Dudas antes del matrimonio: ¿qué puedo hacer?
El hecho de que aparezcan dudas antes del matrimonio es algo bastante normal. Son pocos los que dan el paso 100 % seguros, libres de inquietudes, ajenos a los posibles desafíos que pueden surgir a corto y largo plazo. Ahora bien ¿quiere decir esto que sería mejor echarnos atrás cuando surgen este tipo de preocupaciones en la mente? No. No siempre. Basta con tenerlas presente y profundizar en ellas.
De este modo, si bien es cierto que sentir ciertas inquietudes antes de dar el paso definitivo puede ser normal, lo más importante es atenderlas. De algún modo, nos han hecho creer que cuando uno da el sí definitivo a su relación de pareja, lo hace plenamente convencido y seguro de sí mismo, cuando esto en realidad no es cierto en todos los casos.
Dijo Voltaire una vez que la duda no es un estado mental agradable, es cierto, pero la certeza absoluta es ridícula. Por tanto, gran parte de esas ideas que pasan por la mente meses o días antes del enlace deben considerarse. Es un ejercicio de reflexión necesario que puede ayudarnos, sin duda, a afianzar la seguridad en aquello que vamos hacer.
Dudas antes del matrimonio: causas y estrategias de actuación
La investigación y la literatura científica relacionadas con las dudas antes del matrimonio nos indican algo llamativo. Muchas personas saben que no se sienten preparados para ese paso, pero aún así no actúan en consecuencia. Un ejemplo, en una investigación realizada en la Universidad de California, con 464 personas, afirman que buena parte de quiénes tuvieron dudas antes del enlace terminaron divorciándose 4 años después.
Así, Justin Lavner, el autor principal del estudio, destaca lo siguiente: a menudo, pensamos que es plenamente normal casarnos aún teniendo dudas. Nos decimos aquello de que “todo el mundo las tiene” y que, por tanto, no hay que darle importancia. Ahora bien, asumir esta idea es un completo error. El matrimonio supone dar paso a un compromiso para el que no siempre estamos preparados y esto no es bueno ni malo. Es una realidad que debe atenderse con madurez y objetividad.
Profundicemos un poco más.
¿Por qué surgen las dudas junto antes del enlace?
Esta es una cuestión interesante: ¿por qué alguien tiene dudas antes del matrimonio? Bien, en realidad, las dudas, las preocupaciones o las inquietudes no surgen justo antes de dar ese sí en altar o en un juzgado, ya suelen estar presentes durante el noviazgo. Sin embargo, estas se vuelven más patentes e incisivas antes del enlace por las siguientes razones:
- Se toma conciencia del futuro, de los desafíos que pueden surgir en el mañana y de si esa persona será la adecuada para superarlos con nosotros.
- Uno reflexiona también en cómo será la convivencia a lo largo del ciclo vital, en la vejez, por ejemplo.
- Se piensa también en los proyectos personales y profesionales. Nos preguntamos si el matrimonio armonizará con esos planes o los dificultará.
- “¿Es esta la persona de mi vida? ¿Es la definitiva? ¿Y si hay alguien esperándome en otro lugar capaz de hacerme más feliz?”. Estas son otras cuestiones que suelen plantearse muchos.
- Además, se suelen recordar los momentos pasados. Cuando uno se compromete y está inmerso en los preparativos de la boda suele pensar en los momentos complicados que se han vivido en la relación. Nos preguntamos si esas diferencias, esos matices de carácter o esa personalidad de la pareja empeorarán con los años.
Si aparecen dudas en el matrimonio, ¿qué aspectos debería atender?
Hay quien decide casarse porque es el paso siguiente al noviazgo. A veces, la presión familiar es la que impulsa esa decisión no siempre bien meditada. En otras ocasiones, la boda se efectúa por mero impulso, sin pensar apenas. Por hacer algo nuevo, divertido y que con ello se dé quizá un nuevo impulso a la relación.
Todo ello es, efectivamente, un notable error. Así, en caso de que surjan dudas antes del matrimonio es importante considerar las siguientes cuestiones:
- ¿Cómo es la comunicación con mi pareja? El poder llegar a acuerdos, sentirse escuchado, comprendido, percibir que hay plena conexión emocional en la comunicación es un pilar indiscutible.
- ¿Tenemos valores y propósitos comunes? Mantener unos mismos valores existenciales, estar de acuerdo en determinados propósitos y planes de futuro también es clave.
- Apoyo emocional y el cariño cotidiano. El apoyo emocional, la empatía, el saberse parte del otro y recibir su atención, cariño y cuidado es imprescindible. Saber que el otro se preocupa por nosotros supone sin duda un nutriente en la relación de pareja.
- Capacidad para resolver problemas juntos. Esta es sin duda una herramienta decisiva para saber si nuestro matrimonio puede funcionar.
- Confianza. Si esta dimensión no está presente la relación se irá deshilachando de manera inevitable.
- Amor y sexo. A veces, situamos estas dos dimensiones en primer lugar cuando pensamos en el éxito de una relación. Sin embargo, aunque decisivas e imprescindibles, deben estar acompañadas de todas las dimensiones anteriores.
Para concluir solo cabe destacar un aspecto: si tenemos dudas antes del matrimonio es conveniente atenderlas. A veces, al pensar en ellas y resolver nuestras dudas, damos el paso con mayor seguridad y felicidad.
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- Lavner, J. A., Karney, B. R., & Bradbury, T. N. (2012). Do cold feet warn of trouble ahead? Premarital uncertainty and four-year marital outcomes. Journal of Family Psychology, 26(6), 1012–1017. https://doi.org/10.1037/a0029912