El camino más corto hacia la felicidad comienza con una sonrisa

Sonreír mejora el humor y sintoniza la mente para encontrar la belleza en lo que nos rodea.
El camino más corto hacia la felicidad comienza con una sonrisa
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Elena Sanz

Última actualización: 03 diciembre, 2019

¿Cuántas veces nos hemos preguntado cómo alcanzar una felicidad que parece rehuirnos?. Hemos mirado a quienes sonríen, con cierta envidia, pensando lo fácil que debe resultar hacerlo cuando todo te va bien. La realidad es que en ocasiones el camino se recorre a la inversa: una sonrisa puede conducirte hasta la felicidad.

Tenemos tendencia a dejar que la vida ocurra para, entonces, reaccionar ante los acontecimientos. Si cambiamos de perspectiva comprobaremos que nuestra actitud y nuestras acciones tienen poder para influir en cómo nos sentimos. La felicidad no se encuentra, se construye. Y uno de los primeros pasos para hacerlo es sonreír.

Mujer sonriendo feliz

Sonreír te sintoniza con lo positivo

Un experimento llevado a cabo por Fritz Strack demostró que estar sonrientes hace que tengamos mayor tendencia al buen humor. El experimento consistía en dos grupos de personas a las que se mostraba unas tiras humorísticas. En uno de los grupos, las personas sujetaban un lápiz con los dientes de forma que sus labios se estiraban como en una sonrisa, mientras que en el otro grupo la expresión era neutra.

El resultado fue concluyente: aquellos que sonreían previamente encontraron más graciosas las tiras, es decir, tenían más tendencia al buen humor. Esto se explica porque el cerebro, al percibir los músculos de nuestro rostro en forma de sonrisa, los interpreta como una señal de que estamos contentos, independientemente de la causa, y se sintoniza con estados de ánimo positivos.

Pero el efecto de una sonrisa va mucho más allá. Hemos de tener en cuenta que la mente funciona “por tendencias”. Cuando nos encontramos tristes, enfadados o ansiosos interpretamos los acontecimientos desde su lado más desagradable, como si tuviésemos un detector de negatividad. Igualmente tendemos a recordar aquellos eventos pasados más dolorosos u oscuros.

Por el contrario cuando nos sentimos alegres, nuestro radar se sintoniza con lo positivo y encontramos el lado amable de cada situación y persona casi sin esfuerzo. Nos tomamos todo con más filosofía y tendemos a recordar acontecimientos agradables.

En definitiva, obligarse a sonreír puede ser una buena forma de inducir estados de ánimo positivos en nuestro organismo, que además se retroalimentan entre sí. Para encontrar la belleza en los recuerdos de tu pasado y en los sucesos de tu presente, comienza por mostrar una sonrisa.

La sonrisa en las relaciones sociales

Pero además, existen otros muchos motivos por los cuales sonreír nos acerca a la felicidad. Pensemos, por ejemplo, en la importancia que este gesto tiene en nuestras relaciones con los demás. Los seres humanos estamos programados para interpretar la sonrisa como una señal de seguridad. Cuando alguien nos sonríe, nuestra mente recibe el mensaje de que nos encontramos en un entorno seguro y no hay necesidad de estar a la defensiva.

Además, por efecto de las neuronas espejo, tendemos a imitar la conducta de quien tenemos en frente. De este modo la sonrisa es devuelta generándose un clima agradable entre los dos individuos. Un gesto tan sencillo como sonreír a la panadera, al conductor del autobús o la cajera del supermercado puede mejorar nuestro ánimo y el de la otra persona.

Madre e hija tumbadas en el césped sonriendo

Extrapolando este fenómeno a nuestras relaciones más cercanas nos resultará sencillo comprender la gran importancia de la sonrisa a la hora de generar un vínculo positivo. Sonreír nos predispone a ser más amables, tolerantes y optimistas. Gracias a ello se establece un círculo de comunicación positivo en el que ambos miembros de la relación se retroalimentan.

Igual que reaccionamos agresivamente ante un ataque, desplegamos amor ante quien nos lo ofrece primero. Sonreír ayuda a forjar vínculos sanos, indispensables para ser feliz.

Comienza por sonreír

Por último, no olvidemos que la sonrisa es la antecesora de la risa. Reír une a  las personas. Quien sabe reírse de las circunstancias y de sí mismo gozará de una mayor autoestima. Además, una risa en el momento adecuado puede suavizar los momentos más tensos.

De múltiples maneras la sonrisa rompe las barreras de la infelicidad y nos acerca a la plenitud. Por ello, si no encuentras motivos para sonreír, sonríe primero. Aunque resulte forzado, da este pequeño paso y ayuda a tu mente a cambiar de estado de ánimo. Quien toma la sonrisa como un hábito encuentra fácilmente motivos que la justifiquen. 


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  • Strack, F., Martin, L. L., & Stepper, S. (1988). Inhibiting and facilitating conditions of the human smile: a nonobtrusive test of the facial feedback hypothesis. Journal of personality and social psychology54(5), 768.
  • Alonso-Quecuty, M. L. (1990). Memoria autobiográfica: La influencia de los estados de ánimo sobre las perspectivas de recuerdo. Estudios de Psicología11(43-44), 3-17.

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