El duelo: fases, duración y estrategias para afrontarlo
El duelo es una respuesta emocional profunda que, tarde o temprano, la mayoría de las personas experimentamos. Perder algo o alguien importante en nuestra vida duele y deja una huella en el alma que puede ser difícil de olvidar. Sin embargo, aunque la tristeza pueda parecer insoportable al principio, el tiempo es la mejor cura para el dolor.
Para comprender mejor las fases del duelo y saber cómo transitar por ellas, conversamos con la doctora Marta Canino, médica especializada en medicina familiar y comunitaria, con una amplia experiencia en el acompañamiento de personas mayores y sus familias en los procesos de pérdida. A través de sus palabras, nos invita a mirar el duelo con más compasión, humanidad y conciencia.
Las fases del duelo, ¿todas las personas las viven igual?
A pesar de que se reconocen cinco fases del duelo (negación, ira, negociación, depresión y aceptación), estas pueden ser transitadas de distintas maneras. Según la experta: «las fases están ordenadas en su orden más frecuente, pero en realidad una persona puede saltarse fases o cambiar el orden y eso no se considera malo ni patológico».
El duelo no solo viene cargado de tristeza, como señala la doctora, « es un dolor psíquico que activa las mismas áreas en el cerebro que el físico, por eso nos duele literalmente». Y aunque muchas veces quisiéramos evitar ese sufrimiento, es necesario atravesarlo a nuestro ritmo y vivir las siguientes fases para poder superarlo:
1. Negación
Cuando recién se presenta la pérdida, la negación es una especie de escudo emocional ante el impacto. «Suele presentarse con la sensación de que la persona que ha fallecido va a venir por la puerta en cualquier momento o que lo que ha pasado ha sido un mal sueño y no fue real», explica la profesional.
«Aunque seamos conscientes de lo que ha ocurrido, aún no lo hemos procesado emocionalmente, y esto puede llevarnos a pensar que todo volverá a ser como antes».
2. Ira
En esta etapa, la tristeza y la culpa que genera el duelo suele hacer que nos reprochemos con cosas del pasado y llenarnos de enojo por lo que no fue. «¿Por qué no hice algo más?», «¿por qué no lo llamé antes?», o «¿por qué me dejaste?», son preguntas que ayudan a canalizar el dolor, pero pueden hacernos sentir mucha ira con nosotros mismos o los demás.
Acorde con la doctora Canino, la etapa de la ira «suele esconder algo más, normalmente el dolor de la pérdida, y se presenta antes porque es más fácil de manejar que otras emociones más duras como la tristeza».
3. Negociación
En esta fase, propone la doctora, «nos planteamos escenarios hipotéticos donde la pérdida podría no haber pasado para sufrir temporalmente menos y asimilar lo ocurrido» explica la doctora. Es normal que surjan preguntas como «¿y si hubiéramos llegado antes al hospital?», o «¿y si hubiera salido con él la semana pasada?».
4. Depresión
Esta es la etapa más profunda y dolorosa, en donde el golpe de realidad lastima con crudeza. Aparece la indiferencia, el llanto, el vacío… la doctora Marta lo resume así: «Sentimos el dolor en toda su intensidad, hay lágrimas, apatía y una tristeza muy profunda que, en el fondo, honra la pérdida de alguien que ha formado parte de nuestra vida».
5. Aceptación
Con el paso del tiempo, el corazón no olvida ni deja de sentir, pero sí aprende a vivir con la ausencia. Como lo dice la doctora Canino: «una parte del dolor se quedará con nosotros y nos visitará de vez en cuando, pero podemos volver a integrarnos en nuestra vida normal y funcionar, e incluso volver a disfrutar de la vida».
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¿Cuánto tiempo dura un duelo?
No existe un tiempo específico en el que una persona deba procesar el dolor de su pérdida. Para algunas puede ser cuestión de meses, mientras que otras pueden necesitar años, y eso está bien. Sin embargo, la doctora Marta Canino señala que «una duración aproximada para un duelo normal estaría entre 1 y 2 años».
Cada caso es diferente y no es lo mismo procesar la muerte de un hijo que la ruptura de una relación. Todo depende de la naturaleza de la pérdida y la personalidad de quien enfrenta el duelo. Pero si una persona se queda estancada en el sufrimiento y el dolor sin lograr avanzar, buscar acompañamiento de un profesional en salud mental puede ser de gran ayuda.
¿En qué momento un duelo se vuelve patológico?
No todos los procesos de duelo evolucionan de forma natural. En palabras de la doctora, «un duelo patológico se da sobre todo en personas que sufren pérdidas repentinas y traumáticas, que evitan sentir las emociones a su ritmo o tienen falta de apoyo».
De igual manera, si una persona ha sufrido de depresión en el pasado, puede ser más propensa a tener otra. Más aún cuando no se tiene una red de apoyo sólida. Cuando el sufrimiento del duelo perdura en el tiempo y parece no tener fin, es indispensable buscar apoyo profesional terapéutico para sanar.
¿Qué estrategias saludables existen para atravesar el duelo?
Transitar un duelo, sin importar su naturaleza, suele ser doloroso, pero eso no significa que deba hacerse en soledad o en silencio. A pesar de que cada proceso es único, existen diversas maneras en las que se puede hacer catarsis de los sentimientos encontrados y sanar el corazón con amor y comprensión.
- Rodéate de personas que te escuchen sin juzgar: para la doctora Canino, uno de los pilares fundamentales para superar un duelo es el apoyo social. Hablar con alguien de confianza alivia las penas y permite compartir el peso de lo que sentimos.
- Busca espacios simbólicos para despedirte: decir adiós no es fácil, pero es necesario. Los rituales como funerales o pequeños gestos personales (una vela, una carta o una foto) ayudan a dar sentido a la pérdida y ayudarnos empezar a soltar.
- Permítete sentir y expresar lo que llevas dentro: no hay que cohibir los sentimientos por miedo a la tristeza. Llorar, escribir una carta, hablar con un amigo o pintar un cuadro pueden ser maneras de exteriorizar lo que nos duele y poder sanar.
- Conecta con tu espiritualidad: la doctora enfatiza que, ya sea a través de la fe, la meditación o «las creencias de cada persona acerca de lo que hay después de la vida», la espiritualidad puede ser una gran fuente de consuelo.
- Aléjate del alcohol y las drogas: este tipo de sustancias pueden envolver a la persona que transita el duelo en un espiral de dolor. No alivian la tristeza, «empeoran la situación y favorecen una depresión», advierte la profesional.
Encontrar un nuevo sentido a la vida después de un duelo es posible
Aunque al principio sea difícil imaginarlo, muchas personas descubren que el tiempo es el mejor antídoto para recuperarse tras una pérdida. La doctora Marta Canino concluye que los duelos:
«Pueden servirnos para creer más en nuestra fortaleza interior, disfrutar más del presente y tener en cuenta que la vida sigue, si bien una parte de nosotros siempre echará de menos a quien no está».