¿Cómo cultivar una buena actitud?
Una buena actitud marca la diferencia. Cuando el día se pone complicado, ¿has notado cómo cambiar la perspectiva puede hacerlo mucho más llevadero? No se trata de fingir que todo es perfecto, sino de no ver el vaso más vacío de lo que está.
La forma en que abordamos las situaciones y desafíos de la vida tiene un impacto directo en los resultados que obtenemos. En este sentido, adoptar una mentalidad positiva y proactiva es una elección saludable e inteligente para hacer frente a los problemas diarios. Pero, ¿cómo cultivarla?
¿Qué es una «buena actitud»?
Las actitudes son predisposiciones mentales y emocionales hacia algo o alguien, reflejadas en la forma que piensas, sientes o actúas. Pueden ser positivas, neutras o negativas, y afectan cómo te comportas y percibes el mundo que te rodea.
Se forman a través de la experiencia y también están moldeadas por las normas y los roles sociales. Las conclusiones que obtienes a partir de lo que vives no pasan desapercibidas, sino que sientan las bases de tus creencias personales. Sin embargo, la actitud no es estática ni inmutable, sino que se puede mejorar.
Cuando hablamos de una «buena actitud» nos referimos a aquella que se caracteriza por ser constructiva. Implica encarar las situaciones de la vida con un optimismo realista y aprender de las experiencias, entendiéndolas como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.
La buena actitud te permite explorar soluciones en lugar de quedarte inmóvil en el círculo de la queja.
10 consejos para mejorar la actitud en todos los ámbitos de la vida
Tener una buena actitud ante la vida te ayuda entonces a sentirte mejor contigo mismo/a y con el mundo que te rodea. A continuación, te enseñamos algunas claves prácticas y sencillas para lograr esta tendencia actitudinal.
1. Empieza bien el día
Puede parecer trivial, pero no lo es. En su libro The Miracle Morning (2012), Hal Elrod comparte su enfoque sobre cómo puedes transformar tu vida a través de una rutina matutina que incluye actividades como la meditación, la lectura, el ejercicio y el journaling.
En este sentido, invertir los primeros minutos del día en tu bienestar es fundamental. Incluir estos hábitos puede ser difícil al principio, sobre todo si no estás familiarizado/a con estas prácticas. La clave está en ir poco a poco.
2. Mira a tu interior
El autoconocimiento te permite reconocer tus puntos fuertes y usarlo a tu favor; así como también identificar aquellos aspectos que podrías mejorar para alcanzar un mayor crecimiento personal. En cambio, si no tienes claro cuáles son tus fortalezas y debilidades será muy difícil afrontar los retos de la vida con una buena actitud.
3. Acepta que las adversidades son parte de la vida
Es normal que las cosas no siempre salgan como esperas, pues hay muchas situaciones que escapan de tu control. Pero eso no significa que debes tirar la toalla, al contrario, en estos momentos puedes aprender de las circunstancias y buscar alternativas.
Por ejemplo, en el ámbito laboral, al enfrentar un contratiempo en un proyecto importante puedes apelar a tu capacidad de resolver problemas, confiando en ti, en lugar de dejarte vencer por ellos. Al aceptar que los desafíos con inevitables, puedes abordarlo con una mentalidad más positiva.
4. Nútrete de buena energía
Busca la manera de obtener influencias positivas, ya sea escuchando charlas de motivación, viendo películas sobre superación personal o leyendo frases de buena vibra y actitud.
Es esencial estar atento/a a lo que incorporas en tu vida, porque, a menudo, las actitudes negativas emergen cuando te centras en lo incorrecto. Esto incluye el tipo de contenido que consumes en redes sociales, los libros que eliges leer y las conversaciones a las que te sumas.
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5. Enfócate en lo bueno
Está claro que la vida no es un camino de rosas; todo el mundo atraviesa dificultades. Pero centrarse en los puntos negativos es como quedarse dentro de una tormenta sin ser consciente de que la calma llegará. En cambio, al adoptar una perspectiva optimista, te vuelves más resistente a las adversidades y encuentras la fuerza para seguir adelante con esperanza y gratitud.
