Carácter fuerte y resiliencia ¿cuál es su relación?
Carácter fuerte y resiliencia tienen un vínculo muy íntimo. Este tipo de perfil define a esas personas que saben enfrentar su realidad, esas cuyas fortalezas han emergido día a día tras manejar con firmeza la adversidad. Asimismo, en ellas no existe la rudeza, no avasallan, sino todo lo contrario. Son corazones sensibles revestidos de relucientes corazas capaces de darnos lo mejor de ellas.
A veces el término “carácter fuerte” puede confundirnos. Casi al instante, visualizamos a alguien cuya personalidad se impone con cierta autoridad, poniendo límites y reclamando derechos. Sin embargo, la psicología lleva tiempo estudiando este tipo de comportamiento para darnos más información.
Rachana Kamtekar, profesora de filosofía de la Universidad de Cornell, explica que tal y como nos revelaba Aristóteles en Ética para Nicómaco, ser virtuoso en la vida no significa solo “ser bueno”. Implica algo más. Significa, por ejemplo, saber qué es lo verdaderamente bueno de nuestro mundo, qué caminos tomar y cuáles evitar; una habilidad que, por otro lado, requiere firmeza. Es necesario desarrollar una fortaleza de carácter con la cual, movernos en el día a día cuidando de esta virtud, de esa claridad de mente y corazón.
Asimismo, aunque dentro del campo del desarrollo personal nos digan a menudo que para superar dificultades hay que mantener el optimismo y la esperanza, en realidad, hay otras dimensiones que hacen de piedra angular; elementos como una personalidad firme capaz de aceptar las dificultades y los altibajos que se suceden a lo largo del ciclo vital. Es tener actitud, solvencia emocional y propósitos claros.
“Los malos tiempos tienen un valor científico. Son ocasiones que un buen alumno no se perdería”.
-Ralph Waldo Emerson-
Características de las personas con carácter fuerte y resiliencia
El concepto de la resiliencia vertebra ya múltiples áreas dentro de la psicología. Sabemos, por ejemplo, de su relevancia a la hora de manejar los traumas. Entendemos también de su gran trascendencia a la hora de ayudarnos a manejar el estrés. No obstante, resulta curioso saber cómo una idea sacada del ámbito de la física dado forma a un concepto paralelo en tantos campos, incluida la psicología.
A nivel social, estudios, como los llevados por el doctor Carl Folke, de la Universidad de Winsconsin (Estados Unidos), nos hablan incluso de esas sociedades más resistentes que han sabido encarar los cambios no solo adaptándose a ellos, sino también utilizándolos para generar nuevos modos de vida, de trabajo, de recursos sociales. A nivel personal, y en cada ser humano sucede lo mismo. No obstante, el canal que nos impulsa a ello es la fortaleza de carácter.
Carácter fuerte y resiliencia tienen un vínculo íntimo y directo que muchos desconocen y que es necesario clarificar. Así, el psicólogo Jamie D. Aten, especializado en desastres humanitarios, nos describe en qué consisten estas dimensiones.
No es solo optimismo, es capacidad para afrontar la realidad, sea cual sea
Es común asociar la resiliencia a la psicología positiva. Sin embargo, hay quien ve en esta dimensión un matiz que debemos tener en cuenta. En ocasiones, quien se aferra a aplicar una actitud positiva no siempre está en contacto con las demandas reales de cada situación. Aún más, es posible que no las acepte.
De algún modo, nos han educado o vendido tanto la idea de ser felices y optimistas que nos hemos vuelto intolerantes ante las pérdidas, los errores y la tristeza. La persona con un carácter fuerte, en cambio, ve las cosas tal y como son. Carácter fuerte y resilencia van de la mano porque invitan a ver, aceptar y afrontar los obstáculos que se dibujen en el horizonte.
El valor para afrontar la realidad es lo que nos da impulso y auténtica fortaleza.
Esperanza orientada en unos objetivos claros
La persona con carácter fuerte puede incomodar. Con frecuencia hace uso de la sinceridad y de la determinación, deja claro lo que no quiere, lo que no le gusta y deja claras sus necesidades. Sin embargo, tal y como hemos señalado al inicio, ni avasalla ni falta el respeto a nadie porque en este perfil hay sensibilidad y hay una gran empatía.
La define a su vez una esperanza orientada a unos objetivos claros. No se trata de una confianza abstracta, depositada en que las cosas, por muy difíciles que sean, se acabarán solucionando por pura inercia. En absoluto. En sus mentes la esperanza se desgrana en metas que alcanzar, en pasos que superar, en dificultades que aprender a sortear por uno mismo teniendo claros los valores y los propósitos.
La fortaleza de carácter y la resiliencia llaman la atención porque aluden a personalidades que proyectan seguridad. A veces imponen pero siempre deslumbran. Además, tal y como nos explican desde un estudio llevado a cabo por Martin Seligman, entrenar estas capacidades favorecería nuestro bienestar en todos los contextos de nuestra vida.
Pensemos en ello. Todos conocemos a alguien que aúna un carácter fuerte y resiliencia. Esa madre que saca adelante a su familia sola, ese padre al que le faltan horas en el día para darlo todo por sus hijos. Esa amiga tan decidida en conseguir sus sueños pero que siempre es accesible, cercana y una parte indispensable de nuestra vida. Todos ellos nos inspiran porque se abren camino en fortaleza y felicidad.
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- CLONINGER, CR (2005). Fortalezas y virtudes del carácter: Un manual y clasificación. American Journal of Psychiatry , 162 (4), 820-a-821. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.162.4.820-a