Eleanor Roosevelt: biografía de una gran primera dama
Hoy nos acercamos a la vida de una de las mujeres más importantes de nuestra historia, Eleanor Roosevelt, una figura clave en varios de los acontecimientos más importantes del pasado siglo y de la humanidad. Roosevelt fue una diplomática y activista por los derechos humanos y una de las personas más influyentes del siglo XX.
Sobrina del presidente Theodore Roosevelt y esposa del presidente Franklin Delano Roosevelt, tuvo una privilegiada posición como primera dama estadounidense. Esta posición fue la plataforma desde la que llevó a cabo el apoyo institucional a asuntos tan importantes como la justicia social, la liberación de la mujer y los derechos humanos universales.
Mientras las mujeres que la habían precedido en dicho cargo se habían limitado a su condición de esposas del presidente, Eleanor Roosevelt logró hacer de la posición de primera dama todo un cargo de responsabilidad con el gobierno y con sus ciudadanos. Y fue mucho más allá, porque su trabajo como delegada en las Naciones Unidas dejó un importantísimo legado al mundo entero.
Sus primeros años
Eleanor nació en la ciudad de Nueva York, en el seno de una familia de la alta sociedad estadounidense; sin embargo, se dice que no tuvo una infancia feliz. Se quedó huérfana de padre y madre siendo todavía muy joven. Fue enviada a estudiar a un selecto colegio en Londres, donde parece que contó con la ayuda de una profesora magnífica que consiguió hacer de ella, en poco tiempo, una joven fuerte y carismática.
De vuelta a los Estados Unidos, mantiene relaciones con un primo lejano de futuro prometedor, Franklin Delano Roosevelt, con quien contrajo matrimonio en 1905. Poco después, se trasladan a Albany, al ser nombrado su marido senador. El matrimonio tiene 6 hijos, uno de los cuales falleció muy joven.
Pese a todas sus obligaciones familiares, Eleanor empezó a interesarse por los entresijos políticos y a participar en diferentes organizaciones. Apoyó la Liga de las Mujeres Votantes, La Liga de Mujeres de la Unión de Comercio y la División de Mujeres del Partido Demócrata. Dirigió una fábrica de muebles y ocupó cátedras de Literatura e Historia en un colegio de secundaria. Durante la Primera Guerra Mundial, se unió a las fuerzas de la Cruz Roja.
Eleanor Roosevelt, Primera Dama
En 1933, se produce su gran ascenso; su marido es elegido presidente de los Estados Unidos. Un mandato que duró 12 años, durante los cuales Eleanor Roosevelt actúo como nunca lo había hecho anteriormente ninguna primera dama. En un tiempo en el que la mujer apenas tenía relevancia en la vida pública, Eleanor dio más de 300 conferencias para mujeres periodistas y participó en actos políticos a favor de los derechos de las mujeres, sobre todo, afroamericanas.
“Una mujer es como una bolsa de té – no se puede saber lo fuerte que es hasta que la pones en agua caliente”.
-Eleanor Roosevelt-
Promovió los derechos civiles de los más desfavorecidos, escribió en periódicos, editó una revista femenina y publicó cuatro libros. Durante la Segunda Guerra Mundial, se encargó de cuestiones relativas a la defensa civil. Incluso, durante la guerra, llegó a oponerse públicamente a una de las decisiones de su marido como presidente de los Estados Unidos en relación al internamiento de miles de japoneses de la Costa Oeste.
Un importante legado
A la muerte de su marido, lejos de retirarse de la vida pública, Eleanor dio un nuevo giro a su actividad política y fue reclutada por Truman como delegada de la Asamblea de Las Naciones Unidas. Participó en la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento considerado como la gran Carta Magna Internacional. Su influencia aparece en las constituciones de gran número de naciones y protege los derechos de hombres y mujeres en todo el mundo.
El presidente Truman la llamó “La Primera Dama del Mundo”. John F. Kennedy la consideraba el arquetipo de la mujer norteamericana. Todo un legado que ha servido de inspiración para muchas de sus sucesoras, Roosevelt abrió el campo de la política a las mujeres. Finalmente, fallecía el 23 de abril de 1962 en la ciudad que la vio nacer, a los 78 años de edad.
“Las grandes mentes hablan sobre ideas, las mentes medianas hablan sobre acontecimientos, las pequeñas mentes hablan sobre la gente”.
-Eleanor Roosevelt-
Nunca antes una mujer había tenido la relevancia pública y política que consiguió ella. Eleanor continúa siendo una inspiración para muchas mujeres dentro y fuera de su país. Todos aquellos que luchan por los derechos de las mujeres y de las minorías reconocen que Eleanor mejoró considerablemente la dignidad de todos los seres humanos.
Su frase favorita, “resulta mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”, define su carácter y su fuerza. Y resultó que Eleanor encendió una llama en todos nosotros que ya nadie puede apagar.
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