6. Selecciona tus compañías
Así como es crucial elegir de forma consciente de qué contenido te nutres en redes sociales, también es importante ser selectivo/a con las personas que te rodean. Los vínculos que mantienes pueden ser comparados con la música de fondo de tu vida; influyen en tu estado de ánimo y energía.
Por supuesto que no se trata de alejarte de personas que quieres y que están pasando momentos difíciles. Más bien, se trata de encontrar un equilibrio y crear un entorno que propicie tu crecimiento personal.
7. Permítete soñar
Lo primero que tienes que hacer es buscar y construir un propósito. Este proceso implica conocer tus valores, descubrir tus pasiones y establecer metas que sean significativas para ti. Es como trazar el mapa que orienta tu vida.
No importa cuán grandes o pequeñas sean tus aspiraciones; cuando sueñas, diriges tus esfuerzos hacia la materialización de tus deseos.
8. Has actividades que disfrutes
Busca pasatiempos que te entusiasmen y haz espacio para ellos. Este simple acto no solo te brinda momentos de alegría, sino que actúa como un antídoto contra el estrés y la tensión que la vida diaria puede traer consigo.
Mejorar la actitud se vuelve todo un reto si casi nada de lo que haces en tu día a día te agrada, ¿verdad? Al integrar fuentes de bienestar en tu rutina, te recargas de buena vibra y le das un giro positivo a tu mente. Así que… ¿qué esperas para apuntarte en ese curso artístico o deportivo que tienes en mente?
9. Cuida tu bienestar físico
Muchas personas tienen pensamientos como «quiero mejorar mi actitud pero no sé por dónde empezar». A veces, la respuesta está en comenzar por cuidar lo más superficial.
Es un hecho conocido que mente y cuerpo están conectados. Por lo tanto, dormir bien, llevar una alimentación balanceada y hacer ejercicio, son factores que contribuyen a tu bienestar general y pueden colaborar en el desarrollo de una buena actitud.
10. Reconoce tus logros, por pequeños que sean
¿Te suele pasar que te enfocas tanto en la meta final que olvidas valorar los pequeños pasos que das para alcanzarla? Este hábito puede llevarte directo a la frustración, ya que cualquier objetivo desafiante requiere de tiempo y esfuerzo.
Entonces, ¿por qué no pruebas una estrategia diferente? Divide tus proyectos en metas más chicas y celebra cada logro. Además de la sensación de logro, obtendrás una mayor motivación para seguir esforzándote hacia el siguiente paso.
¿Qué es la buena actitud en el trabajo?
La actitud positiva en el área laboral se valora mucho. En este contexto, implica trabajar bien con los demás, ser flexible ante los cambios y asumir responsabilidades. También, incluye mostrar entusiasmo, ser comunicativo/a y estar dispuesto/a a aprender.
Prioriza el equilibrio
Mantener una actitud positiva no significa ignorar tus problemas o vivir en un mundo de fantasía, sino reconocer la realidad tal y como es mientras decides cómo afrontarla. Al fin y al cabo, es una manera de equiparse con la fuerza necesaria para tomar decisiones informadas y enfrentar los desafíos con determinación.
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- Elrod, H. (2023). The Miracle Morning (Updated and Expanded Edition): The Not-So-Obvious Secret Guaranteed to Transform Your Life (Before 8AM). BenBella Books.
- Ferrer, C. (2020). El optimismo y su relación con el bienestar psicológico. Revista Científica Arbitrada de la Fundación MenteClara, 5(199), 1-14. https://fundacionmenteclara.org.ar/revista/index.php/RCA/article/view/199
- García M. (2016). Emociones positivas, pensamiento positivo y satisfacción con la vida. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 2(1), 17-22. https://dehesa.unex.es/handle/10662/10392