Beneficios del ácido fólico para nuestra salud cerebral
Los beneficios del ácido fólico para nuestra salud cerebral son extraordinarios. Este folato, conocido también como vitamina B9, mejora por ejemplo el tratamiento con antidepresivos al potenciar el efecto de los mismos. Asimismo, se sabe que es esencial para la desintoxicación celular, para “fabricar” neurotransmisores y enlentecer el deterioro cognitivo.
¿Te gustan las lentejas o eres quien opta por dejarlas? Sea como sea, hablamos de un representante de un tipo de alimentos dispone de determinados nutrientes esenciales para mejorar el estado de ánimo, nuestros recursos cognitivos y salud cerebral. Así, cuando hablamos de ácido fólico, es común pensar casi de inmediato en una embarazada o en la mujer que busca estarlo.
El cerebro necesita mantener un nivel adecuado de ácido fólico. Los niveles bajos de este folato están vinculados con una presencia más elevada de homocisteína: aumenta la inflamación cerebral y el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Sabemos que este folato es clave para el buen desarrollo del feto, y que un déficit del mismo puede ocasionar serios problemas congénitos como la espina bífida u otros defectos en el tubo neural del bebé.
Ahora bien, la vitamina B9 es un recurso excepcional para optimizar muchos de nuestros procesos cognitivos. Es más, tal y como nos revelan diversos estudios, como el llevado a cabo en diversas universidades de Holanda, el ácido fólico puede permitirnos llegar a edades avanzadas con una mejor salud cerebral.
Es más, también podemos reducir en un índice significativo la incidencia de demencias o infartos cerebrales. Como vemos, nada puede resultar tan sencillo como mejorar nuestra dieta para poder llegar a la tercera edad con unas facultades mentales más ágiles y una reserva cognitiva fuerte.
Beneficios del ácido fólico para nuestra salud cerebral
Las revistas de psiquiatría llevan ya más de tres años publicando estudios sobre el tema. Así, trabajos como el que podemos leer en el Journal of Clinical Psychiatry ya nos revelan lo que esta pequeña molécula es capaz de hacer. Para empezar, se sabe que terminados medicamentos psiquiátricos como los que se utilizan para tratar el trastorno bipolar reducen la presencia de ácido fólico en el cerebro.
Tanto es así, que como medida preventiva se suelan recetar complementos vitamínicos para prevenir su descenso. Asimismo, se sabe que el ácido fólico puede potenciar la respuesta de los antidepresivos. De este modo, si además de seguir la medicación cuidamos de nuestra dieta y de que no falte este tipo de folato, la mejoría puede ser más rápida y estable.
Si en el cerebro todo es química, el ácido fólico es ese mediador que hace posible toda una serie de procesos, reacciones y enlaces. Tenerlo en cuenta nos puede servir de gran ayuda. No obstante, veamos ahora qué beneficios tiene el ácido fólico para nuestra salud cerebral.
Ácido fólico para mejorar nuestros estados de ánimo
Existen diversos estudios que nos demuestran cómo un buen aporte de ácido fólico puede mejorar nuestro estado de ánimo y elevar nuestra producción de serotonina. Es más, los especialistas indican que el mejor ácido fólico que podemos tomar es el l-metilfolato, ya que su vida media en nuestro organismo es más elevada.
Por otro lado, se sabe que hay algunas personas que presentan una incapacidad genética para metabolizar de forma correcta el ácido fólico. De ahí que siempre presenten cierto déficit, enfermedades asociadas y un mayor riesgo a la hora de desarrollar ciertos trastornos del estado del ánimo.
Sea como sea, ya hay muchos psiquiatras que recomiendan tomar suplementos a base de esta vitamina para optimizar los procesos de recuperación y para mejorar nuestro bienestar anímico.
Un déficit de ácido fólico aumenta la inflamación cerebral
El metilfolato es esencial para que el cerebro pueda “fabricar” neurotransmisores y ADN. Si no disponemos de este folato en un nivel óptimo, bien a causa de una dieta inadecuada o un problema genético como el antes señalado, pueden ocurrir varias cosas. La más llamativa la aparición de una alta concentración de homocisteína.
Recordemos, la homocisteína es un compuesto químico que media con la inflamación y la presión alta. Todo ello deriva en un riesgo mayor de sufrir infartos cerebrales, apoplejías, etc. Aún más, cada vez adquiere mayor consenso la hipótesis inflamatoria de la depresión. Esa en la cual se defiende la idea de que un nivel elevado de homocisteína media en el desarrollo de los trastornos depresivos.
Más memoria con ácido fólico y vitamina B12
Según un estudio realizado por Janine Walker, investigadora de la Universidad Nacional de Australia, las personas que han tomado durante tres o más años un buen aporte de ácido fólico y vitamina B12 llegan a edades avanzadas en mejor estado. El Alzheimer reduce su incidencia, su memoria es ágil, mantienen su reserva cognitiva y disfrutan de una vejez más activa y ágil mentalmente.
Todo ello nos anima a tener en cuenta el consejo de los especialistas. A partir de los 60 años debemos incrementar el aporte en este tipo de nutrientes. Hacerlo no cuesta nada y los resultados se notan.
¿Qué alimentos son ricos en ácido fólico?
Quizás estés pensando en acudir a la farmacia en busca de un complemento vitamínico a base de ácido fólico. No es lo mejor. No si no lo ha pautado nuestro médico, psiquiatra o un nutricionista especializado.
Por tanto, sería bueno actuar en base a nuestras necesidades y, si por el momento no presentamos ningún déficit asociado, lo ideal es limitarnos a incluirlo o mantenerlo en nuestra dieta con alimentos que podemos encontrar en cualquier supermercado, como:
- Lentejas.
- Garbanzos.
- Espárragos.
- Espinacas.
- Brócoli.
- Aguacate.
- Fresas.
- Naranjas.
- Papayas.
- Frambuesas.
- Coles de bruselas.
- Apios.
Para concluir, tal y como vemos, el ácido fólico no es solo ese componente que no puede faltar en la dieta de la embarazada. Todos nosotros, en especial cuando llegamos a edades avanzadas, necesitamos cuidar el aporte de este tipo de folato tan esencial en nuestro cerebro.