Antidepresivos y alcohol: ¿cómo se relacionan?

La combinación de antidepresivos y alcohol tiene efectos importantes en nuestro organismo. Conoce cómo se relacionan estas sustancias.
Antidepresivos y alcohol: ¿cómo se relacionan?
Sara Viruega

Escrito y verificado por la farmacéutica Sara Viruega.

Última actualización: 06 junio, 2020

A menudo nos preguntamos cómo influye el consumo de alcohol en el tratamiento con determinados fármacos. En el caso de la combinación de antidepresivos y alcohol, tenemos que tener en cuenta que son sustancias psicoactivas que pueden provocar graves efectos en nuestro organismo.

Sin duda, son dos sustancias relacionadas con demasiada frecuencia en nuestra sociedad: no es raro encontrar personas con trastorno depresivo que consumen alcohol ni tampoco personas alcohólicas que sufren depresión. Sin embargo, conviene conocer los efectos y las consecuencias de esta combinación. Aprende más sobre ello en este artículo.

¿Qué es el alcohol y cómo actúa?

Cuando hablamos de alcohol, nos referimos al alcohol etílico o etanol. El alcohol es una sustancia psicoactiva que se encuentra en las bebidas alcohólicas, tales como el vino, la cerveza, los licores o las bebidas espirituosas.

En nuestro organismo, el alcohol actúa deprimiendo el sistema nervioso central. En concreto, inhibe los receptores GABA-A del neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico).

Mujer alcoholica

Algunos efectos de su consumo en gran cantidad son, por ejemplo:

  • Deshinibición combinada con euforia.
  • Somnolencia.
  • Mareos.
  • Disminución de los reflejos.
  • Enlentecimiento de movimientos.

El alcohol actúa sobre los mismos receptores que muchos medicamentos psicotrópicos, de ahí que sus efectos, en ocasiones, sean similares. Un ejemplo de estos medicamentos que actúan de manera similar al alcohol son las benzodiacepinas.

Antidepresivos y alcohol

En términos generales, el consumo de alcohol está contraindicado en el tratamiento con cualquier tipo de fármaco; en el caso de los fármacos antidepresivos, con mayor motivo.

Como hemos visto, algunos antidepresivos actúan utilizando el mismo sendero -mecanismo- que utiliza el alcohol. Esto implica que la combinación de antidepresivos y alcohol potencia los efectos individuales de cada una de estas sustancias.

La consecuencia más importante de la combinación de ambas sustancias es la profunda depresión del sistema nervioso central. Esto implica un aumento de los síntomas depresivos y también un aumento de la deshinibición y de los comportamientos violentos e incontrolables. Del mismo modo, se potencian los efectos sedantes como:

  • Disminución del estado de alerta.
  • Aumento de la somnolencia.
  • Disminución de la coordinación y del control de los movimientos.
  • Disminución y ralentización de las habilidades motoras.
  • Enlentecimiento de los reflejos.
  • Disminución de la capacidad de memoria.

Por otro lado, también se produce una potenciación de los efectos psicotrópicos por la capacidad de algunos fármacos antidepresivos, como los IMAOs, de inhibir la metabolización del alcohol en el hígado. De esta forma, inhiben las reacciones de oxidación metabólica de sustancias como el alcohol u otros fármacos y, como consecuencia, potencian sus efectos sobre el SNC.

Otra consecuencia importante de la combinación de antidepresivos y alcohol es la potenciación de sus efectos adversos. Un ejemplo, entre otros muchos, son las alteraciones del sueño.

Hombre tomando antidepresivos después de beber alcohol

Antidepresivos para el tratamiento del alcoholismo

El alcoholismo es una patología compleja en la que influyen muchos factores. Como hemos mencionado anteriormente, está en estrecha relación con la depresión. De hecho, algunos síntomas del alcoholismo se tratan con psicofármacos como los ansiolíticos o los antidepresivos.

Actualmente, se está estudiando el uso de antidepresivos en la fase de deshabituación del tabaco. Algunos ejemplos de fármacos que se utilizan son trazodona, venlafaxina y fluoxetina.

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, ISRS, han demostrado ser eficaces en los síntomas del síndrome de abstinencia del alcohol, así como en la reducción del craving.

Por otro lado, los antidepresivos son útiles también cuando, durante el tratamiento del alcoholismo, aparecen episodios depresivos graves. De hecho, existen muchos casos de pacientes con depresión y dependencia del alcohol concomitantes. El tratamiento de estos pacientes representa todo un desafío.

En conclusión, la combinación de antidepresivos y alcohol tiene efectos importantes sobre nuestro organismo. Debemos conocer sus consecuencias y evitar las complicaciones que pueden derivar de su uso conjunto. Durante un tratamiento farmacológico, es fundamental seguir las directrices del especialista y consultar las dudas que tengamos.


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