Ciclotimia: síntomas, causas y tratamiento
El rasgo o característica principal de la ciclotimia (trastorno ciclotímico) es una alteración crónica y fluctuante del estado de ánimo. Podemos decir algo así como que la ciclotimia es “el hermano menor” del trastorno bipolar.
En la ciclotimia, la fluctuación del estado de ánimo conlleva numerosos períodos de síntomas hipomaníacos y períodos de síntomas depresivos que son distintos entre sí. Lo realmente importante es que los síntomas hipomaníacos son insuficentes en número, gravedad, generalización o duración para cumplir los criterios de un episodio hipomaníaco.
Ocurre lo mismo con los síntomas depresivos. Los síntomas depresivos son insuficentes en número, gravedad, generalización o duración para cumplir los criterios de un episodio depresivo mayor. Si esto no fuera así, estaríamos hablando de un trastorno bipolar. Por eso nos hemos referido a la ciclotimia como “el hermano menor” del trastorno bipolar.
La hipomanía y los síntomas depresivos
Cuando hablamos de hipomanía, hacemos referencia a un estado similar a la manía, pero de menor intensidad. La hipomanía es un trastorno psiquiátrico que se manifiesta con irritabilidad o excitación de aparición transitoria. Se trata de una forma menos importante o “incompleta” de un episodio maníaco.
Entre los síntomas de la hipomanía encontramos un humor exaltado durante varios días, asociado a una agitación, disminución del tiempo de sueño, hiperactividad y una auto-confianza exagerada, mostrando cambios importantes respecto al estado anterior de la persona. Normalmente no es necesaria la hospitalización, al contrario de lo que ocurre con la manía.
En cuanto a los síntomas depresivos que se dan en la ciclotimia, podemos decir que son los mismos que conocemos en cualquier persona deprimida. Sin embargo, estos síntomas no son tan llamativos ni tan intensos como en un episodio depresivo mayor.
Características de la ciclotimia o trastorno ciclotímico
Además de lo que ya hemos apuntado con anterioridad, durante los dos primeros años del trastorno, los síntomas deben ser persistentes. Es decir, estar presentes la mayor parte de los días. En el caso de niños y adolescentes, el criterio es de un año en vez de dos.
Para el diagnóstico, ningún intervalo en el que la persona esté libre de síntomas debe durar más de dos meses. Si esto fuera así, no estaríamos hablando de ciclotimia. Se realiza el diagnóstico de ciclotimia solo si no se cumplen los criterios de episodio depresivo mayor, maníaco o hipomaníaco.
No se debe diagnosticar ciclotimia si el patrón de los cambios de humor se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo, una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante u otro trastorno del espectro de la esquizofrenia o por otros trastornos psicóticos. Es decir, primero se diagnosticarían estos si cumplieran los criterios requeridos.
Por otro lado e igualmente para su diagnóstico, una ciclotimia no se debe confundir con la alteración del estado de ánimo debido a los efectos fisiológicos de una sustancia ni a otra afección médica. Y es que hay ciertas sustancias (drogas o medicación) que pueden desencadenar síntomas parecidos.
Como en la mayoría de los trastornos psicológicos, para diagnosticar ciclotimia debe haber una alteración o afectación clínicamente significativa. Esta alteración se puede dar en el plano social, laboral o en otras áreas importantes del funcionamiento, y es resultado de la alteración del estado de ánimo.
¿Cuáles son los criterios diagnósticos de la ciclotimia?
Según el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), para diagnosticar un trastorno ciclotímico deben darse los siguientes criterios diagnósticos:
- Durante dos años como mínimo (al menos un año en niños y adolescentes) han existido períodos con síntomas hipomaníacos que no cumplen los criterios para un episodio hipomaníaco, y numerosos períodos con síntomas depresivos que no cumplen los criterios para un episodio de depresión mayor.
- Durante el período de dos años citado anteriormente, los períodos hipomaníacos y depresivos han estado presentes al menos la mitad del tiempo y la persona ha presentado síntomas durante más de dos meses seguidos.
- Nunca se han cumplido los criterios para un episodio de depresión mayor, maníaco o hipomaníaco.
- Los síntomas del primer criterio no se explican mejor por un trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno de ideas delirantes, u otro trastorno del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos especificados o no especificados.
- Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a otra afección médica (p. ej., hipertiroidismo).
El comienzo de este trastorno suele ser insidioso y su curso persistente. Además, existe un riesgo del 15-50 % de que un paciente con ciclotimia desarrolle después un trastorno bipolar I o bipolar II.
Como hemos visto, el trastorno ciclotímico o ciclotimia es un trastorno relacionado con el trastorno bipolar. Se diferencia de este en que los síntomas hipomaníacos no cumplen los criterios para un episodio hipomaníaco. Además, los síntomas depresivos tampoco cumplen los criterios para un episodio de depresión mayor.