El estudio de Hastorf & Cantril y la percepción selectiva
El estudio de Hastorf & Cantril es un ejemplo muy interesante de lo que es la percepción selectiva y cómo esta actúa en situaciones cotidianas. Tiene que ver con la forma distorsionada en que percibimos lo que ocurre en la realidad a partir de nuestras creencias. En otras palabras, prueba que muchas veces vemos solo lo que queremos ver.
El experimento fue llevado a cabo por Albert Hastorf y Hadley Cantril. Se publicó en la Revista de Psicopatología y Psicología Social en 1954. La teoría de la percepción selectiva no se estableció a partir del estudio de Hastorf & Cantril, pero este sí sirvió para corroborarla.
La percepción selectiva es un sesgo cognitivo, es decir, un fallo de nuestro pensamiento. Ocurre cuando le damos importancia solamente a los hechos o palabras que ratifican nuestros deseos o creencias, al tiempo que ignoramos lo que los contradice. Veamos cómo el estudio de Hastorf & Cantril respalda el fenómeno.
“La experiencia nos enseña que en la percepción visual existe una discrepancia entre la realidad física y psíquica”.
-Josef Albers-
Antecedentes del estudio de Hastorf & Cantril
El antecedente del estudio de Hastorf & Cantril fue un partido de fútbol que tuvo lugar en 1951. En este se enfrentaron dos clubes emblemáticos de los Estados Unidos: los Indios de Dartmouth y los Tigres de Princeton. Este juego fue muy controvertido y dejó una gran marca entre los seguidores de ese deporte, por la intensidad con el que se enfrentaron estos dos equipos.
Lo más destacado del juego fue el hecho de que el jugador más importante de Princeton tuvo que retirarse porque le rompieron la nariz. Así mismo, uno de los más importantes jugadores de Dartmouth también tuvo que suspender su participación porque los rivales le fracturaron una pierna.
Como se ve, la violencia extrema fue protagonista. Para estudiar la forma en la que esto era percibido por los seguidores de uno y otro equipo, se llevó a cabo el estudio de Hastorf & Cantril. Lo primero que se hizo fue pedirle a un grupo de estudiantes de psicología de Princeton y de Dartmouth que vieran con atención una grabación del juego y que después completaran una encuesta.
La encuesta a los estudiantes
Para complementar los resultados de la encuesta, se pidió a otros dos grupos de estudiantes, uno de cada universidad, que observaran el juego detenidamente y contaran las infracciones que había cometido cada equipo.
Al final, como los investigadores lo esperaban, las respuestas fueron muy diferentes entre sí. Por ejemplo, una de las preguntas se refería a cuál de los dos equipos había iniciado el juego rudo. Frente a esta cuestión, el 86 % de los estudiantes de Princeton señalaron que habían sido los de Dartmouth. A su vez, el 53 % de los estudiantes de Darmouth dijeron que habían sido los dos equipos la vez quienes habían puesto en marcha la bola de nieve.
Entre tanto, mientras que solo el 42 % de los estudiantes de Darmouth consideró que el juego había sido “rudo y sucio”, el 93 % de los encuestados de Princeton hizo esa valoración. En cuanto a la cantidad de faltas, los estudiantes de Princeton estimaron que Darmouth había violado el doble de veces las reglas que el otro equipo. Los de Darmouth hicieron una valoración opuesta, aunque no tan radical.
La percepción selectiva
El estudio de Hastorf & Cantril sirvió para probar que, efectivamente, cada uno ve lo que quiere ver, en línea con sus deseos y sus intereses. En este caso, los estudiantes de Princeton estaban más atentos a todos los estímulos que probaban que su equipo había actuado de una forma más justa y honesta, desatendiendo el hecho de que también habían practicado un juego sumamente rudo.
Los encuestados de Darmouth, por su parte, intentaron minimizar las acciones de su equipo y de hacer más énfasis en los excesos de Princeton. Algunos estudiantes, incluso, al ver que no podían sostener sus tesis, llegaron a decir que el vídeo estaba trucado y que no se correspondía con lo que verdaderamente había ocurrido.
La percepción selectiva es un fenómeno que está presente en nuestra vida cotidiana, sin que lo notemos. Tiene lugar muy especialmente cuando hay dos personas, grupos, o bandos, o equipos en conflicto. A cada uno de ellos le resultará difícil apreciar con objetividad las ideas y las acciones de su contradictor. Es fácil que de ello surjan apreciaciones injustas. Se trata de un sesgo que se reduce en gran medida cuando aumenta la empatía.
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- Payá Santos, C. A., & Delgado Morán, J. J. (2017).
- Incertidumbres del análisis dimensional de la inteligencia
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