Descubre por qué la ciencia puede hacerte más feliz y espiritual
La ciencia no es un disfrute meramente individual. La ciencia hace feliz a muchos de los que tiene a su alrededor. Porque quien la conoce se despoja de muchos prejuicios acerca del mundo que le rodea y si los mantiene es por mera reactancia psicológica, presión social o simple “cabezonería”.
Es por ello que hay que reivindicar su papel sanador tan denostado para ciertos dominios de la psicología, como la búsqueda de la felicidad y el sentido de la vida humana. Descubre por qué la ciencia puede hacerte más feliz y espiritual ya que, además de provocarte ese bienestar y calma, podrás conocer qué estudios sostienen una idea e incluso poderte hacer una composición de sus puntos más débiles.
Quizás no suene muy poético, pero es útil.
¿Puede la ciencia dotar de sentido a la existencia?
La ciencia se ha concebido cómo algo frío, alejado del sentido metafísico de la vida que muchas de las personas esperan encontrar. Sin embargo, no es casual que la ciencia suela estar ahí cuándo la necesites y acudas a ella sin ni tan siquiera haberse publicitado: al fin y al cabo, a la gente le gusta más la verdad que la suposición cuando su vida y la calidad de la misma está en juego.
“Con frecuencia la ignorancia engendra la confianza con más frecuencia que el conocimiento: son aquellos que saben poco, y no aquellos que saben mucho, quienes afirman que tal o cual problema nunca será solucionado por la ciencia”
-Charles Darwin-
Se empeñan en decirnos que conocer y confiar en lo que la ciencia demuestra nos convierte en seres fríos y que el ser humano necesita algo más para vivir su vida que creer solo en lo que ve. Desgraciadamente, por esta mentalidad el ser humano ha dejado de vivir el presente, adorar a las personas a su alrededor e idolatrar la naturaleza -la mejor de las espiritualidades hecha verdad y a tu alcance- que le dota de tranquilidad, fuerza y belleza. Sin especulaciones de por medio.
Quizás en lo que hemos convertido la vida nos parece algo tan extraño que necesitamos creer que existe algo más allá que dé una explicación mística a todo lo que nos pasa. La necesidad de creer que algo tiene sentido cuando nada parece tenerlo es comprensible y humano.
Quizás, por habernos centrado en esa forma de dar sentido espiritual a todo lo que vivimos, dejamos por el camino la posibilidad de explicar con sencillez y certeza la sucesión de acontecimientos encadenados que ocurren en él.
La ciencia como forma de señalar las injusticias
Si la ciencia nos dice que no hay nada que demuestre hasta la fecha que exista algo más allá que la vida que estamos viviendo, nos encomienda como seres humanos un sinfín de valores por los que debemos luchar aquí y ahora, sin esperar recompensas o castigos externos.
Siendo conscientes de este hecho, nos daremos cuenta de que las injusticias y el sufrimiento infligido a los seres humanos es un asunto de hoy, que merece medidas precisas y concretas para tratarlo y combatirlo.
Sufriremos más por tener consciencia de este hecho, pero el mismo nos conducirá a ser más exigentes, activistas, entregados y conscientes. Tomaremos con plena fuerza la conciencia humana y nuestro paso por el mundo al saber que no habrá otra oportunidad que esta para cambiar las cosas. De esa forma, sucumbiremos a la lucha de cambiar lo que podemos y desecharemos la comodidad de pensar que las cosas cambian por una mágica razón.
La ciencia te da pleno derecho a sentirte especial no por ser único, sino por ser uno más
Es muy duro pensar que no somos una creación única del universo y que a nuestra llegada nada estaba preparada ni sincronizada. Somos un ser humano más, sin más. Será nuestra existencia la que nos dote de esencia, no a la inversa. Darwin nos dio una teoría de la evolución, pero también empequeñeció nuestros delirios de grandeza que nos hacían creer que éramos imprescindibles y especiales para el resto del universo.
Es cierto que le quitó esa sensación a la humanidad entera, pero por el contrario nos dio mucha más importancia que cualquier teoría o explicación del mundo había hecho antes:
Eres uno más en esta cadena de la evolución humana, pero según lo que hagas puedes transformar esa cadena y ser especial en ella. Da igual de donde vengas, lo importante es lo que tú haces en el medio.
Esto no solo lo dijo Darwin, sino que Lamarck habló también antes de ello: “Las especies que consiguen grandes logros, pasarán esas enseñanzas a sus descendientes mejorando las que ya existían”. Por tanto, no eres una copia más al servicio de fuerzas ajenas a ti, eres tú mismo el que puede generar sus funciones y dejarlas como una mejor herencia.
En este sentido, el evolucionismo no deja de ser puro existencialismo, pues nos dice que el hombre se va haciendo en función de su forma de vida y de las metas que persiga.
El evolucionismo por tanto nos da ya dos concepciones metafísicas de nuestra existencia: nos considera importantes para la existencia y considera la que el hombre busca ser virtuoso respecto a cualquier otra especie.
La ciencia como antídoto contra la discriminación y la ignorancia
Hace algunos meses nos enteramos de una terrible noticia. Un menor transexual llamado Alan se había suicidado en Barcelona y lo había hecho tras el acoso incesante de compañeros de instituto. Quizás explicarle la situación de Alan a sus compañeros habría hecho que comprendieran su situación. Desgraciadamente, esto no fue así.
Podríamos haberles explicado la diferencia que existe entre el sexo y el género. También podríamos haber dedicado una clase al desarrollo del sistema reproductivo, en las que les contáramos cómo aparecen en este desarrollo variabilidades genéticas, como el Síndrome de insensibilidad a los Andrógenos o el Síndrome de conducto Mülleriano persistente o el Síndrome de Turner. Simplemente para hacer entender que nuestros cromosomas y nuestras hormonas no nos definen, solo nos condicionan.
Que el desarrollo de nuestro cuerpo admite variabilidades en su formación y cómo esta se ve influenciada socialmente por el género. Es responsabilidad de todos dar a conocer la ciencia porque la ignorancia mata, estigmatiza y convierte en desviación perversa algo totalmente comprensible y natural.
La ciencia como aliada para apoyar la ética y el conocimiento, no la moral
La ciencia con su investigación nos puede orientar en un sinfín de dilemas morales, sin imponernos una forma de actuar. La ciencia muestra los datos y nosotros, debido a nuestra historia, creencias y significados actuamos de una forma u otra.
Es el conocimiento el que debe acercarnos a cuestiones complejas y es reflexión y la lógica las que nos permiten profundizar en ellas. Si sucede al revés, le estamos arrebatando al ser humano una de las características que mejor lo definen: su capacidad para razonar y elegir. Una cualidad que en su forma más compleja nos diferencia del resto de animales.