Cómo ganar autonomía en tus relaciones
Combatir la dependencia emocional no es fácil, pero tampoco imposible. Romper las cadenas que nos atan a otra persona, poner límites y buscar actividades y momentos propios son estrategias que nos ayudarán a ganar autonomía.
Ahora bien, es importante saber que durante los primeros meses de una relación es normal contar los minutos para ver a la otra persona y desear pasar el mayor tiempo posible con ella. Algo que desaparece cuando la fase de enamoramiento comienza a desvanecerse para dar lugar a un amor maduro.
El problema ocurre cuando esas ganas de estar con el otro se convierten en una necesidad y el hecho de estar solos o de hacer cualquier plan sin la otra persona se convierte en una molestia. En este tipo de situaciones la dependencia emocional aparece en escena. Y es ahí cuando comenzamos a dejar de ser nosotros mismos para cumplir los deseos y las expectativas de otra persona. Nos encadenamos a ella y a la relación y finalmente nos volvemos invisibles… ¿Qué hacer para combatirlo?
Hacer actividades diferentes para ganar autonomía
Por mucho que coincidamos con nuestra pareja en un gran número de aspectos, inevitablemente otros serán totalmente diferentes e incluso discreparemos. No es posible coincidir en absolutamente todo: quizás a nosotros nos encante el senderismo y a nuestra pareja no; tal vez nos motiven los deportes de fuerza y ella prefiera los aeróbicos…
Lo importante es que estas diferencias hay que respetarlas. Porque estar en pareja no significa sacrificar nuestra independencia, nuestros gustos y aficiones o simplemente nuestras opiniones y mucho menos estar juntos en todo momento. Una relación es mucho más que ser iguales y coincidir, se trata de conectar, respetar, aceptar y crecer juntos.
Ahora bien, a las personas que sufren dependencia emocional, el miedo al abandono y a perder a otra persona les puede llevar a limitar sus actividades si no es con su pareja y, en definitiva, a limitar todo su mundo. La cuestión es que esto que en un principio parece inofensivo, afecta de forma negativa a la autoestima. De ahí que se recomiende no abandonar aquello con lo que se disfruta y en lo que no está involucrada la otra persona.
Además, tener ese espacio íntimo y personal también ayuda a combatir una de las creencias que más predominan en el amor romántico: ganar autonomía en la relación no implica amar menos, sino atenderse a uno mismo y cultivar aquello que nos hace vibrar sin depender de otra persona para llevarlo a cabo.
Distinguir entre amigos con y sin pareja
En ocasiones, cuando tenemos una relación de pareja, encontramos a otras personas emparejadas con las que entablamos una amistad. Esto es muy positivo y enriquecedor; sin embargo, ¿qué sucede con aquellas amistades que están solteras y que dejamos a un lado cuando conocimos a nuestra pareja?
Son muchas las personas que se alejan de sus amigos porque no quieren despegarse de su pareja, sobre todo aquellas que experimentan dependencia emocional. El problema es que esto no es muy saludable. Si pensamos a largo plazo, veremos que esta actitud puede acarrear consecuencias muy negativas: ¿ya no nos importa aquel amigo que siempre ha estado a nuestro lado? ¿realmente nos ha hecho algo? ¿qué sucederá si la relación se rompe?
Pensar que esto último pueda ocurrir es duro, pero las probabilidades existen. No tenemos ninguna garantía de que lo que tenemos con la otra persona vaya a durar para siempre -otra de las creencias del amor romántico-. Por ello, no cuidar a nuestras amistades puede hacer que nos quedemos solos y sin apoyos.
Siempre es gratificante contar con personas que estén ahí pase lo que pase, que disfruten de nuestra compañía y con las que compartir experiencias. Lo que no es aceptable es estar o no para ellas dependiendo de si tenemos o no pareja.
Las personas con dependencia emocional necesitan ganar autonomía para darse cuenta de que hay vida más allá de la pareja. Aunque pongan todo de su parte, a veces, la relación se puede romper. En lugar de concederse tiempo a sí mismas y valorar a las amistades que han dejado a un lado, estas personas suelen involucrarse nuevamente en una relación incrementando todavía más esa dependencia hacia la pareja.
El daño que hace el “somos uno”
Una de las mayores creencias que ha hecho mucho daño al bienestar de una relación es la narrativa de que “somos uno”: cuando estamos en pareja, para contrarrestar esta creencia, debemos vernos como un equipo integrado por dos personas que están compartiendo su vida, pero que no son una sola. Por lo tanto, somos diferentes pero con un camino en común: la relación.
Según todas las creencias que se gestan alrededor de las relaciones de pareja, el “somos uno” que puede parecer tan inocente, incluso cariñoso, puede llegar a transformarse en algo muy peligroso. Y esto es así porque en determinadas situaciones, no sabemos identificar muy bien dónde están los límites entre la individualidad de cada uno y nos difuminamos de manera progresiva en una relación apoyada en creencias irracionales, mientras nos perdemos a nosotros mismos.
Todos debemos aprender a ganar autonomía en las relaciones de pareja. Aunque muchas personas ya lo hagan, tan solo tenemos que echar una mirada a nuestro alrededor para comprobar cómo existen otras muchas que no lo hacen.
Quizás a algunas les vaya bien en pareja cuando dicha autonomía no existe y les compense vivenciar la relación de este modo, pero a las personas que sufren dependencia emocional este enfoque no puede funcionarles. Lo máximo que logran son malas elecciones mientras van perdiendo su amor propio por el camino…