Belleza es estar bien contigo mismo
No hay mejor atractivo que el que se siente al estar bien contigo mismo. No hay mejor satisfacción que la que se obtiene tras haber navegado en las aguas del autoconocimiento para descubrir valías, fortalezas y necesidades. Solo entonces tomamos las mejores decisiones, esas con las que sentirnos libres, realizados y dotados de esa belleza particular que nos hace únicos, auténticos.
El maestro zen Thich Nhat Hanh nos recuerda en sus libros que no hay persona más bella que aquella que actúa siempre en conexión con su interior. Esa que no busca ser aceptada por otros sino validada y acogida por el propio corazón, por la propia esencia que nos define. Sin embargo, podríamos decir, casi sin temor a equivocarnos, que son muchos los que se miran cada día al espejo sin encontrarse.
Es casi como un extraño sortilegio. Solo nos apreciamos a nosotros mismos cuando son otros los que nos validan, cuando son los demás los que nos dan un refuerzo positivo con sus palabras, gestos, comentarios y reconocimientos. Si eso no se da o no sucede con excesiva frecuencia, caemos en el abismo de la invisibilidad, de la no presencia, de esa autoestima que se va deshilachando de forma progresiva.
Por otro lado, el filósofo coreano Byung-Chul Han nos señala en sus trabajos que nos estamos “quemando” en el infierno de lo igual. En su libro La expulsión de lo distinto, nos invita a reflexionar sobre esta misma idea. Estamos perdiendo la capacidad para valorar lo singular de cada uno, aquello que nos hace únicos y excepcionales, esa marca de identidad que deberíamos preservar antes de satisfacer otros deseos.
“Creer en nuestros corazones que lo que somos es suficiente es la clave para una vida más satisfactoria y equilibrada”.
-Ellen Sue Stern-
Estar bien contigo mismo, el arte del verdadero atractivo
Estar bien con uno mismo lleva tiempo, pero cuando lo logras todo cambia y la misma masa parece tener menos peso. Los lastres de los convencionalismos quedan atrás, al igual que esas cadenas que a menudo colocábamos sobre la mente, el corazón y los pies en nuestro afán por quedar bien con todo el mundo, por no defraudar, por ser tal y como los demás esperaban.
Cuando se alcanza esa cúspide del desarrollo personal, esa en la que Maslow situaba la autorrealización, el mundo se ve de otra manera. Hay mayor perspectiva para entender las cosas, además de una calma en el interior con la cual transitar por nuestra realidad con mayor atino, resolución y libertad. A ojos de los demás todas esas virtudes resultan sin duda tan atractivas como deseables.
Sin embargo, y volviendo una vez más a las teorías de Byung-Chul Han, hay un aspecto que debemos tener en cuenta. En ocasiones, nos percibimos a nosotros como personas completamente realizadas, creemos tenerlo todo porque hemos escalado hasta esa cumbre dorada que nos ha marcado la propia sociedad. Sin embargo, en algún que otro momento nos daremos cuenta de un pequeño aspecto: no estamos situados en una cumbre, sino en un abismo.
Nuestra sociedad de consumo e incluso nuestra educación nos orientan hacia ese éxito material y alineado que nada tiene que ver con la realización personal. Porque para estar bien contigo mismo debes conquistar otros territorios, otros escenarios más invisibles y para los cuales no siempre contamos con las mejores herramientas.
Hablamos, cómo no, de dimensiones como el autoconocimiento, la autoestima, el amor propio, la asertividad, la capacidad de logro, la independencia emocional…
3 pasos para estar bien contigo mismo
Según un estudio llevado a cabo por Ulrich Orth y Ruth Yasemin Erol de la Universidad de Berlín, las personas alcanzamos un mayor nivel de autoestima a edades más avanzadas, y más concretamente en la década de los 60. ¿Por qué no alcanzamos antes esta dimensión? ¿Por qué durante nuestra juventud y primera madurez no desarrollamos este músculo tan esencial de nuestro desarrollo personal?
Hay sin duda muchos factores, sin embargo, más allá de esos condicionantes que nos limitan y que pueden impedir estar bien contigo mismo, está la necesidad de hacer cambios. De ser proactivos para trabajar en este tendón psicológico excepcional que es la autoestima y la realización personal. Veamos por tanto 3 pasos.
Mejora tu estilo de atribución
El estilo de atribución tiene que ver con cómo nos relacionamos nuestros logros o fracasos experimentados. Cuando consigo algo, ¿es porque otros me han ayudado o porque yo me he esforzado lo suficiente? Debemos tomar las riendas de nuestra realidad y para ello hay que reconocer valías, competencias y capacidades propias.
Cada éxito o error cometido depende solo la propia persona. Por tanto, un modo de estar bien con nosotros mismos es ser capaces de reconocer lo que valemos, lo que podemos conseguir, dónde están nuestras fortalezas y también nuestras limitaciones.
La única voz que debemos escuchar está en nuestro interior
Nuestro mundo está habitado por cientos, miles de voces. Están las de nuestra familia, nuestros profesores, jefes, compañeros de trabajo, amigos, parejas, las voces de las redes sociales, las modas, las voces de los supuestos expertos y gurús de la política, crecimiento personal…
De entre todos esos sonidos hay uno que a menudo queda silenciado: nuestra propia voz. Dediquemos una parte de nuestra energía a apagar todo ese ruido ambiental de vez en cuando para escucharnos, para tenernos en cuenta y entender nuestras necesidades.
Haz de tus pasiones tu forma de vida
Para estar bien contigo mismo sigue tus pasiones. No te dejes arrastrar por gustos o consejos ajenos, sintoniza con tu identidad y haz de tus preferencias, identidad y esencia tu forma de vida. Si orientamos nuestro día a día hacia ese camino que va más con nosotros, nos sentiremos no solo más satisfechos, sino también más realizados en todos los sentidos.
Las personas con este tipo de valentía, con esa capacidad para abrir sus propios senderos sin importar lo que digan los demás, siempre nos resultan más atractivas. Porque no hay belleza más deslumbrante que la de quien deja a un lado los convencionalismos para ser uno mismo en cualquier momento y circunstancia.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Han, Byung-Chul (2017) La expulsión de lo distinto. Madrid: Herder
- Neff, K. D. (2011). Self-compassion, self-esteem, and well-being. Social and Personality Psychology Compass, 5(1), 1–12. https://doi.org/10.1111/j.1751-9004.2010.00330.x
- Orth, U., Erol, R. Y., & Luciano, E. C. (2018). Development of self-esteem from age 4 to 94 years: A meta-analysis of longitudinal studies. Psychological Bulletin, 144(10), 1045-1080. http://dx.doi.org/10.1037/bul0000161