción de las limitaciones físicas.
- Los déficits en la percepción de las limitaciones cognitivas.
- Déficits en la percepción de las limitaciones conductuales.
Causas de la anosognosia
El doctor Patrik Vuilleumier, del Laboratorio de Neurología de la Universidad de Ginebra, nos explica en un estudio que esta condición psicológica de origen neurológico, es muy compleja. Sin embargo, hay varios puntos en común que podrían explicar el origen de la anosognosia.
- La primera es que quedan afectadas (ya sea por lesión o enfermedad) anatómicamente diversas regiones cerebrales relacionadas con la toma de conciencia, dando lugar a una alteración en la capacidad para reconocer o apreciar la severidad de los déficits.
- La segunda es que nuestro yo, entendido como la conciencia sobre nosotros mismos, queda relegado y no puede integrar la información referida a la lesión como parte de nosotros; de hecho, es como si no existiese.
Asimismo, cabe señalar que la anosognosia también se relaciona con la esquizofrenia y la demencia.
Criterios diagnósticos y comorbilidad
A pesar de que no existen criterios específicos para su diagnóstico, el Consorcio de Neuropsicología Clínica (2010) publicó los siguientes criterios, con el fin de ayudar a su identificación y clasificación:
- Alteración de la conciencia de padecer un déficit, ya sea físico, neurocognitivo y/o psicológico o el padecimiento de una enfermedad.
- Alteración en forma de negación del déficit, evidenciada en afirmaciones como “no sé por qué estoy aquí“, “no sé qué es lo que me pasa”, “nunca se me han dado bien estos ejercicios, es normal que no lo haga bien”, “son los demás los que dicen que estoy mal”.
- Evidencia de déficits mediante instrumentos de evaluación.
- Reconocimiento de la alteración por parte de familiares o conocidos.
- Influencia negativa sobre las actividades de la vida diaria.
- La alteración no aparece en el contexto de estados confusionales o estados de alteración de la conciencia.
Esta alteración tiende a cursar de modo comórbido con trastornos de dos tipos:
- Neurológicos: trastornos neurovasculares, demencia tipo alzhéimer, deterioro cognitivo leve, tumores, demencia fronto-temporal, traumatismos craneoencefálicos, ceguera cortical, epilepsia y atrofia cortical posterior.
- Psiquiátricos: esquizofrenia y trastornos de personalidad. Desde un punto de vista sintomático, la anosognosia puede aparecer en casos de heminegligencia, prosopagnosia, amnesia, síndrome de Korsakoff, síndrome de Anton, hemiplejías, síndrome disejecutivo, apraxia constructiva, afasia de Wernicke…
Síntomas
Entre otros síntomas y signos, las personas que padecen anosognosia pueden presentar:
- Dificultades respecto a la adherencia al tratamiento.
- Mal pronóstico respecto a la evolución y rehabilitación del trastorno.
- Riesgo a sufrir caídas o lesiones por la falta de conciencia.
- Alteraciones del estado de ánimo dada la confrontación de información: irritación, enfados, depresión, etcétera.
- Falta de seguimiento de tratamientos farmacológicos y médicos.
- Falta de comprensión social de su estado y de su enfermedad.
- Escaso apoyo social y comunitario.
Tratamiento y consecuencias de la anosognosia
En la actualidad el tratamiento para la anosognosia sigue siendo muy complejo. Lo prioritario, es tratar aquello que ha provocado la propia condición psicológica, es decir, dar apoyo y rehabilitación para ese daño cerebral o esa enfermedad.
Asimismo, el segundo paso será confrontar a la persona con la realidad de su estado. Es un hecho delicado y no exento de dificultades donde el máximo objetivo, es darle siempre la mejor calidad de vida al paciente. No obstante, y puesto que esto no siempre es posible (pensemos que esta patología es común en personas con Alzheimer) lo más importante es apoyar al entorno familiar y ofrecerle recursos para ese día a día a menudo tan complicado.
Asimismo, la anosognosia cursa a menudo con múltiples patologías neurológicas y parece ser que es específica para cada déficit. Dadas las implicaciones prácticas en la vida diaria para las personas que la padecen, es relevante llevar a cabo una identificación temprana de esta.
Cómo ayudar a una persona con anosognosia
Observar que una persona niega en rotundo unos síntomas claramente visibles puede resultar impactante en el observador. Además, una persona con anosognosia tampoco informará de que tiene anosognosia. Por tanto, la concienciación y un plan de acción se hacen muy necesarios para garantizar la calidad de vida del paciente. Aquí tienes algunos consejos para ello:
- Infórmate sobre el tema.
- Comparte tareas del día a día con el paciente: de esta forma aceptará ayuda más fácilmente.
- Expresa tus inquietudes con delicadeza: es mejor “me gusta ir contigo a la compra” que “ya sabes que se te olvida la mitad de la lista, no vayas”.
- Acude a un profesional.
Necesitamos, por tanto, una asistencia multidisciplinar, ahí donde servicios sociales, los profesionales de la salud y la propia familia actúen siempre en conjunto.
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- Babinski, J. (1918). Anosognosie. Rev Neurol (Paris). 31: 365-7.
- Bisiach E, Vallar G, Perani D, Papagno C, Berti A (1986). Unawareness of disease following lesions of the right hemisphere: anosognosia for hemiplegia and anosognosia for hemianopia. Neuropsychologia. 1986;24(4):471-82.
- Vuilleumier, P. (2004). Anosognosia: La neurología de las creencias e incertidumbres. Córtex. Masson SpA. https://doi.org/10.1016/S0010-9452(08)70918-3
- Jehkonen, M., Laihosalo, M., & Kettunen, J. (2006, November). Anosognosia after stroke: Assessment, occurrence, subtypes and impact on functional outcome reviewed. Acta Neurologica Scandinavica. https://doi.org/10.1111/j.1600-0404.2006.00723.x