7 claves para ser más sociable y divertido

¿Te gustaría ser más sociable? ¿Liberarte de las inseguridades o la vergüenza, y empezar a conocer gente nueva? En este artículo te ofrecemos 7 claves para empezar a serlo.
7 claves para ser más sociable y divertido
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 06 abril, 2022

Una persona sociable es aquella que tiene facilidad para entablar relaciones sociales, y a la que además le gusta relacionarse con los demás. Pero, ¿cómo ser más sociable? ¿Es algo que se pueda practicar?

Si aunque te gusten las personas y las relaciones sociales, te cuesta ser sociable (ya sea por vergüenza, inseguridades, miedos…), no te pierdas nuestro artículo. En él queremos plantear 7 claves para que te sepas desenvolver mejor en entornos sociales.

La idea es empezar poco a poco, con acciones que no te generen demasiada ansiedad, para progresivamente ir soltándote.

7 claves para ser más sociable

Si así lo queremos, podemos mejorar en nuestro plano social. Vamos a hablar de 7 estrategias que te pueden ayudar a conseguirlo.

Hombre hablando con su amigo

Empieza poco a poco

¿Cómo ser más sociable? La primera clave que te ofrecemos es la siguiente: empezar poco a poco. Comienza con pequeños retos.

Por ejemplo, hablar con la persona que se encuentra detrás del mostrador, que te vende el pan, que te trae un paquete a casa. Después de hacerlo varias veces, verás que ya no sientes ese nerviosismo inicial. Es el momento de aumentar la dificultad, por ejemplo, preguntando una dirección a un desconocido por la calle.

Básicamente, se trata de exponerte a un punto que frena a muchas personas, el de romper el hielo: dar un paso adelante e iniciar una conversación. La intención es que esta exposición termine generando una habituación.

Sonríe

Como decía George Eliot, “lleva una sonrisa y tendrás amigos; lleva el ceño fruncido y tendrás arrugas”. Y es que la sonrisa es una herramienta de la comunicación no verbal, una puerta de entrada a la socialización, que permite que los demás accedan a ti, y tú a los demás.

Deja que tu rostro manifieste sorpresa, asombro o indignación. Es una forma de decirle al otro que le estamos prestando atención, compartiendo con él uno de los recursos más valiosos que tenernos: el tiempo. Una sonrisa permite acortar las distancias, reducir la vergüenza y empezar a conectar con la gente.

“Hacen falta setenta y dos músculos para estar de morro pero sólo doce para sonreír. Prueba una vez”.

-Mordecai Richler-

Aplica la técnica de la máscara

Se trata de una estrategia muy utilizada por actores y cantantes. Implica crearte un “alter ego”, una personalidad diferente a la tuya que pueda ayudarte a emprender acciones que consideras, o los demás considerarían, impropias de ti. Si eres una persona fría, intenta ser durante un rato una persona mucho más cercana.

Lo más probable es que no te sientas cómodo en este registro; sin embargo, el hecho de pensar que eres otra persona, aunque sea temporalmente, puede ayudarte a ganar seguridad. Lo que los demás piensen de esa persona que está actuando no te debería preocupar tanto, porque no eres tú.

Lógicamente, para que esta técnica sea efectiva, es necesario que te termines liberando de la máscara, que exista un encuentro entre las dos personalidades, de manera que la simulada enriquezca a la propia.

Trata de socializar en lugares que te gustan

Otra idea clave que te puede ayudar a ser más sociable es escoger los lugares en los que te gustaría socializar. Deben ser lugares que te generen calma, seguridad, comodidad… Lugares que te gusten, desde una biblioteca hasta una cafetería o un parque. Cuidar el ambiente es importante porque puede ayudar a relajarte.

Busca intereses comunes

Si no sabes de qué hablar, busca intereses comunes con el otro. Aficiones compartidas, hobbies, temas de conversación, pasiones comunes… No tengas miedo en preguntar.

Descubre qué puede conectarte con la otra persona y empieza por ahí. Verás cómo con un tema que dominas o que te interesa, te es más fácil socializar (y además, puedes desconectar, sin darte cuenta, de la vergüenza).

Selecciona con quién te interesa socializar

A la hora de ser más sociable, no se trata tanto de hablar con todo el mundo sin ton ni son o sin criterio. Por ello, selecciona a las personas con las que te interesa interactuar.

Al principio, como veíamos en la técnica de exposición, sí puedes optar a hablar con desconocidos, o con personas con las que no tienes tanta confianza o interés (por ejemplo, el panadero del ejemplo); pero esto te servirá para practicar.

Poco a poco, cuando la vergüenza o el miedo vayan disminuyendo, prueba a seleccionar la gente que realmente te interesa. Practica con personas de confianza o amigos, plantéales temas de conversación, propón planes… Y verás cómo poco a poco te vas soltando.

Confía en ti

Confía en tus capacidades, en tus habilidades sociales, en tu manera de ser. En ti, en tu experiencia, hay muchas razones para seguir.

Aunque la técnica de la máscara puede servirte para practicar y liberarte de miedos, lo cierto es que la autenticidad es el pegamento que terminará consolidando esas relaciones con los demás. No hay nada como ser uno mismo, conocerse y empezar a demostrar qué se nos da bien.

A la hora de aumentar tu autoconfianza, es esto lo que te puede ayudar: conocerte a ti mismo e ir demostrándote, poco a poco, que cuentas con grandes fortalezas que te hacen único.

Cuando interactúes con los demás, no hace falta que seas “el más majo”, “el más divertido” o “el más abierto”. Libérate de presiones autoimpuestas y de la búsqueda de la perfección. Solo hace falta que seas tú y que disfrutes de tus interacciones, que te dejes llevar.

Amigas hablando

Y a ti, ¿te cuesta ser más sociable? ¿Te gustaría serlo más o ya te sientes bien con tu manera de ser? Antes de lanzarnos a buscar maneras de aumentar nuestra sociabilidad, es importante que nos detengamos y que analicemos realmente qué queremos cambiar o mejorar de nosotros mismos y por qué.

No todos tenemos que ser hipersociales, y mucho menos, iguales. ¡En la diversidad está la riqueza!


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  • Caballo, V.E. (1988). Teoría, evaluación y entrenamiento de las Habilidades Sociales. Valencia: Promolibro.
  • Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. Bantam.

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